Será en un acto oficial por el Día de Andalucía mientras prosiguen las investigaciones

La localidad de Lepe entregará el próximo 28 de febrero, Día de Andalucía, sus Honores y Distinciones de la Ciudad, recayendo uno de ellos para las víctimas del pesquero gallego ‘Villa de Pitanxo’, que naufragó a 450 kilómetros de Terranova (Canadá) hace ahora un año.

De esta manera, el Ayuntamiento pretende honrar a los 21 fallecidos en la tragedia, ya que precisamente el primer oficial del barco, Juan Antonio Cordero, era vecino del municipio.

Será su hijo, Juan Antonio Cordero Coro, el encargado de recoger este galardón. Además, al igual que en muchas localidades gallegas, Lepe instalará una placa con los nombres de todas las víctimas.

El pesquero gallego ‘Villa de Pitanxo’ se hundió el 15 de febrero de 2022 en aguas cercanas a Canadá, acabando con la vida de 21 de los 24 marineros que viajaban a bordo.Copiar al portapapeles

Investigación sobre el hudimiento del barco

La investigación provisional del hundimiento del ‘Villa de Pitanxo’, con 21 fallecidos y tres supervivientes, arroja que en su última posición navegaba a 2,6 nudos de velocidad en el medio de un temporal con olas de hasta 10 metros mientras “el arte de pesca, que todavía no se ha virado y contiene las capturas de las últimas horas de arrastre, ejerce un fuerte tiro sobre las pastecas de arrastre”.

Así figura en el informe provisional que ha publicado la Comisión Permanente de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (Ciaim) –dependiente del Ministerio de Transportes– en el que se apunta que en ese momento, “por causas que se están analizando, el buque queda sin capacidad de maniobra”. Este organismo recuerda que no habrá un estudio completo del naufragio –ocurrido el 15 de febrero de 2022 a 250 millas al este de Terranova (Canadá)– hasta que se baje al pecio, además de los ensayos que se realizan con un modelo del buque a escala.

El patrón del ‘Villa de Pitanxo’, Juan Padín, aseguró que una parada repentina del motor fue la causa del naufragio, una versión se contrapone con la Samuel Kwesi, uno de los tres supervivientes, que afirmó que el aparejo se había quedado embarrado en el fondo del mar, lo que propició que comenzase a entrar agua en el barco y finalmente se parase el motor. La investigación apunta ahora que en su última señal el barco superaba los dos nudos de velocidad.

Al respecto, la portavoz de las familias, María José de Pazo, ha remarcado que este informe “no es el definitivo”, por lo que pide esperar a lo que “siempre” han solicitado, que es bajar al pecio, para que “no quede ninguna laguna por explorar” y “pueda ser beneficioso para saber la verdad de este naufragio”.