El alcalde destaca la importancia de la actuación, que supone una inversión municipal de 1,5 millones de euros
Con una inversión municipal de 1,5 millones de euros, arrancarán el próximo lunes 18 de abril las obras de reurbanización que convertirán en plataforma única el eje conformado por las calles Palos de la Frontera, Fernando El Católico y Padre Marchena, incluyendo asimismo un tramo de la calle San Salvador. Vías todas ellas que, como ha recordado el alcalde, Gabriel Cruz, “se mantendrán abiertas al tráfico rodado tras estas obras, pero ganando espacio para el peatón e incorporando nuevo pavimento, arboleda y mobiliario urbano, adoptando un tratamiento de espacio público adaptado a la imagen del Casco Histórico”.
Una actuación que, como ha destacado el primer edil, “tendrá un impacto muy positivo en el embellecimiento, disfrute y accesibilidad de este entramado viario del Centro, dando continuidad estética a la trama peatonal de la Gran Vía que ampliamos recientemente en las calles laterales del Ayuntamiento”.
“Atendiendo a una reclamación histórica de los residentes de la zona, -ha señalado- vamos a eliminar los adoquines que tantas molestias y contaminación acústica provocan”.
Dentro de las actuaciones que el Ayuntamiento propone para la mejora de la escena urbana teniendo en cuenta los criterios de movilidad sostenible y de bajas emisiones de CO2, la intervención en este eje de comunicación se convierte en una prioridad para conseguir poner en valor este viario, apostando por la accesibilidad universal, ganando espacios peatonales para la ciudad.
Cruz ha recordado que esta actuación, que se ha adjudicado por un presupuesto de 1.545.203 euros, se financiará “gracias al remanente de tesorería positivo con el que logramos cerrar el pasado ejercicio, fruto de una gestión económica responsable y un esfuerzo de saneamiento que está dando sus frutos”.
Fases y detalles de la actuación
Se actuará en una superficie de 6.540 metros cuadrados, desde Quintero Báez hasta la Casa Colón. Como ya se ha explicado desde el Consistorio en una reunión informativa con los comerciantes y representantes vecinales de la zona, la ejecución de este proyecto se divide en cuatro fases, comenzando por el tramo de la calle Padre Marchena hasta la intersección con Arquitecto Monís. Como se indicará en cartelería en la zona de La Palmera, no se podrá acceder a la Alameda Sundheim, solo se permitirá el acceso a residentes, a los usuarios de los aparcamientos públicos próximos a la Casa Colón y a los vehículos que realizan tareas de carga y descarga.
La fase 2 proseguirá por el siguiente tramo de Fernando el Católico -hasta alcanzar el cruce con Cardenal Cisneros- y por la calle San Salvador. En la fase 3 se intervendrá en la calle Palos y en el tramo de Fernando el Católico coincidente con las traseras del Ayuntamiento. Finalmente, en la fase 4 se ejecutará la reurbanización de la confluencia entre la zona de unión entre la calle Palos y La Palmera.
Se reubicarán las reservas especiales para ambulancias, Hotel Tartessos, motos y zonas de carga y descarga.
Las obras consistirán en la creación de una plataforma única con la incorporación de pavimentos, con la rasante adecuada para garantizar el tránsito peatonal accesible y rodado, así como la evacuación de las aguas pluviales. Igualmente se renovarán las redes de infraestructura existentes, incluyendo alcantarillado, abastecimiento, alumbrado, telecomunicaciones, electricidad, y sus acometidas domiciliarias. Por último, se dotará a la zona de alumbrado, jardinería y mobiliario urbano.
Uno de los objetivos que se abordará con esta intervención urbanística es la revitalización de la fachada comercial, administrativa y dotacional existente, permitiendo una mayor movilidad peatonal.
Con estas obras, pues, se pretende ordenar el espacio actual en el que la prioridad es para el tráfico rodado, hacia una prioridad peatonal, sin barreras arquitectónicas, en la que el vehículo pueda discurrir a una velocidad baja de 20km/h.
La actuación conlleva la eliminación de los aparcamientos y la carga y descarga en el eje principal, relegando a las calles transversales para el estacionamiento. De esta forma se elimina la imagen del coche en el viario, que pasa ser un espacio más de estancia.