El TSJA ratifica la exoneración de la profesional condenada por informar del crimen de Laura Luelmo y ordena el archivo definitivo de la causa

Ni la Fiscalía ni la acusación particular han recurrido en casación la absolución de la periodista onubense Raquel Rendón por informar del caso del crimen de Laura Luelmo en El Campillo, por lo que la sentencia dictada por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) a finales del pasado julio ya es firme.

Tal y como ha adelantado Huelva Ya, Así consta en la diligencia de ordenación del tribunal regional a la que ha tenido acceso Huelva Ya en primicia, con fecha de 10 de septiembre pero notificada esta misma mañana, por la que se insta a la Audiencia Provincial de Huelva a que proceda “al archivo definitivo” del expediente.

Hay que recordar que la Audiencia Provincial de Huelva condenó a la profesional en 2023 por un delito de revelación de secreto a dos años de prisión, dos de inhabilitación para ejercer el periodismo, una multa superior a 3.000 euros e indemnizaciones de 30.000 euros para los padres de la joven zamorana asesinada por Bernardo Montoya en El Campillo en 2018.

Tras admitir a trámite su recurso, el TSJA decidió hace poco más de mes y medio absolverla por considerar que Rendón no había incurrido en el delito señalado por los magistrados onubenses, al no quedar acreditado que la periodista accediera a información del sumario del caso (que no estaba secreto) de manera ilícita ni que fuera consciente de tal ilicitud, requisitos indispensables para configurar este tipo delictivo. A ello, los magistrados andaluces añadieron que tampoco había quedado probado el daño que había provocado la publicación de las informaciones en el diario Huelva Información en 2019, destacando que la función del periodismo no puede ser coartada sin pruebas claras de transgresión legal y daño efectivo.

Raquel Rendón celebra el archivo definitivo de la causa con “mucha alegría, porque es el fin de una pesadilla que no sólo me ha afectado a mí, sino a todos los míos”. Han sido, cuenta a este periódico, “cinco años de angustia, de mucho dolor, de depresión, de perder mucho por el camino… ¿quién me paga esto a mí ahora?”, se pregunta. No obstante, tiene ya las puestas miras en presente y su futuro, al que mira “con optimismo y con ojos nuevos, porque no merece la pena volver atrás ni para coger impulso”.