Además del maltrato, le han condenado por delitos de lesiones y allanamiento de morada

La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Huelva ha condenado a un hombre a la pena de tres años y seis meses de prisión por maltratar psicológica y físicamente a la que fuera su pareja sentimental durante los casi 20 meses que duró su relación.

La sentencia a la que ha sido adelantada por la agencia EFE, lo considera responsable de un delito de violencia física y psíquica habitual en el ámbito familiar, un delito de maltrato de obra, un delito de allanamiento de morada y un delito de lesiones.

Por ellos, además de la pena de prisión, se le impone la privación del derecho a la tenencia y porte de armas por ocho años y la prohibición de acercarse a menos de 500 metros o de comunicarse con la víctima por un período de nueve años; 30 días de trabajos en beneficio de la comunidad; y multa de 540 euros.

Además, debe indemnizar a la mujer en 128 euros por las lesiones sufridas y en 2000 euros por los daños morales sufridos cantidades.

Se le concede suspensión de la pena de prisión por tres años condicionada a que no vuelva a delinquir en ese tiempo, pague la indemnización, cumpla con la orden de alejamiento y participe en programas de educación sexual y de igualdad de trato relacionados con la violencia contra la mujer oportunos.

Se considera probado que acusado y víctima iniciaron una relación en diciembre del 2016, que empezó a deteriorarse en el verano del 2017 y que se tensó aún más cuando ella decidió poner fin al embarazo del hijo que ambos estaban esperando.

Desde entonces el acusado empezó a mostrarse celoso y a controlar su móvil, su participación en las redes sociales y sus salidas con amigos; además, la sometía a frecuentes insultos, expresiones vejatorias y humillantes tales como: «drogadicta, enferma mental, delincuente o mala madre» y a amenazas de muerte.

Este maltrato psicológico fue, también, acompañado de maltrato físico como agarrones de brazos o cuello, empujones y puñetazos llegando en alguna ocasión, a colocarle un cinturón alrededor del cuello; igualmente, la sometió a violencia ambiental siendo frecuente que rompiese enseres y objetos de la casa, esencialmente, los que a ella le hacían feliz.

En julio del 2018, cuando ella le comunicó su intención irrevocable de terminar la relación la agredió, sin que ella denunciara.

Un mes mas tarde cuando ella se encontraba durmiendo con su nueva pareja sentimental en la casa en la que vivía de «ocupa» el acusado se introdujo en ella sin permiso con portando tres cuchillos, uno en la mano y dos en el bolsillo, y comenzó a amenazarlos de muerte.

Después la cogió de los pelos tirándola al suelo, dándole un fuerte golpe con la empuñadura del cuchillo en la cara, a la vez que continuaba amedrentándola y amenazándola hasta que la actual pareja pudo intervenir dándose el acusado a la fuga.