Atalaya Mining, la propietaria del Proyecto Riotinto, invertirá 80 millones de euros en tecnología para sus instalaciones de producción de cobre del complejo minero-metalúrgico de Minas de Riotinto. Así ha sido aprobado por el Consejo de Administración de la compañía, una medida que viene acompañada del anuncio de ampliación de capital de la empresa matriz, cotizada en las bolsas de Londres y Toronto.

En junio de este año, Atalaya inició un estudio sobre una potencial modernización de las instalaciones. El concepto era mejorar la eficiencia de su proceso productivo con la incorporación de equipamiento de última generación. Las conclusiones del estudio han sido positivas, por lo que el Consejo de Administración ha aprobado la ejecución del proyecto, incluyendo los mecanismos de financiación necesarios. Así, una vez obtenidas las autorizaciones administrativas pertinentes, la compañía acometerá la construcción y puesta en marcha de las nuevas instalaciones.

El principal objetivo de esta importante inversión es la mejora de la eficiencia de su proceso de tratamiento de mineral. Con esta finalidad, se van a instalar nuevos equipos, de mayor capacidad y menores requerimientos en términos de consumo energético, mantenimiento y costes. Entre estos equipos, destaca la construcción de una nueva sección de trituración, la instalación de un nuevo molino tipo SAG, que será de los más grandes de Europa, así como de nuevas celdas de flotación de gran capacidad, además de otras infraestructuras.

Alberto Lavandeira, consejero delegado de la compañía, ha destacado la relevancia de la inversión industrial que se va a acometer: “Nuestros estudios han demostrado que la inversión tecnológica en nuestras instalaciones, algunas de ellas construidas en los años 70, va a incrementar la robustez del proyecto a largo plazo. Trataremos más mineral con menos costes. Eso significa que podremos procesar mineral de menor ley y que yacimientos que están en nuestra concesión y que hoy no son rentables, pueden llegar a serlo. Incluso con minería subterránea, como por ejemplo las masas de Alfredo y San Antonio”.

Esta nueva inversión viene a sumarse a las ya realizadas por Atalaya Mining, que en total superaría los 300 millones de euros sólo en la histórica mina onubense. Supone además un nuevo revulsivo económico para la provincia, con picos importantes de contratación de personal en las labores de instalación, que durarían unos 18 meses. Además, la mayor capacidad de producción de cobre significará sin duda un incremento de las necesidades de personal fijo, aunque todavía no hay datos concretos en este aspecto.

Este proyecto de actualización tecnológica está en línea con los planes de la compañía productora de cobre, que mantiene su estrategia de crecimiento sostenido en el sector de la minería metálica, con intereses en proyectos en España y otras regiones, en base a la excelencia técnica y la experiencia operativa de su equipo humano.