La Fundación Tutelar TAU cuidó de él hasta su último suspiro

Julián López, vecino de Campofrío con una discapacidad intelectual muy conocido y querido en el municipio falleció el pasado sábado 19 febrero “de forma inesperada”, según han indicado desde la Fundación Tutelar TAU, la entidad que cuidó de él hasta el último suspiro durante muchos años.

“Se nos quiebra el corazón por el gran afecto y cariño que le teníamos tanto su pueblo de Campofrío, su hermano Manuel así como la Fundación TAU. Hoy lloramos la pérdida de una persona generosa, cariñosa y con un don especial, llegar al corazón de toda persona que se cruzará en su camino”, han señalado desde la entidad.

También desde el Ayuntamiento de Campofrío, la alcaldesa, Mercedes López, ha publicado en redes sociales su adiós a este vecino tan querido: “querido Julián cuánto te vamos a echar de menos todos! Tu sonrisa única y tu felicidad innata estará siempre presente en el corazón de todos los que te queremos. Fuiste tan feliz con tan poco, y te has ido dándonos una gran lección de vida a todos, y es que para ser feliz no se necesita más que vivir el ahora, buscar la mejor compañía y sacar un buen rato y unas buenas risas con todo aquel q te encuentres. Tu familia de Campofrío no te olvidará jamás”, han indicado.

Y es que a Julián, ya le hicieron en vida su merecido homenaje, fue en septiembre de 2020, cuando con las cámaras de Canal Sur como testigos, todo el pueblo se reunió junto a este entrañable vecino para aplaudirle y demostrarle todo lo que lo querían. De hecho, incluso rotularon con su nombre una calle de la aldea de Ventas de Arriba donde residió la mayor parte de su vida.

Julián recibió todos los apoyos necesarios para mantenerse en su entorno como el quería, gracias a la colaboración del Ayuntamiento de Campofrío con su alcaldesa Mercedes López al frente así como la colaboración de trabajadoras sociales y auxiliares de ayuda a domicilio garantizándole aquellos recursos necesarios para acompañarlo en su proyecto de vida.

El pueblo de Campofrío lo ha despedido “por todo lo alto”. La Fundación TAU, se siente “más que afortunada por haber conocido a un hombre íntegro, capaz de dar y ofrecer lo que tenía, que no era poco, su corazón era rico en sentimientos y ha dejado una huella imborrable”.