Sólo se podrán lanzar elementos pirotécnicos en el tramo comprendido entre las 22:00 y las 2:00 horas de los días 24 al 25 de diciembre y del 31 de diciembre al 1 de enero
El teniente de alcalde de Economía y Hacienda, Francisco Muñoz, ha anunciado esta mañana en rueda de prensa la decisión municipal de limitar estar Navidades el uso de petardos en la ciudad para atenuar su impacto en personas con capacidades diversas y animales de compañía. De esta forma, sólo se podrán lanzar elementos pirotécnicos en el tramo comprendido entre las 22:00 y las 2:00 horas de los días 24 al 25 de diciembre y del 31 de diciembre al 1 de enero.
Arropado por los concejales de Cultura y Patrimonio Arqueológico, Nacho Molina; Servicios Sociales, Familias y Accesibilidad, José Manuel Moreno y Participación Ciudadana, Manuel Jesús Soriano, el teniente de alcalde ha celebrado “el cumplimiento de un compromiso electoral de la alcaldesa de Huelva, Pilar Miranda, adelantado para estas fiestas con un Bando Municipal que se desarrollará mediante la ordenanza municipal relativa a la contaminación acústica” porque se trata, como ha dicho el edil “de evitar un daño innecesario, ya que si la fiesta provoca sufrimiento, no puede ser considerada como tal”.
Francisco Muñoz ha explicado que con esta medida “damos respuesta a la petición de diferentes entidades onubenses que desde hace años vienen denunciando el efecto negativo de la pirotecnia sobre las personas especialmente sensibles a los efectos visuales y sonoros o animales de compañía” añadiendo que “nuestro objetivo es garantizar la buena convivencia, el respeto y el bienestar de todos los ciudadanos, sin excepción, en el día a día, pero especialmente en estas fechas”.
Un bando sobre los petardos
Mediante la publicación de un Bando Municipal se solicita la máxima colaboración de los ciudadanos, apelando a su sensibilidad, porque el ruido de los petardos, cohetes, tracas y artificios pirotécnicos similares, puede afectar a personas mayores, personas con trastorno del desarrollo cognitivo y/o sensibilidad acústica y producir molestias y perturbaciones psicofísicas a los vecinos y animales del entorno urbano, ya que suponen para ellos un estímulo negativo, no previsible