La empresa destaca que la biomasa se sitúa como pieza fundamental para obtener un modelo energético descarbonizado

Ence ha destacado este martes 28 de diciembre su “apuesta” por el orujillo para la generación de energía sostenible, en consonancia con lo que la empresa califica como “uno de los ejes de su estrategia energética”, que es, asegura, el crecimiento en generación de energía renovable con biomasa. Para ello, la compañía asegura que apuesta por “colaborar significativamente en la evolución del modelo energético nacional hacia un sistema de suministro eléctrico sostenible, estable y con un gran potencial de crecimiento en España”.

Desde ENCE aseguran que la biomasa es una de las mejores alternativas a los combustibles fósiles por las múltiples ventajas sociales y ambientales que conlleva, así como, del mismo modo, la única tecnología renovable gestionable, junto a la hidráulica, capaz de producir energía con recursos renovables garantizando la estabilidad del suministro eléctrico, al no depender de factores meteorológicos.

La empresa recalca que sus plantas de energía emplean distintas variedades de biomasa, entre las que se encuentra el orujillo, resto de origen agrícola, procedente del olivo, para la producción de energía. Se trata, señalan desde la compañía, de un material cuya gestión es compleja y que supone “un importante reto ambiental”, por lo que “la solución que ofrece Ence para su valorización ha sido muy bien acogida por el sector como respuesta a dicho reto”, han agregado desde la empresa, que asegura que s lo largo de 2020 ha movilizado para su aprovechamiento energético cerca de 370.000 toneladas de orujillo.

Ence asegura que está “comprometida con la sostenibilidad de la biomasa a través de un decálogo impulsado y autoimpuesto por la propia compañía”, lo que a su vez califica como “una iniciativa pionera, lanzada en 2017, a través de la cual la compañía puede garantizar que la biomasa que emplea es efectivamente sostenible. En este mismo sentido, este año Ence ha sido la primera compañía europea en certificar la sostenibilidad de su biomasa mediante el esquema de verificación Sure”, añaden.

Desde la empresa explican que la tecnología para producir energía eléctrica con biomasa se basa en un proceso productivo en el que la práctica totalidad de los restos empleados se envían a valorización en otros usos y procesos, manteniéndose dentro de un ciclo de economía circular.

Además, la compañía indica que a estas ventajas ambientales se une que la biomasa es un recurso renovable, local y especialmente abundante en España, al tiempo que detalla que los restos de biomasa que Ence utiliza en su proceso se producen como resultado de las actividades agrícolas y forestales, que son sectores “muy importantes” para la dinamización económica y el empleo en las áreas rurales, por lo que destaca que con ello colabora en “revertir el despoblamiento, fijando población en la España Vaciada, evitar las quemas incontroladas y disminuir el riesgo de incendios”.

Asimismo, la empresa afirma que generar energía con biomasa reduce la dependencia nacional de los combustibles fósiles, más caros y con mayor impacto ambiental. “Es, por tanto, una tecnología importante para lograr la necesaria descarbonización del modelo energético español y un sector clave para que esa transición sea justa gracias a las ventajas sociales que implica su desarrollo”, añaden.

Por último, la compañía remarca que, “con el convencimiento de aportar a la sociedad un servicio esencial y de colaborar en el cumplimiento de los retos nacionales en la Agenda 2030, Ence genera electricidad renovable en ocho plantas de producción independientes: tres en Huelva, dos en la provincia de Ciudad Real, una en Córdoba, una en Mérida y una en Jaén. Son plantas de generación que se alimentan de biomasa de origen agroforestal, y en el caso de una de las plantas de Puertollano, de energía solar”, agregan desde la empresa, tras lo que cifra en 266 MW esta generación de energía renovable independiente, a los que se añaden 112 MW derivados del proceso de producción de celulosa en sus biofábricas de Navia y Pontevedra, con los que estas dos instalaciones se autoabastecen de energía renovable, concluyen.