Un Policía Nacional fuera de servicio logró mantenerlo a flote y también tuvo que ser atendido por los bomberos

Un agente de la Policía Nacional fuera de servicio ha salvado en Santa Olalla del Cala a un hombre de 60 años que había caído al interior de un pozo de una finca y en el que se introdujo el policía para tratar de evitar que falleciera, ya que el hombre presentaba síntomas de hipotermia y estaba a punto de hundirse.

Así, según ha indicado en declaraciones a Europa Press el propio agente R. Nogales, vecino también de esta localidad onubense, estuvo manteniendo a flote al hombre durante dos horas en el agua, con una temperatura que rondaba los cinco grados, por lo que, cuando llegaron los bomberos para sacarlos, tuvo que ser también atendido por los servicios sanitarios.

El agente ha explicado que el suceso tuvo lugar el pasado domingo, cuando sobre las 19,10 horas se encontraba en una parcela propiedad de un familiar, en la zona del Molino de la localidad, donde apareció una persona afirmando que los familiares del dueño de un huerto cercano estaban buscándolo al no regresar a su domicilio al mediodía, lo que había levantado «la alarma» en su núcleo familiar «por lo extraño de lo sucedido».

Nogales ha explicado que se dirigió «rápidamente» hacia el huerto del hombre, donde se encontró abierta la trampilla de la noria y los efectos personales del mismo alrededor del lugar. De este modo, y con la ayuda de un familiar que contaba con una llave del lugar, accedieron al interior y encontraron al hombre desaparecido «flotando e inmóvil» en el interior del pozo donde «solo mantenía la cara fuera del agua», motivo por el que en un primer momento lo dieron por muerto ya que «no hacía ningún tipo de gesto».

En ese momento, el agente observó que una tubería a la que permanecía agarrado el accidentado comenzó a moverse «levemente», por lo que se dio cuenta de que aún permanecía con vida y, tras alertar al teléfono de Emergencias para solicitar ayuda, y ante «la gravedad de la situación» al mostrar esta personas «síntomas de agotamiento» y tener «la mirada perdida», apoyado por algunos de los vecinos, se ató a dos cuerdas por las que descendió unos diez metros al interior del pozo para socorrer al hombre.

Así, una vez dentro, este reaccionó sujetando al policía y dejando caer todo su peso sobre él, lo que los empujó a ambos hacia el fondo. «Ahí fui consciente de la profundidad del pozo, que debía ser de entre 10 o 15 metros y de lo fría que estaba el agua, por lo que decidí tratar de calmarlo diciéndole que todo iba a salir bien, que iba a salir y que no lo iba a dejar allí».

De esta manera, ha proseguido Nogales, «una vez que volvimos a salir lo sostuve con mi cuerpo, haciendo como si fuera una especie de silla, para mantenerlo a flote. En este momento, comenzó a calmarse aunque el frío del agua y el peso del hombre ya comenzaban a hacer mella en mi».

Así permanecieron durante lo que el agente calculó que habían sido unos 90 minutos hasta la llegada de los bomberos, «aunque luego me dijeron que fue como unas dos horas». «Todo ello mientras trataba de mantener despierto al accidentado, siguiendo en todo momento las recomendaciones del medico del 061».

Nogales ha destacado asimismo que la llegada de los indicativos de la Guardia civil «fue fundamental» ya que «cada uno hizo una función imporantísima», subrayando «la organización realizada por el responsable del dispositivo, a cargo del sargento del puesto de Zufre», quien «organizó a las personas que se encontraban allí» hasta la llegada de las ambulancias y bomberos al lugar, «con los que colaboraron» para sacar a los afectados del interior del pozo, así como «el trabajo del sargento del puesto de Santa Olalla».

Una vez que los bomberos llegaron al lugar, un componente se introdujo por la puerta de la parte superior del pozo hasta la altura del agente y, «con mucho cuidado y esfuerzo», sujetaron al accidentado con un arnés para ser extraído del pozo y, después, sacar al policía.

Una vez en el exterior, ambos fueron asistidos por los sanitarios, presentando la víctima «un cuadro de hipotermia, quemadura severas en ambas manos y dolor en un costado», por lo que fue trasladado al hospital Virgen Macarena de Sevilla, donde estuvo ingresado hasta el pasado martes.

Por su parte, los familiares informaron de que el accidente de debió a que el hombre trató de bajar para coger un audífono que se le había caído al interior del pozo mientras sacaba agua con un cubo, pensando en que la profundidad «era mínima». En ese intento, cayó al fondo «quedando atrapado sin posibilidad de salir por sus propios medios».

Finalmente, el agente ha agradecido «la ayuda prestada por todos», al tiempo que ha destacado «la unión y vecindad que hay en los pueblos» ya que «todos los que supieron de la situación acudieron a colaborar en lo que fuera necesario».

Por su parte, el alcalde de Santa Olalla del Cala, Antonio Plaza, ha informado a Europa Press de que la Alcaldía ha propuesto a Nogales para que le sea concedida la medalla honorífica de la villa de Santa Olalla del Cala, «por su valor, corazón y entrega al deber», tras «salvar la vida de nuestro vecino que había caído accidentalmente a un pozo, no dudando en poner su propia vida en peligro para conseguirlo».

Igualmente, ha comunicado por escrito de este hecho a las subdelegaciones del Gobierno, tanto de Huelva como de Sevilla –donde trabaja el agente–, y a la Junta de Andalucía, con intención de que se le reconozca esta actuación más allá de su municipio.

Plaza ha reconocido sentirse «orgulloso» de que Nogales «sea vecino de la localidad» y ha manifestado su «alegría» porque el accidentado «haya podido salvar su vida».