El cantaor catalán pone el broche de oro a ‘Las noches del Foro’

Las miles de personas que pasaron el sábado por el Foro Iberoamericano de La Rábida para ver en concierto a Miguel Poveda no solo no se contagiaron de coronavirus, sino que salieron incluso más sanas de este emblemático enclave rabideño. Ya lo anunció el propio Poveda en su primera intervención ante el público: “En los eventos culturales no hay contagios de covid. Cuando salgáis por esa puerta vais a salir más sanos. Porque la cultura sana”, remarcó.

Y vaya si sanó. Cómo no va a sanar un espectáculo cargado con esas altas dosis de arte, flamenco, poesía, pasión y emoción. Cómo no va a sanar el flamenco más tradicional con la impronta propia de Poveda. Cómo no van a sanar esos otros géneros musicales que el cantaor catalán interpreta y enriquece como nadie. Y cómo no van a sanar esos poemas de Lorca, Machado o Rafael de León a los que Poveda les pone la guinda musical.

Pero en un concierto de Miguel Poveda no solo hay música, flamenco y poesía. También hay compromiso social, amor, pasión y emoción, el mismo compromiso social, amor, pasión y emoción que él mismo lleva al escenario, su “hábitat natural”. Y el mismo compromiso social, amor, pasión y emoción que él mismo insufla en el alma de los presentes. Porque Poveda habló de sanar y sanó. Habló de emoción y emocionó. Y habló del amor y se engendró amor.

Todo eso es el universo Poveda y de todo eso pudo disfrutar este sábado el público de Huelva durante las casi tres horas que el cantaor badalonés estuvo sobre el escenario del Foro, que lo atrapó tanto como él atrapó a los espectadores, a los que además quiso ver de cerca y vio de cerca, a los que mostró su “cariño y respeto”, porque mostró su “cariño y respeto a Huelva”, donde puso hospedarse la primera vez que pisó Andalucía, por gentileza de “José Antonio y Nuri”.

Pero Poveda no solo mostró su “cariño y respeto a Huelva” con palabras. También lo hizo con música. Y eso que ese mismo cariño y respeto a Huelva casi se lo impide, porque “aquí todo el mundo canta bien” y “aquí hay artistas como Argentina, Arcángel, El Aljaraqueño o El Pecas”. Pero no se lo impidió. Y cantó a Huelva. Y cantó por Huelva, porque “lo prometí” la última vez que estuvo aquí. Así que cantó a lo que “más quiero, el fandango es mi alegría, el cante que más quiero, alegra las penas mías, con un fandango alosnero, al amanecer el día”.

Pero Miguel Poveda no solo cantó a Huelva y por Huelva. También lo hizo con Huelva. Y no solo porque estuvo con el público de Huelva, sino porque cantó acompañado de otro grande de Huelva: el guitarrista Manuel de la Luz, que se llevó otras de las grandes ovaciones del público, muy presto este sábado a ponerse en pie.

Y Poveda también cantó alegrías de Cádiz. Y cantó por otros grandes artistas del flamenco, a los que escuchaba cuando crecía en su humilde barrio badalonés, donde se bajaba a la calle con un radiocasete para escuchar a María Jiménez, a Quintero, a León, a Quiroga, a Farina o a Los Chichos. Sí, también a Los Chichos, que también se llevaron su homenaje. Y cantó todo lo que el público le pidió, hasta terminar anunciando que “he comprado tres puñales para que me des la muerte”.

El concierto de Miguel Poveda puso el broche de oro a ‘Las Noches del Foro 2021’, la programación musical de la Diputación de Huelva para el verano que durante dos meses ha traído a nueve espectáculos marcados por “la calidad y la diversidad”.

Texto: Gertru Vargas

Imágenes: Lourdes Muñoz