Ninguna de las cuatro procesiones se atrevió a salir ante el fuerte viento y la amenaza de lliuvia
La Semana Santa de Huelva se ve nuevamente afectada por las inclemencias del tiempo. Tras el complicado Martes Santo, los cofrades ya temían que el día de las grandes devociones de la ciudad no brillara con todo su esplendor. El Miércoles Santo estuvo marcado por el viento desde tempranas horas de la mañana, evidenciando lo que se avecinaba para la tarde. La Agencia Estatal de Meteorología anunció una alerta amarilla por vientos de más de 70 km/h, junto con la llegada de un frente procedente del norte de la península que trajo consigo chubascos y una fuerte tormenta prevista para la madrugada.
Ante esta situación, las cuatro hermandades que tenían previsto realizar sus procesiones tomaron una decisión unánime: cancelar sus salidas a la calle. Las juntas de gobierno de las cofradías consideraron que era lo más acertado para evitar posibles daños tanto humanos como materiales. El Miércoles Santo se convirtió así en una tarde de tristeza, donde los hermanos se congregaron en sus parroquias para brindarse apoyo mutuo en momentos difíciles. El esfuerzo de todo un año se reflejaba en los rostros de muchos presentes, que lamentablemente no pudieron ofrecer a Huelva los momentos de esplendor esperados en este día tan especial.
Las hermandades de Victoria y Esperanza aguardaron en sus templos, consolando a quienes llegaban en busca de consuelo. A ellas se unieron Santa Cruz y Prendimiento, todas ellas esperando un nuevo Miércoles Santo en una jornada complicada que deja un sabor agridulce en el corazón de los cofrades.
Fotografías: David Évora