Cruz Roja pone en macha un proyecto piloto en Valverde para absorber 430 toneladas de CO2

Se instalará en un terreno de 68 hectáreas de la Dehesa Los Machos

Cruz Roja y Fundación Accenture han puesto en marcha un proyecto piloto en la Dehesa de los Machos de Valverde del Camino absorber 430 toneladas de CO2 durante los próximos 30 años en un terreno de 68 hectáreas repartido en cinco parcelas.

El proyecto pretende compensar la huella de carbono mediante la restauración de ecosistemas, utilizando capacidades digitales y ser eco responsable y neutra en carbono para 2030.

Para obtener la información de los terrenos se han utilizado drones e imágenes satelitales. Una vez capturados los datos, se pasan a una fase de procesamiento de la información para poder realizar el inventario de cada terreno y automatizar el cálculo de beneficios generados en tres niveles: árbol, terreno y proyecto.

Finalmente, dicha información se visualiza sobre la plataforma con imágenes en 2D y 3D, gracias al gemelo digital del ecosistema. Además, a través de inteligencia artificial la plataforma es capaz de calcular los beneficios generados por el ecosistema restaurado, como las absorciones de CO2, e incluso predecir y diseñar de forma inteligente nuevos proyectos que aún no se han ejecutado.

Para cumplir con objetivo de la restauración de los ecosistemas se ha desarrollado una plataforma digital que agiliza los proyectos y realiza una gestión inteligente de los ecosistemas restaurados durante todo el ciclo de vida, desde una fase muy temprana de identificación y validación de terrenos susceptibles de ser restaurados, hasta el diseño, y ejecución del proyecto, finalizando con un proceso de seguimiento de larga duración.

El proyecto ha recibido una donación de 250.000 dólares por parte de Accenture a nivel global y 120.000 dólares adicionales en consultoría gratuita que se han aportado desde Fundación Accenture en España.

“Las acciones a través de la restauración ambiental, aplicando la tecnología para medir el impacto económico, social y ambiental de nuestras actividades son una manera de mejorar la calidad de nuestra actividad”, señala Pablo Navajo, director de Medio Ambiente de Cruz Roja.

“Las soluciones basadas en la naturaleza para la captura de dióxido de carbono directamente de la atmosfera, que además potencian la biodiversidad y el desarrollo comunitario, juegan un rol relevante en la estrategia de descarbonización de Cruz Roja Española. Con nuestra colaboración, hemos demostrado que la tecnología es capaz de empoderar ecosistemas y personas haciendo más eficaz y eficiente la regeneración de ecosistemas naturales y facilitando la capacitación de las personas en esta nueva forma de hacer las actividades, ha comentado Ana Millán, directora de la Fundación Accenture y de Negocio Responsable en Accenture.

El proyecto también ha contado con la colaboración de BIGM, que ha desarrollado el visor del gemelo digital (digital twin) del bosque, y Föra, que ha participado como experto forestal en el desarrollo de la IA para la identificación de árboles y especies.

Una mascarilla inteligente avisa si se superan los límites de CO2 en su interior

Científicos e ingenieros de la Universidad de Granada diseñan una FFP2 que avisa al usuario a través de su teléfono móvil

Científicos e ingenieros de la Universidad de Granada (UGR) han desarrollado y evaluado una mascarilla FFP2 inteligente, que avisa al usuario a través de su teléfono móvil cuando se superan los límites de dióxido de carbono (CO2) permitidos dentro de ella.

Este importante avance científico pone solución a un problema muy importante desde que comenzó la pandemia: el CO2 que reinhalamos dentro de nuestra mascarilla. Cuando utilizamos mascarillas tipo FFP2, se produce una concentración de CO2 entre la cara y la mascarilla superior al ambiental (~0.04%) debido al gas exhalado durante la respiración, cuya reinhalación provoca efectos adversos para la salud, incluso en personas sanas, como malestar, dolor de cabeza, fatiga, disnea, mareos, sudoración, aumento de la frecuencia cardiaca, debilidad muscular y somnolencia.

Además, se sabe que dichos efectos negativos están relacionados tanto con la duración de la exposición, como con la concentración de gas en sí mismo. A modo de ejemplo, algunas normativas sanitarias recomiendan un valor máximo de 0.5% de CO2 en el ambiente laboral (promediado durante una jornada de 8 horas), o que se considere una exposición de 30 minutos al 4% de CO2 como muy perjudicial para la salud.

“Desde la declaración de pandemia mundial por la Organización Mundial de la Salud (OMS) debido a la propagación de la COVID-19, el uso universal de mascarillas se ha recomendado o impuesto a la población en general, en un esfuerzo por prevenir la rápida propagación del SARS-CoV-2. Sin perjuicio de la evidencia generalizada a favor de las mascarillas para reducir la transmisión comunitaria, también existe un amplio acuerdo sobre los posibles efectos adversos causados ​​por su uso prolongado, principalmente como consecuencia del aumento de la resistencia respiratoria y la reinhalación del CO2 situado en esa región interior de la mascarilla”, señalan los autores de esta investigación.

La mascarilla FFP2 inteligente diseñada en la UGR permite determinar en tiempo real, mediante un teléfono móvil, el dióxido de carbono reinhalado. Este método supone un avance significativo como sistema vestible caracterizado por su bajo coste, escalabilidad, fiabilidad y confort para la monitorización de magnitudes de interés para la salud.

Este trabajo, publicado en la prestigiosa revista Nature Communications, ha sido realizado por el equipo de investigación multidisciplinar ECsens entre los departamentos de Química Analítica y Electrónica y Tecnología de los Computadores de la UGR, que han desarrollado un sistema de detección portátil en tiempo real y sin batería para la medida del CO2 gaseoso en dicho volumen interior de la mascarilla.

Sensores para medir parámetros de interés

Si bien las mascarillas estándar simplemente actúan como filtros de aire para las vías nasal y/o bucal, la integración de sensores para medir parámetros de interés se considera un valor añadido para mejorar su uso y efectividad, creando un nuevo paradigma de mascarillas inteligentes.

“El sistema que proponemos consiste en la inclusión, dentro de una mascarilla FFP2 estándar, de una etiqueta flexible compuesta por un sensor de CO2 optoquímico novedoso de desarrollo propio junto a toda la electrónica de procesamiento de la señal. Ambos se han impreso en un sustrato polimérico ligero y flexible, conformando a lo que denomina una ‘etiqueta sensora’, sin originar ningún malestar para el usuario”, destacan los autores. La etiqueta fabricada no usa baterías, porque se alimenta de forma inalámbrica con el enlace de comunicación NFC (el que se usa para el pago inalámbrico, por ejemplo) de un teléfono inteligente mediante una aplicación de Android. Dicha app también se utiliza para el procesamiento de datos, la gestión de alertas y la visualización y el intercambio de resultados.

Los científicos de la UGR han realizado pruebas preliminares de esta mascarilla inteligente con sujetos, tanto con actividad sedentaria como durante la realización de ejercicio físico. “Nuestros resultados, que están en línea con ensayos clínicos previos, proporcionan valores de CO2 entre el 2% durante actividades sedentaria hasta valores máximos de casi un 5% durante ejercicio físico de alta intensidad. Estos valores son significativamente mayores al rango de 0.04% – 0.1% de CO2 que se tienen en atmósfera abierta o ambientes típicos de trabajo considerados saludables. Si bien las pruebas realizadas no constituyen un ensayo clínico formal, su propósito es dar una idea del potencial del sistema desarrollado en el campo de los sensores vestibles para el control no invasivo de la salud”, señalan los autores.

Los científicos destacan que esta mascarilla es 100% respetuosa con el medio ambiente, ya que no usa baterías, e implementa la alimentación de manera inalámbrica mediante el teléfono móvil estándar.

Todas estas características refuerzan las aplicaciones del dispositivo de bajo coste propuesto en los campos de la monitorización de la salud no invasiva, la investigación preclínica, el pronóstico y el diagnóstico con dispositivos electrónicos portátiles, pudiendo extenderse su uso mediante la inclusión de otros sensores para monitorizar otras magnitudes de interés.

Un dispositivo diseñado en Valverde controla la calidad del aire y lo renueva cuando detecta anomalías

José Manuel Cano, CEO de Ubrisecurity, presenta en la localidad un sistema automático de control de CO2

José Manuel Cano, CEO de Ubrisecurity, ha presentado hoy en Valverde un dispositivo que mide la calidad del aire y activa su renovación a través de extractores cuando detecta anomalías. Cano ha explicado que “se trata de un sistema automático de control de CO2 que renueva el aire cuando en un espacio cerrado se sobrepasan las partículas por millón que recomienda el ministerio en su normativa”. El sensor informa constantemente sobre la calidad del aire en zonas interiores y hace saltar los mecanismos de renovación del aire a través de extractores o de los dispositivos de aire acondicionado de los que disponga el local.

José Manuel Cano ha indicado que “está pensado para que en las aulas no tengan que abrirse las ventanas en pleno invierno, o para que el cliente de la restauración, por ejemplo, pueda decidir si acude a un local en el que tiene información constante de la calidad del aire que hay dentro y la seguridad que le aportan los dispositivos”.

Estos son solo dos ejemplos de lugares para los que está pensado este dispositivo sensor de la calidad del aire que acciona su extracción para que se renueve si detecta anomalías. Un dispositivo que está pensado para todos los espacios cerrados en los que se concentre grupos de personas.

Cano ha señalado, además, que “dispone de una pantalla LED y en cada momento se tiene conocimiento de la calidad del aire que estamos respirando”. El desarrollo del prototipo y el montaje de todo el dispositivo se realiza en la localidad onubense de Valverde del Camino.

Aval científico

El dispositivo despone del aval científico, de hecho, ha sido presentado en Madrid por el doctor César Carballo, y por el director del departamento de microbiología de la Universidad Autónoma de Madrid, José Antonio López.

Por otra parte, la alcaldesa de Valverde, Syra Senra, se ha mostrado “muy orgullosa de que en Valverde se lleven a cabo iniciativas de este calibre, iniciativas relacionadas con la investigación, el desarrollo y la salud precisamente en estos momentos”. La alcaldesa ha respaldado el proyecto porque “es una iniciativa que ya está aquí para quedarse, porque por una incidencia y otra, nos va a dar seguridad estar en un sitio cerrado en el que controlemos la calidad del aire”.