Sección Descubriendo el Mediterráneo, séptimo artículo

“Ya estaban Cándido, Cunegunda y la vieja en la aldea de Aracena en mitad de los montes de Sierra Morena; y decían lo que sigue en un mesón”.

Capítulo IX: Qué fue de Cunegunda, de Cándido del gran inquisidor y el judío. Cándido o el optimismo.

François- Marie Arouet (Voltaire) es un autor muy conocido, ya que su obra filosófica nos ha legado las bases del pensamiento ilustrado y las del liberalismo político actual. En su obra destaca un pensamiento muy avanzado para su época, el siglo XVIII, basado sobre todo en algunos principios fundamentales que dejó reflejado en ciertos escritos, por ejemplo su Tratado de la tolerancia. En esta obra, defiende un

nuevo modelo de sociedad basado en la tolerancia de carácter religioso. Pero la vida de este defensor de ese importante valor no era modélica precisamente, ya que está constatado que para enriquecerse se dedicaba al comercio de esclavos, negocio muy lucrativo en aquella época.

El pintor surrealista Salvador Dalí, en la imagen que abre este artículo nos muestra esa segunda faceta de este ilustrado, que podría contradecir gran parte de esa teoría filosófica que muchos estudiamos en el bachillerato, e incluso en los cursos superiores de secundaria. Y es que en la imagen, en primer término, vemos a un conjunto de personas que están en un mercado de esclavos y, si afinamos la vista aparece una segunda imagen que es el busto de Voltaire realizado por Houdon, un escultor coetáneo suyo, y que hoy se puede contemplar en el Museo del Louvre (París).

Dentro de la obra de Voltaire destaca una fábula filosófica, la obra Cándido o el optimismo, un libro pequeño y de fácil lectura que publicó en 1759. Este artículo se titula Voltaire en la Sierra de Aracena porque sorprende, cuando se lee el libro, que un autor francés tan relevante que elige a Huelva (La Sierra de Aracena) como destino a donde acudiría Cándido. Este personaje creado por Voltaire, es un hombre bueno, que cree en “el mejor de los mundos posibles”, mantiene una visión optimista de la vida, aún cuando debe pasar verdaderas penurias que no se van solucionando, sino empeorando.

Cuando el lector se acerca al breve capítulo IX de esta obra puede preguntarse: ¿Estuvo verdaderamente Voltaire en la Sierra de Aracena? ¿Qué interés puede tener ese lugar para este escritor? La respuesta está en cómo se encontraba esta zona en el año en que se escribe la fábula. Cuando Voltaire publica el libro hace escasamente cuatro años que ha ocurrido uno de los mayores desastres europeos del momento: el terremoto o mejor dicho el maremoto de Lisboa (1755). El filósofo, al enterarse del tremendo desastre, pide a los comerciantes andaluces con los que trata y a amigos cercanos a Portugal, que le narren lo sucedido. Profundamente impactado por las noticias del suceso, un año después Voltaire le dedica a Lisboa el poema: “El desastre de Lisboa” donde vuelca toda su melancolía y dolor por lo ocurrido.

En las crónicas de la época se narra que este terremoto afectó, sobre todo, a Extremadura, Huelva, Sevilla y Cádiz. Dentro de estos espacios, la Sierra de Aracena se vio afectada y el autor coloca allí a Cándido y sus acompañantes que, en su optimismo, parece no percatarse de los desastres que le rodean. Imaginen cómo se encontraban aquellos pueblos de la sierra y sus construcciones más importantes, como las iglesias y sus torres, buena parte de las cuales fueron reconstruidas por la familia de arquitectos sevillanos Figueroa, entre mediados y finales del siglo XVIII.

Voltaire, probablemente, solo a través de cartas, crónicas y encuentros con sus amigos pudo conocer nuestra magnifica Sierra de Aracena pero, al elegir este lugar destruido para las aventuras de su protagonista, quizás le dio a este hecho un carácter más bien simbólico. Tal vez pensó que la destrucción del terremoto de Lisboa y sus consecuencias podían hacer renacer esos lugares de nuevo. Quizás quiso decirnos que el ser humano de la ilustración tenía, necesariamente, que destruir los modelos del pasado y buscar un nuevo futuro que pudiera asemejarse a un nuevo renacimiento. Los acontecimientos revolucionarios que tuvieron lugar en los años siguientes (Revolución francesa y sus consecuencias) cambiaron para siempre el modelo de sociedad hasta entonces conocido y tal vez Voltaire, con esta historia, se constituyó en todo un visionario de la nueva sociedad que, en pocos años, habría de venir.

Bárbara Yáñez Feria