Su historia se narra en el libro ‘Viaje a la Extraordinaria Historia de los Ingleses de la Old England House’, que se presenta este viernes en Mazagón
Reino Unido ha declarado que va a reconocer durante este septiembre a Palestina como estado soberano con motivo de la celebración de la 80º asamblea de la ONU, que acaba de comenzar con su apertura oficial este día 9. Esta histórica declaración se va a producir al no cumplir el gobierno de Israel la condición que le puso para no tomar esta decisión en este momento: poner fin a su sangrienta campaña militar en Gaza y un compromiso para llegar a un acuerdo de paz sostenible a largo plazo basado en la solución de los dos estados.
Este reconocimiento tiene un gran valor simbólico al ser Reino Unido quien controlaba el territorio palestino hasta la fundación del estado de Israel, declarada por parte de los líderes judíos en 1948 aprovechando el fin del llamado Mandato Británico de Palestina. La salida abrupta de Reino Unido sin haber sabido consolidar una solución para el conflicto existente (generado durante su gobierno), dejó a Palestina en una situación muy frágil, que enseguida degeneró en una guerra en la región y un problema de difícil solución que aún sufrimos hoy día.
Reino Unido ejercía este control desde que a finales de 1917 conquistó este territorio al Imperio otomano durante el desarrollo de la Primera Guerra Mundial. Es en este contexto en el que un inglés llegó a Palestina procedente de nuestras tierras onubenses.
Henry Harold Vardy pisó por primera vez las minas de Riotinto el 26 de enero de 1908. Iba a hacerse cargo del tráfico de la red de ferrocarriles que la compañía británica Rio Tinto Company Limited había construido para transportar, de forma rápida y eficaz, el rico mineral de pirita de las minas de Riotinto al puerto de Huelva, y allí ser embarcado en cargueros dirección a Reino Unido.
Residió en el barrio inglés de Bellavista junto a su mujer Margaret Katherine. Primero en la casa nº 8 y, desde 1913, en la nº 38, que hoy es el alojamiento turístico Old England House. En estas casas ella dio a luz a cuatro hijos, dos niñas y dos varones, uno de ellos fue Harold Trayton Vardy, el riotinteño que participaría en el desembarco de Normandía durante la Segunda Guerra Mundial.

El 18 de julio 1917, el señor Vardy deja las minas alegando a la empresa unos misteriosos «motivos familiares». Nunca más regresó. En plena guerra, el 14 de septiembre, presenta en Londres su solicitud voluntaria para formar parte del ejército, y el día 28 entra a formar parte de los Reales Ingenieros como segundo teniente dentro de la División Operativa de Ferrocarriles. El 4 de octubre la Rio Tinto Company Limited aceptó su despido, presumiblemente solicitado días antes.
Su unidad es destinada a la región recién conquistada conocida como Palestina, para lo cual zarparon en un barco llamado Aragon que les llevaría por el Mediterráneo hasta Alejandría, en Egipto. Estaban a la espera de entrar a puerto, en la fría mañana del 30 de diciembre, cuando un submarino alemán que se encontraba al acecho bajo las aguas le puso en su punto de mira y disparó un torpedo que impactó a babor, hacía la popa. El barco se hundió en minutos, en el transcurso de los cuales se vivieron momentos de intenso dramatismo. Murieron 610 pasajeros y tripulantes, entre los que no se encontraba nuestro protagonista, que logró sobrevivir a la tragedia.
Tres semanas más tarde, tras recuperarse del desastre, su compañía atravesó la península del Sinaí en un tren militar hasta llegar al que sería el destino definitivo de nuestro inglés en Palestina: la población de Lod, con el cargo de oficial de tráfico en su estación de tren.
Aunque en aquel entonces solo albergaba unos 8.000 habitantes, Lod es un milenario enclave que aparece mencionado varias veces en la Biblia. En la actualidad cuenta con más de 70.000, y además del aeropuerto internacional Ben Gurión, el más importante de Israel, también se encuentra en ella el mayor nudo ferroviario del país. En su génesis fue participe Vardy, dado que era el oficial de tráfico de su estación de tren en un momento crucial para su desarrollo. Los Reales Ingenieros acababan de transformar a vía estándar el ferrocarril que venía desde el sur, convirtiendo Lod en cabecera del recién creado Ferrocarril Militar de Palestina. Desde entonces ha sido el principal centro ferroviario, primero durante el Mandato Británico de Palestina tras la Primera Guerra Mundial y más tarde con el estado de Israel, ya que se encuentra en la intersección de varias líneas férreas importantes en el centro del país.
Como jefe de estación de Lod, Vardy debió estar presente en la toma de la fotografía que acompaña este artículo, en la que, el día 4 de abril de 1918, la Comisión Sionista de Palestina se hizo retratar en el andén a su paso por la localidad en dirección a la ciudad de Jaffa. Sus miembros viajaban por primera vez desde la toma del territorio con el objetivo de influenciar a las nuevas autoridades británicas, establecer relaciones amistosas con la población árabe local y ayudar en el asentamiento en la región de población judía inmigrante, todo ello con la aspiración de crear algún día un Estado judío dentro de Palestina. El grupo estaba encabezado por Jaim Weizmann (segundo por la izquierda), líder del movimiento sionista, que tras lograr tan utópico objetivo tres décadas más tarde, se convirtió en el primer presidente del Estado de Israel.
La idea del movimiento sionista de crear un hogar nacional para el pueblo judío surgió en el siglo XIX de la mano de Theodor Herzl con la escritura del ensayo El Estado judío y la celebración en 1897 del primer Congreso Sionista. La quimérica idea soñaba con llevarlo a cabo en las antiguas tierras bíblicas desde el Eufrates hasta el Mediterráneo, pero al estar bajo dominio musulmán desde hacía 1500 años barajó otros territorios que consideraba más accesibles políticamente por aquel entonces como Uganda, Libia, México o Rusia. Sin embargo, con la toma de Palestina por el Imperio británico, el movimiento sionista aumentó la compra de extensos terrenos a propietarios palestinos, promovió la inmigración masiva de colonos judíos desde otras partes del mundo e intensificó sus influencias políticas para conseguir que en occidente se percibiera con naturalidad el hecho de que se creara un estado judío en un territorio perteneciente y habitado por musulmanes desde hacía milenio y medio. Todo ello con la ayuda financiera de grandes fortunas judías, como la de varios miembros de la familia Rothschild, clan que era principal accionista de la Rio Tinto Company Limited, por lo que podría decirse que la riqueza generada por las piritas de Riotinto ayudaron en cierta medida a la creación del Estado de Israel.

A pesar de que se ha desarrollado como un país avanzado tecnológicamente y con la apariencia de ser una democracia, al mismo tiempo lleva una política continua de expropiaciones de tierras a palestinos para seguir construyendo asentamientos israelíes y le niega al pueblo palestino su derecho a crear su propio estado. En la actualidad, tras el sangriento atentado perpetrado por el grupo terrorista Hamas, estamos asistiendo con estupor a la revelación de su gobierno como un ente nacionalista, vengativo y extremista, que lleva a cabo una campaña de exterminio de la población palestina de la franja de Gaza ante la indignación de la opinión pública internacional y la inacción cómplice del resto de países.
Vardy no comprendería la importancia para el devenir del s. XX, y de lo que estamos siendo testigos en nuestro siglo XXI, de ese grupo de judíos que se hicieron retratar en su estación de tren, pues falleció el 22 de agosto en la ciudad de Alejandría, hospitalizado por enfermedad. Sin embargo, su vida anterior es al menos igual de interesante de lo que acaba de leer en este artículo, digna de una película de Hollywood está trufada de intrigas, misterios y aventuras.
Todas las personas interesadas en la historia pueden descubrirla con la apasionante lectura de El secreto de los Vardy, uno de los cinco relatos biográficos que componen el libro ‘Viaje a la Extraordinaria Historia de los Ingleses de la Old England House’, que narra la historia de las familias británicas que vivieron durante el s. XX en una de las casas del barrio inglés de Bella Vista, hoy un alojamiento turístico de Categoría Superior donde usted mismo puede alojarse.
El libro se presenta este viernes 12 de septiembre a las 20:30 h en el edificio multifunción de Mazagón. Además, la obra también se podrá adquirir durante la celebración de las III Jornadas Británicas de Valverde del Camino los días 26 y 27 de septiembre, así como en numerosas librerías de la provincia de Huelva y online en el enlace de la editorial: www.riodetintabooks.es.















