Uno de los miembros del mítico grupo onubense aborda en una entrevista concedida a Tinto Noticias sus sensaciones y recuerdos de la formación ante el próximo concierto que llevará a cabo en Huelva para conmemorar su 50 aniversario
La vuelta de Jarcha a los escenarios ha generado una gran expectación en Huelva, por lo que TINTO NOTICIAS ha querido ahondar en tal acontecimiento y ha entrevistado a uno de los miembros del mítico grupo onubense que alcanzó gran fama en la década de los 70, cuando canciones como ‘Libertad sin ira’ llevaban mensajes de libertad en una época en que la sociedad española ansiaba grandes cambios en el país.
Juan José Oña ha atendido a esta redacción para contar sus sensaciones ante los próximos conciertos, que tendrán lugar los días 21 y 22 de mayo en la Casa Colón de Huelva y servirán para conmemorar el 50 aniversario de la formación, tal y como este periódico informó a través de esta publicación.
Oña aborda además la historia del grupo, sus objetivos y lo que significó en aquel momento, al tiempo que recuerda numerosas anécdotas que les sucedieron durante sus actuaciones en los numerosos escenarios de España que recorrieron juntos en los siete años en que formó parte de la mítica formación.
– Pregunta: ¿Cómo se siente ante esa próxima actuación en Huelva después de tanto tiempo?
– Respuesta: Siempre es gratificante, sobre todo si la respuesta del público está en consonancia con las expectativas. Y también ver que la gente guarda en la memoria a personas que en su día se subieron a un escenario para contar historias.
– P: ¿Qué significó para usted formar parte del grupo?
– R: Pues una experiencia absolutamente maravillosa. Le dediqué siete años de mi vida. Me permitió conocer a muchísima gente y muchos rincones de este país que no conocía. Además, también pude llevar un mensaje de libertad, de espíritu de lucha y de inconformismo, ya que había una necesidad de que cambiasen las cosas en este país.
– P: ¿Cómo se sintieron ante la gran acogida que tuvo el público español hacia el grupo?
– R: Bueno, creo que esas cosas dependen de llegar en el momento oportuno y con el mensaje que la gente necesitaba. A partir de ahí, se estableció una conexión excelente entre el público y nosotros. Y curiosamente, entre el público del resto del país también, no solo de Andalucía, que de pronto se encontraba con otra imagen de la región, diferente de la que se había estado ofreciendo durante décadas. Creo que en ese trabajo tanto Salvador Távora, la Cuadra de Sevilla, Carlos Cano como nosotros ayudamos a dar otra imagen de Andalucía.
– P: ¿La agrupación tenía algún objetivo para con la sociedad y cultura españolas?
– R: Claro, era la razón de ser del grupo. Había tres objetivos que cumplía. En primer lugar, ejercer una especie de periodismo cantado, contar las cosas que estaban pasando en este país en ese momento. Se hablaba de la polución, del terrorismo, de libertad… Eran composiciones propias que retrataban la actualidad desde un escenario y con música.
Otro objetico era el rescate del folclore tan rico de la tierra que corría el riesgo de perderse. Esto se debía a que las personas mayores que lo recordaban podían desaparecer en cualquier momento. Esta también fue una tarea apasionante.
Y por último, tender puentes entre la poesía y el ciudadano común. Se trataba de musicalizar poemas de Miguel Hernández, Machado, García Lorca, entre otros. La poesía le llegaba mucho mejor a la gente a través de la música que a través de las páginas.
– P: ¿Cómo llegó a formar parte de Jarcha?
– R: Antes me movía en grupos de teatro y, cuando llegué a Huelva, puse en marcha un grupo de teatro. A él vino a trabajar Ángel Corpa, que a su vez estaba creando un grupo de música folk, el cual derivaría en Jarcha. Debido a esa relación, en el primer disco aporté uno de los temas sin estar aún en el grupo. Más tarde, grabé con ellos por curiosidad, por ver cómo funcionaba eso de las grabaciones y los estudios de grabación. Allí también tuve que hacer algunos textos para el disco, corregir otros, incluso dirigir algún que otro recital. Y ya me ofrecieron formar parte del grupo en mayo del 74. Finalmente, decidí trabajar con ellos hasta el 81, cuando lo dejamos unos cuantos y cada uno se dedicó a otra cosa.
– P: ¿Cuál fue la época dorada del grupo?
– R: Pues creo que esos siete años para nosotros fueron una época dorada por distintos motivos. Primero, por las expectativas que levantaba y que nos superaban. Para nosotros, recién empezada nuestra carrera musical, llegar al Monumental de Madrid, que era un teatro con una capacidad de 1.600 personas, y que se colapsara la calle Atocha fue una gran experiencia. O que entrasen 1.500 personas al parque de atracciones. En fin, esa carrera está jalonada de momentos que impresionan. Cuando acabas de empezar, las expectativas son más humildes y, de pronto, ves que enganchas con muchísima gente. Por ejemplo, que en una caseta a las dos de la mañana la gente estuviera tomando copas y, de repente, hiciera un silencio sepulcral para escuchar la Elegía a Miguel Hernández era absolutamente emocionante.
– P: ¿Recuerda alguna anécdota más que le llamara la atención en aquel momento?
– R: Bueno, alguna que otra amenaza, eran otros tiempos. Ahora parece hasta jocoso, ¿no? Había gente a la que no le gustaba lo que hacíamos y nos pinchaba las ruedas de la furgoneta o nos la pintaba. En cuanto a alguna anécdota bonita, recuerdo que hubo algún sitio donde estaba censurada la letra. Por tanto, no pudimos cantar la canción, solo pusimos la música y el público la cantaba. Eran momentos distintos y todo muy rico. Por eso digo que siete años de esta experiencia son algo impagable.
– P: ¿Qué recuerdo más preciado guarda de sus compañeros?
– R: Pues el haber compartido todos esos momentos. Por una parte eso genera lazos muy fuertes y, por otra, tensiones. De hecho, tuvimos la osadía de vivir en un espacio común en Huelva, además de trabajar juntos. Estábamos juntos desde que nos levantábamos.
– P: Por último, ¿Qué mensaje le transmitiría a las personas que esperan verlos y escucharlos próximamente?
– R: Que sean benévolos con el paso del tiempo, tanto para ellos como para nosotros. Pero sobre todo, que disfruten. Si se sientan a escuchar el concierto del grupo, espero que lo disfruten muchísimo.