Diez detenidos por cultivar 10.000 plantas de marihuana en cinco municipios de Huelva

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La Operación Peppermint se ha desarrollado en Gibraleón, Aljaraque, Moguer, Trigueros y Beas

La Guardia Civil ha procedido a la detención de diez personas e investiga a otras cuatro como supuestos autores de un delito contra la salud pública y por defraudación de fluido eléctrico

La denominada Operación Peppermint, se ha llevado a cabo durante los últimos seis meses en diferentes fases, siendo desmantelados seis centros de producción de marihuana de tipo indoor, y outdoor en las localidades de Gibraleón, Aljaraque, Moguer, Trigueros y Beas.

Los integrantes de la organización utilizaban viviendas, normalmente de tipo rústico, para el cultivo de la droga. Además, en ocasiones preparaban varias estancias para obtener los diferentes estados de floración y así obtener una continuidad en el cultivo, conllevando un mayor beneficio económico.

La última fase de la Operación concluyó en la localidad de Moguer, en una parcela rústica en régimen de arrendamiento, que escondía entre invernaderos que tenían apariencia de cultivo de frutos, una plantación de más de 8.100 plantas en su último estado de floración, listas para ser recolectadas.

También disponían de una nave de aperos para realizar las labores de secado y almacenaje, encontrándose multitud de plantas en este proceso, además de, unos 98 kilos de cogollos y picadura de hojas de marihuana,

la mayoría envasados en bolsas al vacío e introducidas en varias maletas para su posterior distribución y venta.

En el interior de la finca, los responsables habían instalado varias viviendas prefabricadas por módulos para pernoctar, y a la vez, poder ejercer las funciones de guardería durante todo el día, realizando también las labores de plantación y recolección del cultivo ilícito.

Para crear un ambiente óptimo en las instalaciones destinadas para el secado de las plantas, disponían de una sofisticada instalación fotovoltaica para producir la energía demandada y evitar ser detectados por una posible defraudación eléctrica, que es un delito que regularmente se comete en los cultivos de cannabis, por el elevado consumo eléctrico que requieren.

Durante el registro, se inspeccionaron las zonas colindantes a la finca, pudiendo descubrir que habían alterado el terreno para construir diferentes balsas y disponer de agua almacenada, para así abastecer al cultivo mediante un sistema de regadío y asegurar la máxima producción.

La operación ha concluido con la puesta a disposición judicial a 14 personas, desmantelándose 6 centros de producción, se han incautado 10.655 plantas de Cannabis Sativa, 125 kilos de cogollos y picadura listos para su venta, además de multitud de efectos y productos utilizados en el cultivo o elaboración de la sustancia.

Se estima que el coste defraudado en suministro eléctrico asciende a 120.000€

Las actuaciones han sido llevadas a cabo por el Equipo ROCA 4 de la Guardia Civil, con el apoyo del Puesto de la G.C. de Trigueros y Policía Local de la misma localidad, así como la Patrulla Fiscal Territorial (PAFITE) de Mazagón, además del CITCO (Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado) para las labores de destrucción in situ de las plantas y el transporte al centro autorizado.

Atalaya Mining planta 11.000 pinos y siembra otros tantos en zonas devastadas por los incendios

En los municipios de Minas de Riotinto y Nerva

Dentro de las actuaciones de minería responsable que desarrolla la empresa Atalaya Mining se han impulsado varias iniciativas como la restauración de zonas devastadas por los incendios.

El equipo de Medio Ambiente de la empresa ha reforestado las zonas calcinadas en los términos municipales de Nerva y Minas de Riotinto, con un total de 11.000 pinos plantados y otros 11.000 sembrados.

La Fundación Atalaya ha invertido más de 750.000 euros en proyectos de apoyo social durante el pasado 2021, repartidos entre un total de 33 entidades de los siete municipios de influencia de la Cuenca Minera (Minas de Riotinto, Nerva, Berrocal, Campofrío, La Granada de Riotinto, El Campillo y Zalamea la Real). Esta aportación económica supone un incremento del 26,6% con respecto a la del ejercicio de 2020 para beneficio de una población de 15.000 personas.

Las Ericas trasplantadas de la mina de Riotinto logran florecer en su nueva ubicación

La traslocación de las plantas se incluía en la AAI con el objetivo de preservar el 25 por ciento de los rodales afectados por los movimientos de tierras

Cuando una planta es sometida a un trasplante a una nueva ubicación, es normal que sufra un estrés incluso crítico para su supervivencia. Habitualmente, las plantas traslocadas tardan un tiempo en establecerse. Durante ese tiempo de aclimatación a la nueva ubicación, llegan incluso a deshacerse de su parte aérea, particularmente en periodos de sequía, de manera que pueden concentrar toda su energía en el desarrollo radicular como estrategia de supervivencia.

No es el caso de las ericas trasplantadas de la mina de Riotinto, que «están mostrando un comportamiento excelente en sus nuevos emplazamientos gracias a los procedimientos y cuidados empleados por el departamento de Medio Ambiente de Atalaya», destacan desde la compañía minera en su último Boletín Informativo.

Esta gestión de la especie endémica protegida Erica Adevalensis forma parte de los requerimientos expresados por las autoridades ambientales en el proceso de autorización del proyecto minero. Dentro de la Autorización Ambiental Unificada de la mina de Riotinto, se planteaba la necesidad de realizar una traslocación de individuos de Erica con el objetivo de preservar el 25 por ciento de los rodales afectados por los movimientos de tierras propios de la actividad minera, un requerimiento que, para la empresa, «representaba un reto sin procedentes en la minería andaluza».

Desde entonces hasta hoy, la empresa y su departamento de Medio Ambiente han trabajado «intensamente» para establecer los protocolos y procedimientos que permitieran «el éxito que hoy se observa en las nuevas ubicaciones de estas plantas», destacan desde Atalaya.

Según la empresa, una de las claves ha sido la puesta en marcha de un vivero, en el cual se siguen generando individuos desde semilla que forman parte de un proyecto de investigación y desarrollo cuyo objetivo es observar los límites y capacidades de la planta y depurar la técnica en futuras traslocaciones.

La propia empresa ha dado «cumplida información» a las autoridades ambientales sobre el «buen funcionamiento» del programa de manejo de la Erica, complaciéndose al comprobar «la rapidez con la que nuestras plantas se adaptan a su nuevo destino».

«La benevolencia del clima en estos meses, sumada a la efectividad de los protocolos diseñados e implantados por Atalaya, han ofrecido la grata noticia de que, tan sólo cinco meses después de su trasplante, estos individuos muestran un estado de salud envidiable y se permiten incluso el lujo de entrar en floración», concluyen.