El Parque Minero de Riotinto ha cerrado 2017 con la mejor cifra de visitantes de su serie histórica. Un total de 90.467 personas descubrieron durante el pasado año la Cuenca Minera a través de las distintas visitas que ofrece el Parque, un destino turístico singular que aúna paisajes únicos, aventura, cultura, historia y arqueología y que, tras 25 años de historia, ha logrado atraer a público de todas las edades y durante todo el año.
El número de visitantes registrado en 2017 supera en 1.200 a los que hicieron uso de este servicio en el año precedente, lo que confirma una tendencia creciente de personas que han disfrutado de la oferta del Parque desde que la Fundación Río Tinto lo pusiera en marcha en 1992. De este modo se cumple con uno de los objetivos de la Fundación: poner en valor un patrimonio minero con más de 5.000 años de historia para contribuir a su desarrollo socioeconómico favoreciendo su conocimiento y la generación de actividad asociada a las visitas.
La implantación del sistema de venta online de entradas, junto a la venta física en las principales oficinas de turismo y hoteles, ha supuesto una importante mejora, pues ha permitido organizar el día de visita con antelación de una forma sencilla y cómoda, según informan desde la propia Fundación Riotinto.
Como en años anteriores, el perfil del turista es variado. El de mayor presencia es el familiar y se consolidan los grupos escolares y touroperadores que han incluido al Parque Minero en sus rutas. En cuanto a la procedencia, el turismo de origen nacional es mayoritario, pero con un crecimiento «constante y sostenido» del internacional, sobre todo de británicos, franceses y alemanes, que son los principales turistas extranjeros que hacen uso del Parque Minero de Riotinto.
«Con la incorporación progresiva de mejoras y una importante labor de mantenimiento y de promoción», la Fundación Río Tinto, asegura, ha diseñado un «exitoso» producto turístico de interior capaz de atraer visitantes en cualquier época del año. El recorrido en el antiguo ferrocarril minero en contacto con el peculiar ecosistema del río Tinto, el disfrute de los increíbles paisajes moldeados por la mano del hombre, la visita a la antigua mina Peña de Hierro, que incluye 200 metros de recorrido por una de sus galerías, y el descubrimiento de la historia en el Museo Minero y la Casa 21 del barrio inglés, conforman «una experiencia completa y variada que satisface a todos los públicos, desde el aventurero hasta el cultural o científico», añaden las mismas fuentes.
A juicio de la Fundación, este flujo de visitantes y el cada vez mayor conocimiento de la zona está favoreciendo otras iniciativas de la mano de empresas locales y nuevos agentes que organizan «interesantes» rutas y servicios, «diversificando y enriqueciendo» la estancia.
La Fundación Río Tinto entiende que este es el camino para la optimización de las capacidades de la Cuenca Minera como destino turístico y para alcanzar «el objetivo deseado por todos»: la dinamización de la economía mediante consumos y compras en la comarca. En este sentido, indica que el elevado porcentaje de personas que ya hace uso de los servicios de hostelería del entorno tras la visita es una «buena muestra» que ha tenido incidencia directa en el crecimiento de la oferta hostelera. La Fundación hace un llamamiento a los empresarios e instituciones para avanzar en la mejora de la capacidad de alojamiento que permita igualmente el incremento de las pernoctaciones.
La Fundación Río Tinto trabaja ya en el diseño de nuevos productos para el Parque Minero y en la definición de las labores de promoción que se llevarán a cabo en 2018. En este sentido acaba de lanzar la campaña de Centros Escolares, que el año pasado acercó a la comarca a más de 20.000 alumnos de diferentes niveles educativos.