Hasta el próximo 30 de abril se puede visitar en la Cervecería Robles de Nerva la exposición y venta de pinturas de Gonzalo Ahumada. Se trata del primer trabajo expositivo de este artista, quien cultiva la abstracción geométrica para -tal y como él mismo explica- «buscar la salida y entrada de las figuras geométricas, conjugando cierta simetría para que el espectador, cuando la observe, las sepa juntar y separar y pueda sacar sus propias conclusiones de lo que he plasmado en el lienzo».
Y es que las obras de Ahumada se basan en un juego propio entre las figuras geométricas a las que intenta buscarle una dirección, ya sea horizontal o vertical, de izquierda a derecha, largas o cortas, etc, mezclando incluso lo abstracto geométrico con lo lírico. Esto último, dice, tomado de la música. «Doy pinceladas como imitando los movimientos del director de la orquesta con sus brazo, manos y cabeza, armonizando la mayoría de las pinceladas con las subidas y bajadas de las notas musicales de los instrumentos, y donde entran en juego además los colores para que entre ellos se armonicen de manera que se plasmen sentimientos del que pinta para que sea la pintura la que hable».
Natural de Rociana del Condado y de formación autodidacta, su trayectoria es relativamente reciente; comienza en una estancia de tres meses en Polonia, allá por 2007, cuando realiza cuadros pequeños abstractos deformando la silueta inicial. Sin embargo, esta primera experiencia resultó algo fugaz. «Dejé de pintar por mi situación económica cuando volví a España en el 2014, retomado la pintura en diciembre 2017 a raíz de un una obra de Kandisky que vi en televisión y el cual intenté hacerlo a mi manera, nada de copia. Pienso que el pintor que hace copia para mi no es pintor. El pintor debe sacar su propia línea». Precisamente, esta idea es el leit motive de sus proyectos a largo y corto plazo: «seguir pintando e intentar sacar otras nuevas lineas, siempre propias y conservando mi estilo propio y personal».
Y es que según él mismo confiesa la pintura «lo es todo para mí, forma parte de mi vida. A veces, plasmo algunas pinceladas recordando mi niñez en algunos momentos de euforia, como todo niño travieso, y otras veces, algunos momentos duros. Por eso yo busco en lo abstracto, lo difícil entre lo difícil».