La localidad minera de El Campillo ya no es el penúltimo municipio de la provincia de Huelva que se constituyó como tal, una posición que ocupaba desde hace 55 años, concretamente desde 1963, cuando Punta Umbría, hasta ahora el municipio onubense más joven, se segregó de Cartaya.

Hasta ese momento, el municipio más joven de la provincia era El Campillo, una condición que le acompañó durante 32 años, desde que se emancipó de Zalamea la Real, el 22 de agosto de 1931, hasta que se produjo la segregación de Punta Umbría, el 26 de abril de 1963.

Ahora, 55 años después, los campilleros y campilleras retroceden otras dos posiciones tras aprobarse, este 2 de octubre de 2018, la segregación de otras dos poblaciones de la provincia de Huelva: Tharsis y La Zarza-El Perrunal, que hasta ahora pertenecían a los municipios andevaleños de Alosno y Calañas, respectivamente.

La decisión fue adoptada por el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía en base a la «prolongada experiencia de autogobierno» de estas poblaciones como Entidades Locales Autónomas (ELA) y a que «cumplen con todos los requisitos que marca la legislación andaluza de autonomía local», según han destacado desde la Administración autonómica.

Los decretos por los que se aprueban estas segregaciones, según han añadido desde el Gobierno andaluz, han tenido en cuenta los pronunciamientos a favor por mayoría absoluta de los ayuntamientos matrices, de las diputaciones provinciales y del Consejo Andaluz de Concertación Local, así como de los municipios colindantes.

Lo que no cambia es que El Campillo es el municipio número 78 que se constituyó en la provincia de Huelva, un hecho que se consumó el 22 de agosto de 1931 tras una larga lucha de la población campillera que comenzó a finales del siglo XIX.

Lo que desencadenó su declaración como municipio fue, por un lado, la proclamación de la II República, y por otro, las primeras elecciones municipales que se celebraron bajo el paraguas de aquel régimen, tras lo que el Pleno del Ayuntamiento de Zalamea la Real dio su visto bueno a la segregación de El Campillo con los votos a favor de todos sus concejales, tanto los que eran zalameños como los cuatro que eran campilleros: Virgilio Pernil Macías, Antonio Chaparro García, Antonio Alvera Romero y Manuel Marín González.

Tras aquel trámite, El Campillo se constituyó como municipio con el nombre de Salvochea, en homenaje al líder anarquista gaditano Fermín Salvochea, y con una extensión 90,72 kilómetros cuadrados, más del doble de la extensión que componen los términos municipales del resto de municipios de la Cuenca Minera, con la excepción de la propia Zalamea la Real y de Berrocal.

La denominación de Salvochea le duró sólo unos años, pues el régimen franquista se la quitó en 1936, momento en el que volvió a denominarle con el nombre que tenía cuando era aldea de Zalamea: El Campillo.