La entidad apoya a las personas mayores del área rural del Departamento de Chiquimula
La asociación Paz y Bien continúa con su labor social en Guatemala, donde sigue siendo necesario trabajar para mejorar la vida de los guatemaltecos. Este 2022 se cumplen 15 años del nacimiento de la entidad que tiene fuertes raices en la provincia de Huelva, por lo que se han puesto en marcha nuevos proyectos y otros siguen renovándose.
El fundador de la entidad, Rafael Pozo, señala las carencias de la sanidad en el país: “En Guatemala, la salud sigue siendo uno de los graves problemas que nos encontramos. Las personas de avanzada edad acuden con frecuencia a nuestro consultorio médico en busca de ayuda, solicitando nuestros servicios porque se encuentran en un delicado estado de salud”.
Actualmente, sigue en marcha el programa “Mis años dorados”, que comenzó en 2018 y obtuvo un gran éxito. Asimismo, durante la pandemia de la COVID-19 se atendieron un total de 169 ancianos en estado de vulnerabilidad severa-extrema. De todos los casos, un 96% tuvo la necesidad fundamental de alimentos y medicinas, siendo el 4% asignable a otros requerimientos (emergencia en el hogar, mensajerías, etc.)
Además, otro de los aspectos que ponía en peligro sus vidas, era la grave situación relacionada con el estado de alarma. Una problemática añadida, ya que, durante el mes de abril de 2020 las autoridades guatemaltecas prohibieron todo el tráfico vial, (por lo que los vehículos pertenecientes al consultorio no podían circular). Para solventar dicha situación, Paz y Bien Guatemala recibió la ayuda de la Diputación de Cádiz, quien financió una moto autorizada para que pudieran continuar con su trabajo, desplazarse y atender a todas las personas que lo necesitasen, ya que los vehículos de cuatro ruedas no podían acceder a esos lugares.
A día de hoy, Paz y Bien sigue volcada en ofrecer una atención sanitaria de calidad, trabajando para llegar a lugares inaccesibles, donde viven muchas de estas personas mayores. Pozo expresa su preocupación ante el aumento de las consultas médicas: “Nos encontramos con la gran dificultad de que la demanda es cada día mayor, tememos que llegue el momento en que no podamos atenderlos a todos, necesitamos más recursos. Confiamos en que nuestros patrocinadores respondan a los proyectos que estamos presentando”.
Asimismo, Fray Rafael expone una de las grandes dificultades que existe en dicho país: “Las personas mayores no tienen ningún tipo de atención sanitaria, ni cuentan con una pensión que garantice cubrir sus necesidades básicas. Además, viven en situaciones muy precarias y en áreas rurales, en pequeñas casas en la montaña, por lo que sacarlos de su entorno supone para ellos una muerte prematura”. Para poder atender los diferentes casos que reciben, la entidad ha creado una red de voluntariado dedicada a un servicio específico, este equipo evalúa cada situación y les ofrece una ayuda permanente.