Los efectos de la sequía y la pandemia, así como la necesidad de instalaciones, condicionan los servicios básicos de abastecimiento y saneamiento en la provincia
La empresa pública Giahsa celebra una nueva edición del Día Mundial del Agua inmersa en un panorama complejo contra el que se lleva luchando más de dos años y que tiene como protagonistas negativos, como ha explicado el director ejecutivo Manuel Domínguez Limón, “los efectos de la pandemia, a los que hay que unir los de la sequía, dos problemas capitales ante los que hay que estar en guardia permanentemente para conceder al agua la importancia que le corresponde. Ese sigue siendo nuestro compromiso con la provincia, los ayuntamientos y los usuarios”.
Domínguez ha querido detenerse en tres aspectos sobre los que desde Giahsa se pretende mover a una reflexión general: “La sequía nos pone a prueba a la hora de ofrecer un suministro y un saneamiento de calidad para nuestros usuarios. Para intentar paliar los efectos de esa sequía de manera preventiva se hace imprescindible la construcción de nuevas infraestructuras. Y por último, mientras se lucha contra la sequía y se van construyendo instalaciones, se antoja vital apelar al consumo moderado y responsable por parte de los usuarios”, ha recordado.
La sequía, una alerta permanente
Giahsa tiene como una de sus mayores preocupaciones en los últimos años la lucha contra los efectos devastadores de la sequía. “La mayoría de los esfuerzos técnicos y económicos -ha asegurado Domínguez- van destinados a la búsqueda de soluciones para evitar, por encima de todo, que nuestros usuarios padezcan interrupciones en el suministro”. La Sierra, por ejemplo, se ha estado viendo especialmente azotada por la falta de lluvias y el consiguiente estado de precariedad de embalses y fuentes de abastecimiento, “lo que ha obligado incluso a interrumpir el suministro en horario de madrugada en algunos municipios y núcleos, así como realizar aportaciones de agua a través de camiones cisterna”.
En vista de la situación, y en tanto no mejoren las condiciones, desde Giahsa se considera imprescindible apelar al compromiso ciudadano. El consumo responsable de agua debe plantearse como un objetivo permanente, una meta que ayude a sobrellevar un presente que, si las lluvias no lo remedian, puede derivar hacia un panorama delicado y preocupante. La concienciación ciudadana debe representar el tercer punto de apoyo que permita hacer frente a la merma de recursos hídricos y la carencia de instalaciones acordes con los tiempos que corren.