La Asociación de Memoria Histórica de la Provincia de Huelva reclama «madurez política» a todos los partidos con representación en las Cortes
La Asociación de Memoria Histórica de la Provincia de Huelva (AMHPH) ha reclamado madurez política a todos los partidos con representación parlamentaria en las Cortes Generales para que la nueva Ley de Memoria, que va a ser sometida a debate, pueda contar con el máximo consenso y con todo el apoyo posible. Los memorialistas de Huelva, que han debatido abiertamente sobre la cuestión, creen que España “está obligada a reponer el daño causado a millones de personas que han sido víctimas directas o colaterales de una guerra civil terrible y de una represión cruenta, que provocaron sufrimientos que no debe caer en el olvido en una sociedad democrática madura como es la nuestra”, manifiesta el presidente de la asociación provincial, Fernando Pineda.
Además, la AMHPH considera urgente que España y los partidos que nos representan, cuyos diputados y diputadas tienen la legitimidad que le han dado las urnas, escuchen el reclamo de los organismos internacionales para que España “haga frente de una vez por todas a ese pasado que cada día está más presente por no haberle hecho frente en el momento adecuado”. No obstante, «nunca es tarde para reparar el daño y la nueva Ley que el Consejo de Ministros ha remitido ya a las Cortes para su debate y aprobación persigue cerrar esas heridas que permanecen abiertas para que haya por fin una convivencia en paz y duradera a este respecto», agregan.
La nueva Ley de Memoria, que regulará la situación integral de este asunto en todo el ámbito nacional, recoge las aportaciones que los movimientos memorialistas de toda España trasladaron al Gobierno de España hace dos años, en agosto de 2019, cuando se gestaba el proyecto y en encuentros posteriores. Las políticas de memoria se convertirán así en políticas de Estado, junto con el cumplimiento que se da a los principios de justicia, verdad, reparación y deber de memoria como obligación para no repetir los hechos, tal y como venían recomendando los organismos internacionales de derechos humanos, como Naciones Unidas o el Grupo de trabajo de desapariciones forzosas e involuntarias.
Por primera vez, el nuevo texto incluirá en su primer artículo el repudio y la condena del golpe militar de julio de 1936 y la posterior dictadura franquista. Se declarará expresamente la nulidad de las condenas y sanciones dictadas por tribunales ilegítimos, se establecerá el derecho de las víctimas a conocer la verdad y el Estado asumirá el liderazgo de la búsqueda de las personas desaparecidas y las exhumaciones de fosas comunes, con medidas tan necesarias como la creación de un banco de ADN y un censo de víctimas, así como la protección de los documentos referidos a esta etapa de nuestra historia; y la garantía del derecho de acceso a esos fondos documentales. Eso, entre otras muchas y relevantes cuestiones de importancia que recoge el articulado.
La junta directiva de la AMHPH ha mostrado su esperanza en este proyecto que «por fin vamos a ver publicado en el Boletín Oficial del Estado», lo que significará su aplicación inmediata. En Huelva, los memorialistas llevan años trabajando para recuperar la memoria de las miles de víctimas que el golpe de Estado dejó a lo largo y ancho de la provincia. “Siempre decimos que aquí no hubo guerra, salvo algunos focos de resistencia. Hubo una represión brutal desde el primer día y es una de los territorios donde más asesinatos fueron perpetrados”, ha apuntado Pineda, quien pronto, a título particular, sacará a la luz un diccionario de víctimas en el que viene trabajando desde hace años y que ha puesto a disposición de las instituciones para ayudar a encontrarlas y reparar así el dolor de las familias.
Con esta Ley, todas las generaciones podrán conocer qué ocurrió realmente y cómo se fue forjando nuestra democracia, ya que el texto incluirá la obligatoriedad de estudiar la memoria democrática en las escuelas y nadie podrá exaltar un régimen criminal como el sufrido durante décadas por los españoles y españolas.