¡Hola, queridos gaiatitanos! Estamos de vuelta con vuestro blog favorito (😉), esta vez con un post sobre el libro y la película que cuentan la historia del «año de los tiros», un evento histórico ocurrido en la famosa mina de Riotinto.
Antes que nada, si es la primera vez que leéis sobre Riotinto, aquí os dejo un post escrito hace tiempo para que os podáis familiarizar con uno de los entornos mineros más espectaculares y famosos a nivel mundial, que podéis leer en este enlace.
Si acabáis de leer el artículo que os puse arriba, sabréis ya que un frío sábado de 4 de febrero, en un año que curiosamente contiene casi todos los números repetidos – 1888 – como si quisiera ya de entrada hacernos un guiño sobre algo mítico que esconde, tuvo lugar la primera manifestación medioambiental en España (e igual en el mundo, corregirme si me equivoco). En realidad fue una huelga de los mineros que trabajaban en la Corta Atalaya para la Riotinto Company que en primer lugar exigían que se acabara con las teleras (unos montones de pirita que llevan el nombre de este pan ya que supuestamente se parecían en forma, que ardían durante más de medio año para que así se separara el cobre, era una especie de un primer refinamiento para abaratar los costes de transporte del mineral). El principal problema fue el dióxido de azufre que se desprendía de esta calcinación y que ocasionaba problemas respiratorios. Pero la huelga tiene más objetivos relacionados con los contratos laborales y uno de ellos era que se pagara el jornal entero de los mineros los días que ocurría la famosa «manta» y no sólo la mitad del jornal. La manta era una especie de niebla muy densa, producida por el dióxido de azufre (sí, el mismo que produce la lluvia ácida, por lo que también se unieron a la huelga muchos agricultores, ganaderos y terratenientes en general y de varios pueblos – Nerva, El Campillo, Zalamea, etc.). Con esta niebla era imposible trabajar y había que esperar a que se despejara el ambiente, y ese tiempo no era pagado a los mineros, aunque, como veis, no era culpa de ellos, sino que era una consecuencia del proceso de transformación del mineral de la propia compañía.
Siga leyendo a través del siguiente enlace: Riotinto, donde se arrancó el corazón de la tierra.