El proyecto de exhumación del que consideran el más anónimo mártir de la libertad fue asumido por la Coordinadora Cuenca Minera del Río Tinto para la Memoria Histórica a instancias del Foro del Casullo

«Hortelano, carbonero y pastor, Juan Antonio era llamado El Cojillo por una leve cojera. Huyó en el verano de 1936 de Manzanilla a la sierra berrocaleña, instalándose en la zona llamada ‘Las Cumbrecillas’, a esperar a ver cómo evolucionaban los últimos acontecimientos. Bajaba a la ribera a veces y allí encontró un día, ya más entrado el otoño, a Romualdito, vecino de una tenencia de Berrocal, al que pidió que le trajera cerillas para poder hacer fuego. Fue traicionado por éste y, al ir a recoger las cerillas el día de la cita, le quisieron apresar. A pesar de no encontrar en él delito alguno, cumplieron las órdenes que llevaban, así que al ir él a entregarse sin resistencia y voluntariamente, recibió un disparo por la espalda y luego un tiro de gracia. Allí mismo le dieron sepultura tres hombres enviados desde Berrocal a tal efecto, en la llamada Vega de los Valientes, y sobre ella colocaron una piedra grande y alargada».

Tales son los datos que han trascendido sobre la corta estancia de El Cojillo en Berrocal, tal y como han trasladado desde el Foro del Casullo, que ha visto cómo este lunes «se comenzaba a hacer justicia con este hombre» al iniciarse, por parte de un equipo de técnicos, los trabajos para la búsqueda y posterior exhumación del cuerpo de Juan Antonio El Cojillo, asesinado en 1936 en la ribera de Berrocal, una actuación que se inicia tras algo más de tres años de trabajo por parte de la Coordinadora Cuenca Minera del Río Tinto para la Memoria Histórica, que impulsó el proyecto a instancia del citado Foro.

Para intentar encontrar al que consideran «el más anónimo mártir de la libertad», el grupo de vecinos de Berrocal que forman el Foro del Casullo recurrió a esta asociación por su «reconocido trabajo para rescatar la Verdad, Justicia, Reparación y no repetición de aquellos sucesos que vulneraron los Derechos Humanos y la dignidad de miles de españoles, muchos de ellos enterrados en fosas comunes de cementerios y cunetas», han subrayado.

La Asociación Coordinadora Cuenca Minera del Río Tinto para la Memoria Histórica, que fue creada en 2003 para el estudio, difusión y apoyo a las víctimas y familiares del golpe militar, Guerra Civil y la dictadura franquista, recibió la propuesta del Foro del Casullo en 2016 y asumió el proyecto sobre este caso, cuyo conocimiento proviene de la memoria colectiva de las gentes de Berrocal, pues ha sido imposible encontrar a familiares de la víctima, aunque las investigaciones en su pueblo natal, Manzanilla, llevan a pensar que su primer apellido podía ser Almonte.

La asociación, a pesar de ello, ha continuado con el trabajo que, después de ser aprobado, presupuestado y licitado, «fue paralizado por el nuevo gobierno del PP, así como otros proyectos menores», destacan las mismas fuentes, si bien, añaden, «tras la presión del movimiento memorialista», el proyecto fue impulsado nuevamente y la búsqueda de la fosa de El Cojillo se inicia hoy, con el apoyo y colaboración de Izquierda Unida de Manzanilla y del Ayuntamiento de Berrocal, que se ocupará, cuando sea hallado, de «dar justa y merecida sepultura a este hombre que, sin causa ni comisión de delito, fue asesinado y hecho desaparecer», concluyen.