El restaurante de Nerva vende más de 1.500 tapas entre el jueves y el viernes, más del doble que el año pasado

Las tapas de Casa Idolina están causando de nuevo sensación en la Feria de la Tapa de Huelva, donde este restaurante de Nerva ya logró el año pasado el primer premio con su exquisito timbal de pulpo espolvoreado con gossan.

Timbal de pulpo espolvoreado con gossan

Los numerosos onubenses que acuden estos días a la Plaza de las Monjas de la capital no dejan de pasar por el stand del establecimiento nervense, hasta el punto de que, entre el jueves y el viernes, Casa Idolina ha vendido 1.500 tapas, más del doble que el año pasado.

La tapa preferida por los clientes está siendo el timbal de pulpo, pero seguido muy de cerca por la carrillera ibérica con crema de gambas, la tapa con la que compite este año el restaurante de Nerva y que está teniendo una aceptación «espectacular», tal y como admiten desde Casa Idolina.

Carrillera ibérica con crema de gambas

La Cuenca Minera de Riotinto está presente en esta nueva edición de la Feria de la Tapa de Huelva de la mano de este restaurante de los nervenses Tony Alberto Estévez y Manuel Cornejo, que acuden a la cita con tres tapas: las ya citadas timbal de pulpo y carrillera y la ensalada de bombones crujientes de almendras con vinagreta de frambuesa.

Ensalada de bombones crujientes de almendras con vinagreta de frambuesa

Casa Idolina participa en esta cita gastronómica tras su reciente traslado a la antigua estación de trenes de Nerva, un emblemático edificio, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) desde 2005, que gracias a la iniciativa de estos emprendedores nervenses ha vuelto abrir sus puertas al público, con lo que Nerva y la Cuenca Minera de Riotinto han visto incrementada su oferta turística a través de un establecimiento que también cuenta con 56 plazas de alojamiento.

El restaurante, que tiene el certificado de calidad de Tripadvisor, se encuentra, de hecho, en un complejo turístico único desde el que puede apreciarse el espectacular paisaje minero de la comarca, pues está situado en un entorno privilegiado, a cinco minutos del nacimiento del río Tinto, y desde su ubicación se puede divisar el monumento natural de la montera minera de gossan y el malacate del pozo Rotilio.

La reapertura del establecimiento tuvo lugar el pasado mes de julio gracias a la iniciativa de los citados emprendedores locales y de la Fundación Río Tinto, propietaria del edificio, que llevó a cabo la concesión de la instalación por un periodo de 12 años prorrogables, lo que posibilitó que el edificio reabriera sus puertas tras más de dos años cerrado y que, además, lo hiciese por primera vez de la mano de empresarios de la comarca.