El incidente se produjo en un control en la N-433 y desembocó en una persecución

La Audiencia Provincial de Huelva ha condenado a tres años y un día de prisión a un vecino de la Sierra por un delito de atentado contra agentes de la autoridad, después de que arremetiera con su vehículo hacia un guardia civil que participaba en un control en la carretera N-433, a la altura del cruce con la vía de Navahermosa (Galaroza). El agente tuvo que saltar fuera de la calzada y refugiarse en la banda de seguridad para no ser atropellado.

La resolución judicial estima parcialmente el recurso presentado por la defensa y reduce la pena impuesta inicialmente por el Juzgado de lo Penal número 4 de Huelva, que fijó cuatro años de prisión tras el atropello al guardia civil. La Audiencia justifica la rebaja en la ausencia de antecedentes computables similares, aunque mantiene una condena “de grado superior” al considerar la extrema peligrosidad de la maniobra y el riesgo generado para la integridad del guardia civil.

El tribunal confirma igualmente la pena adicional de un año de cárcel y dos años y medio de retirada del permiso de conducir por un delito contra la seguridad vial.

Los hechos se remontan a las 21.00 horas del 24 de enero de 2022. El acusado circulaba por una rotonda de la N-433, en el término municipal de Aracena, cuando los guardias civiles que se aproximaban desde la A-433 observaron cómo el conductor miraba insistentemente hacia el vehículo oficial. Según la sentencia, los agentes reconocieron al hombre, al tener constancia de actuaciones previas y por la relación personal de uno de ellos con el acusado desde la infancia.

En lugar de continuar su trayecto hacia Jabugo, localidad en la que reside, el conductor se desvió hacia el polígono industrial Cantaelgallo. Los agentes, ante esta maniobra, decidieron instalar un punto de verificación de personas en el cruce con la carretera de Navahermosa, ya en el término de Fuenteheridos. El primer vehículo que llegó al control fue el del acusado.

En ese momento, uno de los guardias se situó en el centro de la calzada con chaleco reflectante, mientras el coche patrulla emitía señales luminosas. Lejos de detenerse, el conductor aceleró directamente hacia él, obligando al agente a apartarse de un salto para no ser arrollado.

Persecución de la Guardia Civil

A partir de ahí se inició una persecución por la N-433, durante la cual el acusado invadió el carril contrario, adelantó en línea continua y realizó maniobras peligrosas pese al tráfico en sentido opuesto. La fuga continuó hasta Galaroza, donde abandonó la vía principal para entrar en la localidad por la zona del Picadero La Suerte. Los agentes lo volvieron a avistar en la travesía urbana.

El hombre llegó a adelantarse a un vehículo que realizaba un stop e irrumpió en el casco urbano, obligando a varios peatones a apartarse apresuradamente para evitar ser atropellados. En ese punto, los guardias civiles optaron por detener la persecución para no generar mayor riesgo a los viandantes.

Finalmente, la Audiencia Provincial confirma la condena de tres años y un día por atentado a agentes de la autoridad y la pena de un año de prisión y dos años y seis meses sin poder conducir por el delito contra la seguridad vial.