La funeraria pondrá en marcha la instalación en una nave municipal situada detrás del campo de fútbol y el polideportivo

El futuro tanatorio de El Campillo se construirá finalmente a las afueras del pueblo y en una zona alejada de viviendas, tal y como habían reclamado los vecinos. El Ayuntamiento de la localidad y la empresa funeraria interesada en poner en marcha esta instalación han cerrado un acuerdo por el que el tanatorio se instalará en una nave municipal situada detrás del campo de fútbol y el polideportivo municipal, concretamente en una nave actualmente en desuso que en su día se utilizaba como instalación auxiliar de la perrera que la Diputación Provincial de Huelva tiene en Valverde del Camino para albergar a animales abandonados.

El acuerdo contempla una permuta entre el Consistorio y la empresa que no conlleva ninguna transacción económica entre las partes, de modo que el Ayuntamiento cede la citada nave municipal a la compañía y ésta, a cambio, cede al Consistorio parte de la vivienda que en su día había adquirido en la calle Sevilla para la instalación del tanatorio, por lo que el Consistorio y la empresa compartirán la titularidad de este inmueble situado en pleno centro del pueblo, frente a la Plaza de Abastos y el Teatro Municipal Atalaya de la localidad.

Asimismo, el Consistorio se compromete a adecentar el terreno donde se construirá el tanatorio trasladando las perreras de uso privado que aún se encuentran en la zona, mientras que, por su parte, la empresa se compromete a no usar como tanatorio la parte de la vivienda de la calle Sevilla que seguirá siendo de su propiedad una vez formalizada la permuta de ambas propiedades.

Así lo ha explicado, en declaraciones a Tinto Noticias -el periódico de la Cuenca Minera de Riotinto-, la alcaldesa de El Campillo, Susana Rivas, quien ha mostrado su “satisfacción” por un acuerdo que pone fin a un conflicto que se inició hace ahora un año, cuando la empresa compró la citada vivienda de la calle Sevilla para la construcción de un tanatorio en la localidad.

Tal y como ya informó este periódico, tanto el Ayuntamiento como los vecinos del pueblo mostraron su disconformidad contra ese emplazamiento, contra el que se constituyó una plataforma vecinal y se recogieron más de mil firmas, tras lo que el Consistorio y la empresa iniciaron una negociación en la que la funeraria sólo aceptó un emplazamiento alternativo: instalar el tanatorio en una nave municipal situada a las afueras del pueblo pero a escasos metros de las primeras viviendas de la calle Manuel Centeno.

Así lo comunicó la propia empresa, que aseguró, en declaraciones a este periódico, que “no vamos a demorar el inicio de las obras ni un día más”, tanto si es en la vivienda de la calle Sevilla como si es en la nave municipal de la calle Manuel Centeno, al tiempo que destacaba que esta última era la “única alternativa viable” a la vivienda de la calle Sevilla, tal y como informó Tinto Noticias a través de esta publicación.

Sin embargo, los vecinos de la zona también mostraron su rechazo a esa ubicación, lo que llevó al Ayuntamiento a convocar una consulta popular que contó con una participación ridícula, por lo que el Consistorio decidió no permutar finalmente esa nave municipal por la vivienda de la calle Sevilla.

La negociación

Preguntada sobre por qué ahora la empresa ha aceptado una nueva ubicación, la alcaldesa ha explicado a este periódico que, en un primer momento, el Ayuntamiento le ofreció una permuta por la cual la vivienda de la calle Sevilla pasaba a ser propiedad del Consistorio a cambio de la nave de la antigua perrera y de una aportación económica, pero la funeraria “no aceptó dedicar ese dinero a adecentar el terreno” donde instalará el tanatorio.

A continuación, prosigue Susana Rivas, el Ayuntamiento comunicó a la empresa su intención de adquirir un terreno colindante al cementerio con el objetivo de implantar en esa zona un tanatorio de titularidad municipal, tras lo que, según la alcaldesa, la empresa ha retomado las conversaciones y se ha llegado a este acuerdo definitivo, por el que, al no quedarse el Consistorio con la titularidad de toda la vivienda, no hay aportación económica, de modo que es el Ayuntamiento el que se compromete a adecentar la zona.