Bomberos Unidos Sin Fronteras se encuentra a la espera de conocer cuáles son las necesidades

Bomberos Unidos Sin Fronteras (BUSF) coordinará desde Huelva una acción de ayuda humanitaria de emergencia para los afectados por la DANA, principalmente en la Comunidad Valenciana, y se encuentran a la espera de conocer cuáles son las necesidades.

Así lo ha manifestado en declaraciones a Europa Press el presidente de BUSF, Antonio Nogales, que ha apuntado que se pusieron en contacto con el Comité de Emergencias para ofrecerse como voluntarios por si necesitaban más ayuda técnica, pero indicaron que «no era necesario porque ya tenían recursos suficientes con la Unidad Militar de Emergencias (UME)».

Por ello, Nogales ha indicado que, al no necesitar equipo de intervención sobre el terreno, se están coordinando con los albergues y lugares que se está habilitando en la Comunidad Valenciana para mandar la ayuda que necesiten», cuando «se haga una valoración sobre ello».

Al respecto, ha apuntado que, en principio, «no parece que haya una necesidad de alimentos o agua» porque «no parece que estén desabastecidos» en este sentido, al tiempo que ha apuntado que esta coordinación humanitaria no implica a la ciudadanía, que «siempre es muy solidaria», pero «hay que limitar mucho el tipo de ayuda, porque a veces se recibe tanto que colapsa la capacidad de organizar y generamos más problemas que soluciones».

Las víctimas mortales por el paso de la DANA en España superan ya el centenar de personas, tras hallarse este jueves nueve fallecidos en la ciudad de Valencia. Esta DANA es uno de los desastres naturales más graves de los últimos 75 años en España, por delante incluso de la riada de Biescas (Huesca) en 1996 con 87 fallecidos y la riada del Turia en 1957, en la que perdieron la vida entre 80 y 100 personas.

Aunque no está claro cuál ha sido el desastre natural con mayor número de muertos en España debido a que solo en las últimas décadas el recuento de víctimas ha seguido una contabilidad más precisa y fiable, las riadas del Vallés de la provincia de Barcelona, en septiembre de 1962, está considerada como la mayor catástrofe natural de la historia reciente, con entre 600 y 1000 víctimas mortales, además de miles de heridos y una gran cantidad de pérdidas económicas.

En segundo lugar se sitúa la tormenta que en octubre de 1973 se cobró la vida de al menos 150 personas en las provincias de Granada, Almería, Alicante y Murcia. Fue en esta última región en la que unas lluvias torrenciales provocaron más daños, con un total de 89 fallecidos.

Le sigue el reventón de la presa de Vega de Tera, en la localidad zamorana de Ribadelago, que fue ocasionado por fuertes lluvias torrenciales el 9 de enero de 1959. Con la rotura del dique se liberaron ocho millones de metros cúbicos de agua, arrasando con el pueblo y llevándose por delante la vida de 144 de sus 523 vecinos.

La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ha asegurado este miércoles que esta DANA es la gota fría «más adversa» de lo que va de siglo en la Comunidad Valenciana, con un impacto y registros superiores a la DANA de septiembre de 2019 y a la altura de los dos grandes temporales de los años ochenta, el de octubre de 1982, la pantanada de Tous que dejó al menos 30 muertos; y el de noviembre de 1987, con cuatro fallecidos.