Destacan el compromiso del empresariado con los más desfavorecidos
La Fundación Tau y la Asociación Provincial de Bares, Restaurantes y Cafeterías de Huelva (BARECA), integrada en la FOE, han celebrado un encuentro dentro de la Semana de la Discapacidad Intelectual que la entidad tutelar ha desarrollado en la capital onubense. La inclusión laboral de las personas con discapacidad en la hostelería ha sido el tema central de su reunión.
La reunión contó con la presencia de Rafael Pozo, presidente de Tau, y Rocío Maestre, delegada de la entidad en Huelva, en tanto que los representantes de Bareca estuvieron encabezados por su presidente, Rafael Acevedo, acompañado por el vicepresidente de la misma, Daniel Santana, así como los vocales Begoña Casas y José Carlos del Olmo y Francisco Muñoz, Secretario, y durante la misma se focalizó en la importancia del empleo en el desarrollo personal y social de las personas con discapacidad intelectual, así como ejemplos de negocios hosteleros que han hecho de este colectivo la base de su plantilla.
Importancia del acuerdo
Rafael Pozo destacó “la importancia del empresariado en el crecimiento de Huelva y su compromiso constante con los colectivos más desfavorecidos, pues sus iniciativas solidarias son de sobra conocidas y ponen mucho corazón a su labor, no limitándose al negocio sino haciendo mejorar a la provincia entera”. A su vez, Rafael Acevedo insistió en su “interés por incorporar a personas con discapacidad intelectual en los negocios de hostelería de la provincia”, si bien necesitan “un asesoramiento para, sobre todo, conocer la formación, la predisposición y la experiencia de muchas de esas personas capacitadas para trabajar detrás de una barra, sirviendo mesas o sacando comandas desde la cocina”.
La Fundación Tau se ha comprometido a armonizar ese encuentro entre empleadores de la hostelería y personas con discapacidad intelectual con interés en trabajar, señalando que el empleo no es un asunto estrictamente solidario, sino una dignificación de la persona y un derecho, y que cualquier persona con discapacidad que ocupe un puesto laboral debe responder con solvencia y soltura a las exigencias propias de su labor.