Los 16 asesinados en La Pañoleta, protomártires españoles de la Democracia Republicana

Vecinos todos de la Cuenca Minera de Riotinto, fueron las primeras víctimas del Golpe de Estado franquista en todo el territorio español

El Golpe de Estado franquista, del que hace unos días se cumplía el 84 aniversario, provocó numerosos asesinatos de vecinos de la Cuenca Minera de Riotinto, los primeros el 19 de julio de 1936 en La Pañoleta (Camas), donde perdieron la vida un total de 16 personas de la comarca, todos pertenecientes a la Columna Minera.

Así se denominó al dispositivo organizado por el Gobierno de la República para acabar con el alzamiento franquista, para lo que los integrantes de la Columna Minera partieron desde Nerva en dirección a Sevilla, pasando por varios pueblos como Valverde del Camino o San Juan del Puerto, donde se iban incorporando nuevos miembros.

Sin embargo, poco antes de su llegada a la capital hispalense, en el municipio sevillano de Camas, sufrieron una emboscada promovida por quien en principio era el máximo responsable de la columna, el comandante León Gregorio Haro Lumbreras, que traicionó con ello a las autoridades republicanas de Huelva y cumplió las órdenes del golpista Gonzalo Queipo de Llano Sierra.

La emboscada dio al traste con el cometido de este dispositivo y acabó con la vida, ese mismo día, de 16 integrantes de la columna, todos ellos de la Cuenca Minera de Riotinto. Sus nombres son Ricardo Caballero Calleja, de Riotinto (41 años), Bernardino Díaz Vázquez, de Riotinto (39 años), Andrés García Llanes, de Nerva (26 años), Francisco Iglesias Monterrubio, de Riotinto (30 años), Felipe Jara Maya, de Nerva (37 años), Cayetano Muñoz Maestre, de Riotinto (25 años), Domingo Pachón ¿?, de Riotinto (24 años), José Palma Pedrero, de Riotinto (35 años), Domingo Pavón Fernández, de Riotinto (25 años), Joaquín Piedad Lorenzo, de Nerva (26 años), Policarpo Rodríguez Requejo, de Riotinto (27 años), y Francisco Salgado Mariano, de Riotinto (35 años).

A ellos hay que sumar otros cuatro asesinados de los que aún se desconocen sus nombres, pero no la edad aproximada, fijada en el informe forense en 20, 25, 40 y 45 años. Además, cabe resaltar que de esos 16 asesinados, 14 perdieron la vida en La Pañoleta y, otros dos, Andrés García Llanes y Joaquín Piedad Lorenzo, en el municipio vecino de Sanlúcar la Mayor, a donde llegaron ya malheridos en su intento de huida.

Estas fueron las primeras 16 personas que perdieron la vida como consecuencia del Golpe de Estado del 18 de julio del 36 no solo de la Cuenca Minera de Riotinto, sino también de toda España, pues fueron los primeros asesinados por los golpistas en todo el territorio nacional, con lo que se convirtieron en los protomártires españoles de la Democracia Republicana.

Con estos 16 asesinados, TINTO NOTICIAS -El periódico de la Cuenca Minera de Riotinto- inicia una serie en la que dará a conocer los nombres de todas las víctimas del Golpe de Estado conocidas hasta el momento en esta comarca, para lo que este periódico se basará en las investigaciones publicadas hasta el momento y recopiladas para esta redacción por el presidente de la Asociación de Memoria Histórica de la Provincia de Huelva y autor de la obra ‘Memorias Recuperadas. El Campillo-Salvochea’, Fernando Pineda.

Ricardo Gallego: «Pasamos toda la noche en el Ayuntamiento con la confianza de que todo se resolviera»

El que fuese alcalde de Nerva durante el 23F cuenta cómo vivió ese día cuando se cumplen 38 años del intento de Golpe de Estado de Tejero

Acaban de cumplirse 38 años del intento de Golpe de Estado perpetrado por el teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero el 23 de febrero de 1981 y Tinto Noticias -el periódico de la Cuenca Minera de Riotinto- ha querido conocer cómo se vivió ese día en la comarca para contárselo a sus lectores.

Para ello, esta redacción ha querido contactar con quienes eran alcaldes en la zona durante aquel suceso, ocurrido en la primera legislatura municipal de la democracia, de los que sólo dos siguen vivos: Ricardo Gallego, alcalde de Nerva por el Partido Comunista, y Fernando Pineda, alcalde de El Campillo por el PSOE.

Ambos han atendido la llamada de este periódico para contar sus experiencias durante aquellos hechos, que también fueron vividos como regidores municipales por Manuel Peregrina, alcalde de Minas de Riotinto por el PC, Antonio Domínguez, alcalde de Zalamea la Real por el PSOE, y Salvador González, alcalde de Campofrío por el PSOE, ya fallecidos.

En este primer artículo nos centramos en Ricardo Gallego, un histórico líder político y sindical que, a sus 72 años, recuerda muy bien aquel día, que lo pasó junto a sus compañeros concejales «con mucha preocupación pero con confianza en que todo se resolviera de manera positiva», destaca, si bien indica que «nunca tuvimos miedo» y que en ningún momento pensaron en huir, aunque claramente estaban muy «significados» por su pertenencia al PC.

Estaban tomando café en un bar situado frente al Ayuntamiento de Nerva cuando tuvieron conocimiento de lo que acababa de suceder en el Congreso de los Diputados. «Íbamos a celebrar una comisión de gobierno», recuerda, pero «nos reunimos para ver qué hacíamos y decidimos suspenderla», tras lo que «los concejales y la gente más cercana nos fuimos al Bar de El Pantano», situado entre El Campillo y Zalamea la Real, dentro del término municipal campillero.

Allí estuvieron entre «dos y tres horas» atentos a la televisión para saber qué pasaba, tras lo que decidieron volver a Nerva. Primero «nos dimos una vuelta por el cuartel de la Guardia Civil», que estaba «completamente cerrado», tras lo que se fueron al Ayuntamiento, donde estuvieron el resto de la tarde y toda la madrugada, hasta que ya tuvieron claro que el intento de Golpe de Estado había fracasado.

Preguntado por si en algún momento recibió alguna amenaza de alguien contrario al régimen democrático, Ricardo Gallego dice que no. «En Nerva no había ni falangistas, y si los había estaban muy callados», señala, al tiempo que recuerda que la población vivió esos momentos «en calma» y «muy recogida».

Alcalde de Nerva durante ocho años, entre 1979 y 1987, Gallego destaca que aquellos tiempos eran «muy distintos» a los actuales en el ámbito de la política. «Antes se hacía política para el pueblo, hoy para el partido», señala, al tiempo que indica que los municipios tenían tantas carencias en materia de servicios públicos e infraestructuras que «sólo nos dedicábamos a intentar subsanarlas».

Además, recuerda que las relaciones entre los alcaldes de la comarca eran «muy buenas». Había «mucho respeto» entre todos, aunque hubiese «distancias ideológicas». De hecho, subraya que los alcaldes «estábamos unidos a la hora de solucionar los problemas comunes de toda la comarca».

Foto: Manuel Aragón