La Junta invertirá 9,8 millones de euros en las zonas afectadas por los últimos grandes incendios como los de Las Peñuelas (2017), La Granada de Riotinto (2017), Nerva (2018) y Almonaster (2020)
La provincia de Huelva ha registrado en los últimos años algunos de los incendios forestales más importantes de Andalucía. Es el caso del producido en Almonaster la Real en 2020, que arrasó 12.101 hectáreas de terreno forestal y 3.178 hectáreas de superficie no forestal, o el de Las Peñuelas de 2017, que afectó a 8.486 hectáreas, 6.761 de las cuales dentro del parque natural de Doñana, poniendo en jaque incluso la integridad del Parque Nacional.
Las llamas tuvieron consecuencias devastadoras en ambas zonas, suponiendo una verdadera catástrofe tanto para la riqueza ambiental de la provincia como para el aprovechamiento de muchos de los espacios forestales calcinados.
La necesidad de acometer la restauración ambiental de las zonas afectadas por los grandes incendios es considerada urgente y necesaria por varias razones. En primer lugar, porque el medio natural sigue siendo uno de los principales recursos económicos de las zonas rurales y, en segundo, por el potencial de desarrollo turístico vinculado a la naturaleza con el que cuentan estos territorios.
Las administraciones son conscientes de esta circunstancia y es por ello que, desde la Junta de Andalucía, han anunciado recientemente una dotación de 9,8 millones de euros para las actuaciones que se llevarán a cabo en las zonas afectadas por los grandes incendios de los últimos años, como son los de Las Peñuelas (2017), La Granada de Riotinto (2017), Nerva (2018) y Almonaster la Real (2020).
El objetivo de esta restauración ambiental es regenerar la masa forestal en estas áreas y recuperar los montes públicos para que vuelvan a lucir en el menor tiempo como su estado inicial, una ardua tarea que debe servir también para tomar conciencia sobre la necesidad de incrementar las labores de prevención y de evolucionar hacia un modelo más respetuoso con el medio ambiente, que contribuya a reducir los efectos del cambio climático.
Además, entienden que las actuaciones en las zonas afectadas por los incendios no deben basarse en una mera siembra de árboles y plantas, sino que deben enfocarse como una oportunidad para implementar unos modelos de gestión más sostenible.
En este sentido, actualmente se están desarrollando iniciativas punteras basadas en la innovación y la tecnología para la restauración de estos suelos degradados con distintos tipos de procesos y tratamientos en los que prima la valorización de los recursos y el avance hacía la economía circular. Entre ellos destaca el Proyecto LIFE REFOREST desarrollado por un consorcio de empresas y universidades españolas y portuguesas y cuyo objetivo es conseguir un suelo que permita la recuperación de los espacios afectados por incendios y a su vez sea de sencilla aplicación, lo que facilite la rápida intervención tras los incendios, conceptos muy presentes en las nuevas directivas ambientales de la Unión Europea y que ya se están introduciendo en las legislaciones española y andaluza.
De esta forma, entienden que podrán generarse unas bases sólidas sobre las que construir el futuro de la provincia, haciendo del entorno natural y ambiental uno de los principales reclamos para generar actividades económicas y luchar contra la despoblación.