A sus 14 años perdió parte del dedo de una mano y no cogió una guitarra hasta los 17, pero a este joven onubense le ha bastado un año de aprendizaje por su cuenta y tres meses de clases para ofrecer sus dos primeros conciertos

Pablo Moya Rodríguez es un onubense de 18 años que hasta enero de 2020 llevaba una vida como la de cualquier chico de su edad, pero un día ocurrió algo que lo cambió todo: tocó por primera vez un instrumento musical, concretamente una guitarra flamenca que tenía su madre.

Le gustó tanto que, tras unas semanas tocando, su progenitora le compró una electroacústica, con la que pudo empezar a tocar las canciones que realmente le gustaban, de estilo folk o mezcla de folk y rock and roll, pero todo ello sin maestro, a través, primero, de una aplicación móvil, y después, viendo vídeos de Youtube.

Su madre lo apuntó a clases de guitarra, pero eran de guitarra flamenca y “no me gustaban”. “Me enseñaron –eso sí- lo básico”, pero hasta que se aburrió “en tres semanas” y decidió seguir a lo suyo: aprendiendo por su cuenta.

Y así estuvo durante todo el año 2020 y los primeros meses de 2021, hasta que, en marzo de este mismo año, contacta con el músico y guitarrista onubense John Conde. Pablo le tocó varias canciones y lo dejó encandilado especialmente por cómo tocaba, en concreto, una de ellas, Take on me, del grupo A-ha.

Tal es así que Conde le ofreció apuntarse, fuera de fecha, al Comborock, el taller para jóvenes que dirige este músico onubense y que puso en marcha el Ayuntamiento de Huelva en 2010. Pablo no dudó en inscribirse y solo pudo recibir clases durante tres meses, desde marzo hasta junio, pero ello fue suficiente para poder participar, ese mismo mes, en los dos conciertos ofrecidos por el alumnado del taller.

Han sido los dos primeros conciertos en los que participa este joven onubense de 18 años que no tocó un instrumento hasta los 17 y durante 15 meses estuvo aprendiendo por sí solo, a lo que hay que sumar, además, una dificultad especial que hace sorprendente el caso de este chico: a los 14 años, Pablo perdió, en un accidente, media falange del dedo meñique de su mano izquierda, lo que le impide tocar sin molestias.

Los médicos pudieron realizarle una reconstrucción, pero la parte que perdió no la pudo recuperar, por lo que se quedó sin yema del dedo y con un exceso de sensibilidad en el extremo del mismo, de modo que sufre molestias a la hora de presionar la cuerda de la guitarra y tiene que buscarse las mañas para que esa dificultad no repercuta en el sonido de la misma.

Preguntado sobre sus grandes metas como guitarrista, Pablo Moya Rodríguez tiene claro que le gustaría dedicarse a la música y formar parte de un grupo, pero “de momento lo que quiero es seguir aprendiendo”. Su profesor le dijo que “si sigo así puedo ser un buen músico”, pero “por ahora no me veo componiendo”, asegura este joven onubense, al que se le ve con los pies en el suelo. “Ojalá me pudiera dedicar a la música, pero acabo de empezar. Se me queda muy grande hablar de futuro porque me queda muchísimo por aprender”, sostiene.

De momento, eso sí, está muy contento con lo aprendido y realizado hasta ahora. Los dos conciertos que ofreció, uno en la sede de Huelva Rock y otro en la Casa de la Juventud La Ruta de Huelva, fueron para él “una experiencia increíble”. Tuvieron “muy buena acogida por parte del público”, asegura Pablo, que participó en estas actuaciones con cuatro temas: Stuck in the middle with you, de Stealers Wheel, I’m Still Standing, de Elton John, Who’s Crying Now, de Journey, y la referida Take on me, de A-ha.

Y si contento está Pablo, no menos lo está su madre, Yolanda Rodríguez, quien se muestra muy orgullosa por el camino recorrido por su hijo. “Lo veo muy ilusionado en muy poco tiempo y muy integrado en el grupo”, manifiesta orgullosa, aunque tampoco le ha sorprendido, pues “en lo que le gusta, siempre aprende muy rápido”, asegura.

TINTO NOTICIAS también ha hablado con el profesor de Pablo, John Conde, quien tiene claro que este joven no solo tiene “muchas ganas”, sino que también goza de bastante “inteligencia musical”. “Ha avanzado muy rápido, se le ve mucha musicalidad y es muy vivo y espabilado”, prosigue este reputado guitarrista onubense, que pone como ejemplo el hecho de que, pese a que solo pudo asistir a clases durante tres meses, en los conciertos “lo hizo muy, muy, muy bien”, remarca.

Respecto al futuro de Pablo, John Conde también considera que “es muy pronto para aventurarnos”, pero tiene claro que, si su gusto por la música no es una “ilusión pasajera”, tiene “todos los elementos para ser un buen músico”, sostiene el profesor. Además, Pablo Moya es un “ejemplo”, entre otros muchos, de la “gran cantera” musical que hay ahora mismo en Huelva, explica Conde, que augura por ello un gran futuro a la música en Huelva.

Por el momento, es difícil vaticinar hasta dónde llegará con su guitarra Pablo Moya Rodríguez, quien una vez finalizado el curso del taller se dedica diariamente a tocar con una guitarra eléctrica y un amplificador que le han prestado y con lo que sigue aprendiendo, tras lo que el próximo curso, después del verano, tiene claro que seguirá en el Comborock, del que, desde 2010, han salido guitarristas de gran reconocimiento incluso fuera de Huelva como Mario Pousada, Gonzalo Navarro o Kiko Pérez.