Se acortarán los tiempos de respuesta ante la sospecha de contagio

El Laboratorio del Hospital de Riotinto ha comenzado a realizar en sus instalaciones la prueba molecular del virus de la viruela del mono. Gracias a esta pionera actividad se van a acortar considerablemente los tiempos de respuesta ante la sospecha de contagio.

Huelva cuenta con siete casos activos según las últimas estadísticas que ha trasladado la Consejería de Salud. Los afectados en la provincia de Huelva siguen un protocolo de aislamiento por períodos de 21 días, “hasta que finalicen sus síntomas”, mientras que a los estrechos “se les pide que limiten las relaciones sociales”.

En este punto, La Junta de Andalucía anunció ayer que empezará a vacunar próximamente a los contactos de riesgo de pacientes que hayan dado positivo en viruela del mono, pues la comunidad ha recibido unas 600 dosis para esta tarea. La misma es una vacuna, según explica Pedro Hurtado, “post exposición en contactos estrechos confirmados, por lo que impediría el desarrollo de la enfermedad o, en su defecto, aliviaría el cuadro de ella”. Son dos dosis separadas en 28 días.

Síntomas

Según el protocolo de la viruela del mono publicado por el Ministerio de Sanidad, la infección suele ser una enfermedad autolimitada y la mayoría de las personas se recuperan en varias semanas. Sin embargo, en algunos casos puede producirse una enfermedad grave.

El período de incubación es de seis a 16 días, pero puede oscilar entre cinco y 21 días. El cuadro clínico clásico inicial descrito hasta este brote suele incluir fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, linfadenopatías y cansancio. Entre uno y cinco días después de la aparición de la fiebre, se desarrolla una erupción, que a menudo comienza en la cara y luego se extiende a otras partes del cuerpo. Tiende a concentrarse más en la cara y las extremidades que en el tronco.

Afecta a la cara (en el 95% de los casos) y las palmas de las manos y las plantas de los pies (en el 75% de los casos). También se ven afectadas las mucosas orales (en el 70 % de los casos), los genitales (30 %) y las conjuntivas (20 %), así como la córnea.

Característicamente, las lesiones evolucionan de forma uniforme y de manera secuencial de máculas a pápulas, vesículas, pústulas y costras que se secan y se caen.

Los síntomas suelen durar entre dos y cuatro semanas. Los casos graves ocurren con mayor frecuencia entre los niños, adultos jóvenes y personas inmunocomprometidas y están relacionados con el grado de exposición al virus y la vulnerabilidad de la persona.