Presentada la campaña ‘Solo quiero un hogar’, impulsada por Alcores, Aldaima, Apraf-a e Infania

La campaña ‘Solo quiero un hogar, impulsada por las asociaciones andaluzas Alcores, Aldaima, Apraf-a e Infania, se presentó ayer en la Fundación Cajasol de Huelva en un evento que contó con la participación de Margarita Pérez Crovetto, jefa del Servicio de Protección de Menores de Huelva; José Manuel Borrero Barrero, delegado de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad; María Albert, educadora social de la asociación Alcores (con experiencia previa como menor en acogimiento familiar); y María Algueró, divulgadora de Maternidad-acogida-adopción en @nuestrafamiliaespecial.

Actualmente se calcula que en la provincia onubense son necesarias familias de acogida para más de 120 menores. Hay aproximadamente 150 familias que ya están inmersas en el proceso de acogimiento familiar, en sus distintas modalidades, y la prioridad de Alcores es encontrar familias de la modalidad de urgencia o de la modalidad de temporal para niños y niñas de 0 a 6 años.

El delegado de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad en Huelva, José Manuel Borrero Barrero, explicaba cómo los menores se ven en una situación en la que se rompe su desarrollo por circunstancias de la vida. «Estas familias son capaces de recomponerlos. Les ofrecen lo más bonito que tienen, que es un hogar», explicaba Borrero. Por su parte, la jefa de del Servicio de Protección de Menores de Huelva, Margarita Pérez Crovetto, también madre de acogida relató cómo «la experiencia ha demostrado que el acogimiento familiar es una manera mucho más agradable y cercana de ayudar a estos niños y niñas».

En el encuentro se abordó la necesidad de garantizar una familia a tantos niños, niñas y adolescentes que están esperando en los centros de protección. A través de testimonios y descripciones de las difíciles realidades de lo menores, se pudo mostrar una imagen actual de la situación que se vive en Andalucía, y más concretamente en Huelva. En este evento participó María Algueró, divulgadora de acogimiento familiar a través de su cuenta @nuestrafamiliaespecial. María tiene tres menores acogidos en la modalidad de permanente y un bebé adoptado: «con solo pensar en el primer día que me llamaron para decirme que tenían a unos niños para acoger se me saltan las lágrimas. Tenemos fotos y vídeos y los vemos mucho, los niños nos lo piden mucho porque eran muy peques, no tenían la capacidad de acordarse y con estos vídeos, lo reviven.»

María quiso hacer hincapié sobre que, muchas veces, estos niños y niñas han sufrido situaciones complicadas desde muy pequeñitos y el acogimiento les ayuda a recuperarse: «desde que llegaron a ahora ha habido un cambio abismal. Con el tiempo hemos sido conscientes de que siguen teniendo heridas y que hay que trabajarlas». Y, aprovechó para remarcar que cada caso es único: «la separación se puede dar por muchas situaciones. Puede ser desde falta de cuidados, alcohol, drogas… Yo en casa tengo dos situaciones diferentes y no tienen nada que ver la una con la otra. Pero nunca se retiran a los niños por causas económicas, en ese caso, hay otra ayuda».

En este evento se contó también con la actuación de la cantante Lorena Ternero, quién confesó que desconocía esta medida anteriormente pero que la veía muy necesaria: «Quiero hacer un llamamiento a todas las familias para que acojan que esos niños y niñas necesitan mucho cariño».

María Albert, de un hogar de acogida a la educación social

Una de las participantes, María Albert, educadora social de la asociación Alcores, responsable del proyecto en Huelva, compartió con los asistentes su experiencia previa como menor en un hogar de acogida. Desde los 10 años ha estado en acogimiento permanente con una familia, y a sus 28 años sigue permaneciendo con su familia de acogida. Previamente, con 9 años, estuvo residiendo en un centro de menores del que recuerda que «era un lugar incómodo, era muy grande y la soledad le persistía a pesar de estar los trabajadores implicados en su bienestar».

«Si yo conseguí mi familia de acogida con 10 años, otros niños también deberían tenerla. Sé que están en los centros y me parece muy injusto que sigan allí, es algo que me llega al alma», manifestó Albert. Aunque sabe que hay grandes profesionales velando por la infancia, tiene un recuerdo muy marcado de aquello. «Fue una situación muy difícil, incómoda, dura y muy desagradable. Todas las noches tenía pesadillas. Estaba sola y me sentía muy sola», explicaba la educadora social de Alcores. «Recuerdo el día en el que me llamaron para decirme que iba a formar parte de una familia de acogida. Yo miraba al resto de mis compañeros y pensé ¿por qué a mí y no a ellos?», describía Albert haciendo referencia a las realidades de los menores en necesidad de una familia de acogida.

Cuando la delegación de menores le ofreció la posibilidad de permanecer junto a una familia de acogida no lo dudó. Reconoce que al principio tenía conflictos internos con la idea de tener una «nueva madre», y tuvo que volver al centro. Vivió un efecto catártico, se decidió a intentarlo de nuevo y hasta hoy. Esta experiencia, además, ha repercutido en su vivencia profesional; tras realizar el módulo superior de Integración Social, se dispuso a realizar la carrera de Educación Social y aprobó las oposiciones. «He elegido esta carrera porque yo pasé por ahí y no quiero que ningún niño pase por ello», manifestaba.

Tiene una hermana mayor de 30 años, Ania. Su hermana y ella fueron a un centro de protección de menores en provincia diferentes, María en su Huelva y Ania a Málaga. A pesar de la distancia, ambas han estado en una familia de acogida hasta la actualidad, y continúan teniendo un vínculo muy especial.

Testimonios de familias de acogida

En el evento participaron tres familias de acogida que quisieron visibilizar la importancia de este proceso y el positivo impacto que llega a tener en la vida de los menores. Es el caso de Rocio y Julián, que desde 2019 han acogido un total de 4 veces, 4 acogimientos con modalidad urgente. Actualmente, permanece una menor con ellos, de 1 año y medio de edad. En alguna ocasión ha surgido una modificación de acogimiento, con una duración corta para que el menor no cambie de familia mientras que se estudia el caso. Tienen una hija en común, de poco más de 20 años. «Se nota el cambio. Disfrutamos a los niños a diario cuando le ves esa sonrisa. Creo que esto es para todos. Deberíamos intentarlo», explica Julián, que al final de su participación remarcaba que «no hay nada más bonito que darle una oportunidad a alguien y, en este caso, a un niño»

La segunda familia que participa es la formada por Carmen y Daniel, que desde 2023 han acogido a 2 menores en modalidad de acogimiento urgente; uno de ellos, de 4 meses, reside actualmente con ellos. El acogimiento en esta modalidad supone estar preparados para recibir una llamada en cualquier momento porque un niño o una niña te necesita. «Llamaron a mi mujer a las 10 de la mañana y a las 14h estábamos recogiendo al niño. No teníamos cuna, ni carro», explicaba Daniel. Y Carmen explicaba que había sido todo muy rápido: «hacía solo cinco días de que nos habían dicho que éramos idóneos para acoger».

«Ya estoy aquí y no voy a soltar tu mano hasta que ya no me necesites». Con estas palabras recordaba Carmen su reacción al saber que se trataba de un bebé de tan solo 15 días de vida. El acogimiento de urgencia es una medida de protección inmediata para cuidar a bebés, niños y niñas mientras se determina cuál será su situación. En el caso de este bebé, fue a adopción de una pareja homoparental. Carmen aseguraba que, entregar ese bebé a una familia adoptiva que lleva tanto esperando es algo muy mágico: «yo lo siento como si yo hubiera estado guardando su mayor regalo».

Todas las familias aprovecharon para animar a la población a acoger y concienciar sobre la importancia de que estos niños y niñas cuenten con un hogar. Por su parte, Antonia y Ricardo, han acogido a 3 menores desde 2021. Comenzaron acogiendo en la modalidad de acogimiento temporal, pero al año pasaron a ser familia acogedora de urgencia. Actualmente, tiene una menor con ellos y tienen una hija en común con mayoría de edad. «Hay muchos niños y niñas que necesitan acogimiento de urgencia, pero siguen siendo de necesidad temporal también», explican con respecto a su decisión de prolongar el acogimiento de una menor de 3 años que lleva desde enero con ellos.

«Yo creo que la base fundamental es que los niños cuando llegan a la familia y que tú no consientas que nadie los trate con pena, son uno más. Que se vean igual que los demás» comentaba Antonia que, junto a su pareja, Ricardo, ya van por su tercer acogimiento. La última pequeña que tienen acogida lleva con ellos tan solo un mes y ya notan las diferencias de cuando llegó: «nos está enseñando a aprender a vivir y a disfrutar. Hoy la he dejado en el colegio y no ha entrado mirando a todas partes con miedo, sino que ha salido corriendo para atrás y me ha dado un abrazo. Que alguien quiera abrazarte es lo más bonito del mundo.» Antonia bromeaba con todo lo bueno que les puede aportar el acogimiento: «Dejas de ver todo lo malo en la tele porque solo ves la Patrulla Canina y Peppa Pig».

«Les diría que están perdiendo el tiempo de recibir amor. Yo no lo siento doloroso, yo lo siento como un regalo, hasta cuando se van, aunque los eche de menos. Pero es tan bonito lo que se vive, y la lección de vida que nos dan… que yo les diría a aquellas familias que lo estén considerando que están perdiendo lo más grande del mundo que es recibir besos y caricias», concluía Antonia.

Proceso y requisitos

Las familias deben ser valoradas para obtener la idoneidad. El primer paso es informarte con el SAAF de cada provincia para realizar una solicitud con alguna de estas entidades que trabajan con la Junta de Andalucía, o en la Delegación Territorial correspondiente. Posteriormente, se procede a un curso de formación breve donde se explica en qué consiste el acogimiento familiar, sus modalidades, cuestiones a tener en cuenta sobre los niños y niñas en acogida, etc. Finalmente, se realiza un estudio psicosocial: entrevistas sobre la situación personal y sanitaria de las personas solicitantes, sus motivaciones, capacidades, etc. Incluye también visitas al domicilio de la futura familia acogedora. Allí deberá haber un espacio exclusivo para que el niño o la niña pueda dormir y estar, pero no es necesario que disponga de cuarto propio.

Todas las personas interesadas en el proceso de acogimiento familiar y en conocer toda la información sobre el mismo pueden hacerlo en soloquierounhogar.org.

La campaña: concienciar sobre el acogimiento familiar

Las organizaciones andaluzas Aldaima, Alcores, Apraf-a e Infania se han unido para la puesta en marcha de la compaña ‘Solo quiero un hogar’ con la que pretenden concienciar y difundir la importancia del rol de familias acogedoras, especialmente dados los datos que actuales que sitúan a aproximadamente 2.000 niños y niñas que requieren con urgencia de este tipo de ayuda.

Las familias acogedoras son familias solidarias que cuidan a estos niños y niñas el tiempo que necesitan mientras su familia biológica no puede hacerlo. De esta manera, se evita que los menores tengan que crecer en centros de protección. El acogimiento familiar es, por tanto, una medida temporal. Mientras, la familia biológica puede solucionar los problemas que tiene para que sus hijos e hijas puedan volver a la que siempre fue su casa. Si esto no ocurre, se pone en marcha un protocolo para buscar otra medida de protección más estable.

La relevancia del rol de estas familias reside en la necesidad de que estos menores puedan pasar el máximo tiempo posible en un hogar y tengan asegurado su derecho a crecer en una familia. Generalmente, cuando estos niños y niñas no pueden residir con sus familias por diversos motivos que pueden ir desde hospitalizaciones de los progenitores a situaciones más graves como negligencias en los cuidados, abandono o adicciones entre otras cuestiones, lo hacen en un centro de protección, que les garantiza cuidado y atención. Idealmente, y gracias a campañas como ‘Solo quiero un hogar’, estos menores pueden convivir durante largos periodos de tiempo con una familia acogedora que les facilite un ambiente hogareño y familiar donde recibir cariño, cuidados y atención.

El proceso legal y administrativo que gestiona los acogimientos familiares prioriza siempre que los perfiles de familias acogedoras puedan atender lo mejor posible las diversas necesidades de cada niño o niña. Además, hay varias modalidades diferentes de acogimiento: está el de urgencia, el temporal y el permanente. Pero lo más importante que quieren transmitir desde las organizaciones que potencian esta campaña es «cómo el acogimiento familiar puede tener un impacto radicalmente positivo en estos menores y cambiar sus condiciones de vida en su presente y futuro, facilitándoles amor, hogar y oportunidades distintas».