La parroquia de la Purísima Concepción acogió a los fieles entre las 8,00 y las 12.00 horas
No hubo manera. El tiempo no mejoró y Madrugá se quedó sin una de las estampas más preciosistas de la Semana Santa onubnense. El Nazareno hizo estación de penitencia en su templo a las 3.30 de la madrugada y por la mañana volvió a abrir sus puertas a los onubenses para que pudiera verse en su esplendor al Señor de Huelva dentro de los muros de la iglesia.
Fotografía: David Évora