La flamante campeona de Europa y subcampeona de España en Duatlón, todo un ejemplo de lucha y constancia desde que le amputaron su pie derecho

Carmen González Sánchez nació el 16 de junio de 1983 en el pueblo onubense de Trigueros. Desde muy pequeña tuvo que enfrentarse a un gran obstáculo que le supondría un gran cambio durante toda su vida, la amputación de su pie derecho. González Sánchez nos cuenta que “era muy pequeña, era feliz porque no me daba cuenta de nada, pero cuando llegó la etapa de la pubertad fue cuando empecé a pasarlo mal viendo cómo era diferente al resto”.

Su forma de verse le cambió tras asistir a una charla de deportistas discapacitados a la que asistían dos medallistas paraolímpicos. Su ortopedia la invitó y fue allí donde la descubrieron por un simple olvido. “Salí corriendo al coche y uno de los ponentes me vio”. Carmen nos relata que allí les enseñaban a hacer ejercicios para tener calidad de vida y ella se ofreció voluntaria. En ese momento, la animaron a que practicara atletismo, ya que la veían con las cualidades físicas suficientes para triunfar.

Ese día cambió su vida. Tras varias charlas, todo lo que le enseñaron le levantó el ánimo y su forma de verse dio un vuelco. Comenzó a aceptarse y a pensar que lo que tenía no era un problema, sino un complejo y, a partir de ahí, ella podría ser ejemplo para otras personas que tienen esa discapacidad y que podría conseguirlo a través del deporte.

Con tan solo 16 años, Carmen comenzó a adentrase en el mundo de las competiciones y su debut fue en el IX Campeonato de Andalucía celebrado en Algeciras (Cádiz). Su éxito la llevó a participar en el Campeonato de España que le dio paso a participar en el Campeonato del Mundo de Atletismo de la ISOD para amputados y afectaciones físicas que celebraba su primera edición.

Su presencia en estas competiciones hizo sonar a la triguereña, lo que ocasionó que fuera convocada para los Juegos Paralímpicos de Sídney 2000. Carmen asevera que no se esperaba llegar allí. De hecho, afirma que en un principio no quería asistir. “Tenía 17 años y pensaba que dónde iba sin mis amigos, sin mi familia, tantos días allí”. Admite que fue una reacción un tanto inmadura pero todo derivado de la edad que tenía. Hoy en día se siente muy feliz de haber asistido ya que sabe que para ella ha sido la competición más importante y en la que mejor se ha sentido, ya que iba muy mentalizada y preparada para la ocasión.

Después de esto, hemos estado más de veinte años sin saber de ella. Durante todo este tiempo, lo que para muchos han sido años de silencio, para ella han sido años de entrenamiento sin parar. No ha parado en ningún momento, siempre ha seguido participando y compitiendo en carreras populares donde no ha estado federada.

Afirma que ha seguido haciendo deporte a nivel de salud, pruebas populares y mantenimiento, pero que nunca ha dejado de entrenar. Confiesa que no solo práctica atletismo, sino también natación y ciclismo y otras actividades que desempeña en su puesto de trabajo en el centro deportivo de San Juan del Puerto.

En 2020 volvimos a saber de ella, cuando se proclamaba campeona de Europa en Duatlón. En ese momento, un compañero de Sídney la redescubrió y le propuso que debía volver a competir. Es ahí cuando la federación andaluza se pone en contacto con ella y envía al comité paraolímpico internacional los documentos para que la admitan.

Carmen nos cuenta que se retiró por el mismo motivo que lo hubiera hecho ahora, “el coste que tiene el mantenimiento de este tipo de deporte”. Habla de que para poder practicarlo es necesario la utilización de una prótesis adecuada. Hace poco ha conseguido una nueva con la ayuda de varios patrocinares y la venta de camisetas que ella misma ha diseñado.

Asegura que la gente se ha involucrado mucho para que ella pueda conseguir esta nueva prótesis, ya que ha vendido más de 1.000 camisetas y aún le quedan muchas por vender, puesto que también quiere comprarse la prótesis de la bicicleta para poder igualar las condiciones de competición con el resto de los contrincantes.

Su retirada se ocasionó debido a la falta de medios, se sintió fuertemente golpeada por la falta de compresión, ya que anteriormente ninguna empresa apostó por ella para poder costeársela y terminó haciéndose a la idea de no poder hacer deporte y de que la sociedad no lo valora. Hacer deporte con esta discapacidad es un tanto incómodo, ya que la prótesis le molesta, y más cuando es una nueva, pero llega un momento en el que desconecta y su cerebro solo se centra en la competición.

A pesar de esto, las cosas han cambiado y ya ha podido conseguir la nueva prótesis con el apoyo de sus patrocinadores y la venta de sus camisetas. Con esta nueva, recientemente se proclamó subcampeona de España de Duatlón. Afirma que se siente feliz porque era un resultado inesperado. “He visto que estaba en mejor forma de lo que esperaba”.

Y es normal que esté en buena forma, porque Carmen no ha parado en ningún momento de entrenar, incluso estando embarazada de ocho meses continuaba haciendo ejercicio. Ella misma lo dice, se considera una persona muy constante y lo destaca de su trayectoria deportiva, en la que no ha tenido ningún momento de flaqueza para decir que iba a dejar una temporada de entrenar.

Actualmente, Carmen no solo compite, sino que, tras graduarse en el instituto de su localidad, la triguereña se graduó en un Grado Medio de Comercio y después de un tiempo ha seguido formándose, dirigiéndose al mundo fitness para dar clases en el centro deportivo donde trabaja. Es monitora de acciones dirigidas en San Juan del Puerto. Atestigua que le apasiona su trabajo y que hace piña con sus compañeros para poder ir a las competiciones y concentraciones.

Ahora mismo tiene como objetivo de futuro seguir compitiendo. Se encuentra en un proyecto llamado promesas paralímpicas, donde la van a orientar durante un año de cara a los Juegos Paralímpicos de Paris 2024. Ella sabe que se enfrenta a muchos entrenamientos y constancia, al tiempo que requiere que todo vaya a favor y que nada se ponga en su contra.

Sabe que hay muchas competiciones por medio y que pueden pasar muchas cosas, pero no quiere dejar de intentarlo. Ella tiene un lema y es que “todo se consigue con las ganas de vivir, incluso los sueños”. Por eso también quiere animar a todas esas personas que se encuentran en su misma situación a que busquen motivación. “Tener una discapacidad física a la vista es alarmante, pero estamos cambiando la sociedad y lo estamos normalizando, así que eso no tiene que ser motivo para quedarnos en casa y no hacer deporte o relacionarlos. Hay que echarle un poco de poca vergüenza”, nos comenta.