El alcalde de Nerva, José Antonio Ayala, y tres concejales socialistas de la población minera, Isidoro Durán, Antonia González y Julio Barba, se han trasladado a Madrid para agradecer a Antonio Granados Valdés su contribución durante la República al socialismo nervense, su activismo a favor de la democracia en el exilio venezolano y su legado cultural como pintor, dibujante, grabador, editor y escritor durante sus ya rebasados cien años de vida.
Durante la visita, el alcalde transmitió a Granados Valdés la intención de nombrarlo en breve Presidente de Honor de la Agrupación Socialista nervense, una de las más importantes de la provincia de Huelva, lo que hizo que el centenario pintor se emocionase y, tras agradecer sentidamente el gesto, pasara a contar, con su prodigiosa memoria, los detalles de aquellos duros días en Nerva. Afloraron nombres como los de Curro López Real, Romero Marín, Ardila y otros. Entre las anécdotas, narró cómo siendo solo un muchacho de 17 años tuvo que hacerse cargo, en 1934, de toda la agrupación socialista, ya que sus máximos dirigentes fueron detenidos y encarcelados. Como responsable de la Juventud Socialista tomó las riendas de toda la Agrupación Socialista para apoyar la huelga general, muy conflictiva en toda la Cuenca Minera y que desencadenó la llamada revolución asturiana, duramente reprimida y que supuso un antes y un después para el destino de la República.
También los representantes de la corporación municipal nervense le agradecieron la continuada generosidad de Granados Valdés hacia su población natal, a la que ha donado obras que adquirió a otros artistas para formar la base del nacimiento del Museo Vázquez Díaz de Nerva y las distintas donaciones de su propia obra, como las realizadas el pasado año, con sus dibujos de cama o una colección de animales realizada por encargo de personalidades italianas y que ahora se han quedado en Nerva. Estas donaciones, como la de una obra diversa realizada anteriormente, sirvió para tres exposiciones conjuntas el pasado verano, agosto-septiembre, en las que se pudo disfrutar de la rica obra que este nervense ha regalado a su pueblo. Granados Valdés le prometió al alcalde que, aunque ya no pinta ni dibuja, al haber perdido casi toda la visión, intentaría ceder a Nerva alguna obra más.
También la concejala de Deportes, Antonia González, le entregó a Granados Valdés el escudo en metacrilato del Centenario del Nerva C.F., recordándole que ambos cumplieron en 2017 sus primeros cien años, uniéndose dichos obsequios a los anteriores que hace poco tiempo le llevó a Madrid el activista cultural José Luis Lozano, en nombre del Club futbolístico. Granados le comentó a la delegación nervense que no solo fue un futbolística, sino que durante su época de legionario, tras la guerra civil española, se convirtió en un despuntado atleta ganando varios campeonatos militares.
Repasó su vida en Venezuela (1955-1978), donde fomentó y promocionó la actividad política contra el franquismo, junto a un familiar de Ortega y Gasset, y recordó cómo en su actividad política y artística en el país americano se encontró con varios nervenses en el exilio. El alcalde, José Antonio Ayala, le transmitió que la placa de la plaza que lleva su nombre había sido corregida, ya que en la inauguración se le puso Granado, sin ese, y era conocedor que Granados llevaba mal el error de la falta de esa ese. Antonio, con una sonrisa grande y franca, se lo reconoció y agradeció el gesto. Se emocionó en distintas ocasiones durante este encuentro, en especial en el adiós a los componentes del Ayuntamiento de Nerva, lamentándose que por edad y estado de salud no pudiera siquiera ir una vez más a su pueblo, recordando sus ultimas visitas y conferencias.