Dos años de la desaparición y muerte de Laura Luelmo: ‘Siempre en el corazón de la Cuenca Minera’

La investigación sigue en curso y no hay fecha para el juicio por su presunto asesinato

Un 12 de diciembre de 2018 una joven profesora procedente de Zamora y que vivía en la localidad de El Campillo desaparecía de la localidad y se iniciaron días de intensa búsqueda. A las 16.2o horas enviaba un mensaje a su novio: «No sé si saldré a caminar, hace viento».  Fue lo último que se supo de una mujer, profesora del IES Vázquez Díaz, a la que todavía en la actualidad se recuerda en toda España y especialmente en la Cuenca Minera. 

Dos días después Tinto Noticias adelantaba en primicia la desaparición de una joven que durante días encogería el corazón de media España, la noticia de que Buscan a una joven de 26 años desaparecida en El Campillo corrió por toda la nación, las extrañas circunstancias en las que se había producido su desaparición hacían temer lo peor y por desgracia, días después, el 17 de diciembre los habitantes de la Cuenca Minera tuvieron que hacer frente a la peor noticia, un voluntario de la Cruz Roja encontró unas ropas y da el aviso. El cuerpo, semidesnudo, presentaba signos de violencia a simple vista.

Hoy día son numerosos los homenajes y convocatorias que llevan el nombre de Laura Luelmo que ha dejado una profunda huella en la comarca. De hecho, en El Campillo, el Centro Cultural de la localidad lleva su nombre y también a convocatorias como el concurso de relatos del municipio llevan su nombre con el propósito de recordarla siempre.

Hasta el momento, continúa la instrucción a cargo de la titular del Juzgado nº 1 de Valverde del Camino, y todavía no hay fecha para la celebración del juicio, con un nombre como principal sospechoso y que lleva este tiempo encerrado en la cárcel. Bernardo Montoya espera a que el juicio se celebre con normalidad.

José Carlos Mancha gana el Premio Diego Díaz Hierro con una obra sobre la Semana Santa de Huelva

El doctor en Antropología Social se hace con el galardón que convoca el Ayuntamiento en la edición más participativa de la historia

El jurado del XX Premio Diego Díaz Hierro de Investigación, presidido por el teniente de alcalde de Cultura del Ayuntamiento de Huelva, Daniel Mantero, ha decidido por unanimidad reconocer la obra ‘La Semana Santa de Huelva. Significaciones, Instrumentalizaciones y Ritualidad’ como ganadora de esta edición del certamen. Un trabajo del doctor en Antropología Social, José Carlos Mancha Castro.

El jurado, integrado por María Asunción Díaz Zamorano, profesora titular de Historia del Arte de la Universidad de Huelva; Pablo S. Guisande Santamaría, jefe del departamento de Protección del Patrimonio Histórico de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía; y María Dolores Lazo, jefa de la sección de Archivos y Bibliotecas del Ayuntamiento, ha valorado “el acercamiento novedoso al tema y el carácter riguroso de su metodología”, ya que supone “una mirada nueva a un fenómeno popular, que analiza los diferentes significados del asunto estudiado dentro del campo de la antropología”.

Asimismo, Daniel Mantero ha puesto de manifiesto “la excelente respuesta que ha tenido en esta edición del Premio en el que se ha batido récord de participación con un total de nueve trabajos presentados de gran calidad y de temáticas muy diversas, lo que ha hecho muy difícil la decisión del jurado”.

El ganador del XX Premio Diego Díaz Hierro, José Carlos Mancha (Huelva, 1989), es actualmente profesor del departamento de Antropología Social, Psicología Básica y Salud Pública de la Universidad Pablo Olavide. Su principal línea de investigación se ha venido desarrollando en el marco de la antropología simbólica y la historia cultural, centrándose en el estudio de rituales y fiestas populares en Andalucía, especialmente de la provincia de Huelva. No obstante, su labor investigadora también se ha extendido a otros temas como la xenofobia y la discriminación étnica, el turismo religioso, el franquismo, los conflictos socio-ambientales urbanos y la didáctica de las Ciencias Sociales.

El investigador ha publicado un centenar de artículos científicos en revistas de reconocido prestigio, como la ‘Revista Andaluza de Antropología’, ‘Pasado y Memoria. Revista de Historia Contemporánea’, ‘Alternativas. Cuaderno de Trabajo Social’, ‘Investigación en la escuela’, ‘Clio. History and History teaching’, ‘Revista Fuentes’, ‘Disparidades. Revista de Antropología’ o ‘Hispania Sacra’. Además es autor del libro ‘La Semana Santa y la construcción simbólica del franquismo en Huelva (1937-1961).

José Carlos Mancha es miembro del grupo de investigación ‘Observatorio de Cultura y Patrimonio’ de la Universidad de Huelva y ha sido profesor en el departamento de Historia, Geografía y Antropología de la UHU e investigador también de la Universidad de Córdoba. Ha participado en múltiples jornadas, seminarios y congresos científicos nacionales e internacionales.

Omar Romero investiga las pinturas aparecidas en la Iglesia de Campofrío

El historiador y arqueólogo aracenense estudia los orígenes de la localidad y su devoción por Santiago Apóstol

Tras la aparición de unas pinturas murales durante la restauración de la Iglesia San Miguel Arcángel de Campofrío, el Ayuntamiento de la localidad ha querido dar un paso más para poner en valor este importante descubrimiento relativo al patrimonio cultural del municipio. Una inquietud que está siendo resuelta a través del trabajo que está llevando a cabo el historiador y arqueólogo Omar Romero de la Osa Fernández, que está traduciendo el Libro de Cofradías de Santiago Apóstol, una obra que indaga en los orígenes del municipio campofrieño y en su devoción hacia su patrón.

La investigación, cuyas conclusiones aún están por determinar, ha generado un enorme interés, dada su relevancia. No en vano, tal y como explicaba la alcaldesa de Campofrío, Mercedes López, se está llevando a cabo un estudio exhaustivo sobre la historia de la Cofradía de Santiago Apóstol a cargo de “Omar de la Osa, historiador fascinado por nuestra iglesia y por nuestro pueblo, tras conocer las pinturas que aparecieron en las Capillas de Santiago y de las Ánimas Benditas, tras la restauración de la Iglesia. Esto acaba de empezar, pues, gracias a él, descubriremos con detalle los orígenes de nuestro precioso pueblo, como se forjó y cuáles fueron sus etapas cruciales hasta el día de hoy”.

Por este motivo, Tinto Noticias ha querido entrevistar a este aracenense de 36 años, licenciado en Historia y doctor en Arqueología por la Universidad de Sevilla, que se declara un auténtico apasionado del patrimonio histórico y de su territorio. Una entrevista en la que Omar Romero de la Osa nos adelanta algunos de los detalles de su estudio, que, sin duda, llamará la atención a todos los habitantes de la Cuenca Minera.

– Omar, estás trabajando en una investigación sobre la iglesia de Campofrío. ¿En qué consiste este estudio?

– El Ayuntamiento de Campofrío está apostando por recuperar su pasado. Un conector en la actualidad de su historia es la Cofradía de Santiago y las fiestas en torno al toro. La construcción de la parroquia va ligada al patrón Santiago. De hecho, la Cofradía de Santiago tuvo mucho que ver en su financiación. La festividad de Santiago remite a las mentalidades y la organización social de Campofrío durante la Edad Moderna, pues, a la celebración religiosa y devocional, se unía la fiesta en torno al toro que reunía a los ganaderos de los alrededores en el Coso de Santiago.

En este sentido, me encuentro inmerso en la investigación de la cofradía a través de su primer libro de cuentas. Se trata de un documento de archivo en formato libro y cubiertas de pergamino donde se contiene la vida de la cofradía desde 1634 hasta 1745. Muestran sus primeras reglas de 1634 y los acuerdos de 1740 referente a la organización de los hermanos y de la actividad ganadera a la que iba asociada la cofradía. También recoge las cuentas de sus diferentes mayordomos y la lista de hermanos, datos fundamentales para elaborar el análisis histórico de la cofradía. El proyecto, por tanto, abarca la transcripción y edición del documento, así como de su posterior estudio histórico.

– ¿Cuál ha sido el hallazgo que se ha realizado en la iglesia durante las obras de restauración del templo?

– La historia es apasionante. En el trascurso de uno de mis trabajos en el patrimonio construido de la Sierra de Aracena, tuve la oportunidad de conocer las obras de adecentamiento de la Parroquia de San Miguel acompañado de Inmaculada López Carrión, teniente de alcalde del Ayuntamiento. Cuando los trabajadores se disponían al decapado de la pintura en mal estado de las capillas laterales del lado de la Epístola se abrió paso la pintura original. Se trata de la pintura mural que revestía al templo simulando elementos arquitectónicos. Estuvimos en el momento y el lugar justo.

Ante el hallazgo, en días posteriores elaboré junto al director del Museo de Riotinto, Aquilino Delgado Domínguez, un informe técnico donde se especificaba de forma primaria las características de las pinturas murales. Los restos que nos dan más pistas del tipo de pintura mural son los hallados en la cuarta capilla. Se trata de elementos tipo decorativos sencillos de líneas oscuras formando un rectángulo que sirve a modo de marco, se juega con el grosor de la línea para dar mayor profundidad. En la parte inferior se observa una decoración de roleos de color azul y motivos vegetales sobre fondo de color rojo/ocre.

Aunque predomina los colores azules y rojos en el marco, también se aprecia el beige y el negro para las líneas del marco. En el pilar derecho de la cuarta capilla existe además una serie de letras sobre fondo azul todavía ilegibles hasta su decapado total de la superficie.

– ¿Con qué hipótesis trabajas?

– Las pinturas murales de San Miguel Arcángel de Campofrío suponen una manifestación del diseño del edificio, de cómo se quiso mostrar el edificio a todos. Como tal, debemos considerarla como parte indisociable del edificio y caracterizarla como bien inmueble.

– ¿Qué relevancia tiene para Campofrío esta investigación?

– El estudio de la historia local se muestra muy importante como desarrollo social. La parroquia tiene dos planos: el material y el humano (feligresía). La restauración de las pinturas y la investigación histórica asociada persigue un doble proceso de recuperación de unas pinturas que son parte del diseño del edificio y del contexto histórico de las mismas que remiten a la iglesia como sociedad. La recuperación de las pinturas murales se torna muy interesante en el plano patrimonial, puesto que las iglesias durante los episodios epidémicos en el siglo XIX encalaron las paredes tapando el estado original de las iglesias. En este estado de conservación, si bien conocemos la recuperación de pintura mural medieval con las ermitas de San Mamés de Aroche, Santa Eulalia de Almonaster la Real y Santo Domingo de Aracena, no es tan común en la edificación barroca y tardobarroca, un buen ejemplo donde mirar es la iglesia inacabada del Castaño del Robledo. La recuperación de las pinturas de San Miguel aumentará el acervo cultural constructivo y artístico de un periodo aún desconocido en muchos aspectos.

– La iglesia es el principal monumento de la localidad…

– Efectivamente, la Parroquia del Arcángel San Miguel es el principal monumento de Campofrío. Se trata de un edificio construido a finales del siglo XVIII a partir de otro anterior de cuyo único vestigio queda en la actualidad el ábside hoy en funciones de sacristía. Precisamente de los restos del ábside, se puede conocer las trazas del templo originario, que sería del tipo de una sola nave y ábside diferenciado y avanzar en su cronología, pues su sistema de cubrición mediante arcos ojivales apeados sobre ménsulas remite a finales del siglo XVI.

El templo actual, levantado en la década de 1790 es un magnífico ejemplo de arquitectura tardo barroca de los arquitectos de la archidiócesis hispalense José Álvarez y Antonio de Figueroa. Éste modifica la disposición de su planta y construye un edificio de mayores dimensiones de una sola nave donde destaca la torre campanario anexa.

De todas formas, la parroquia nos remite a monumentalidad, pero, sobre todo, a la sociedad que sintió la necesidad de levantar un edificio de estas características de tal forma que es indisociable respecto al paisaje urbano donde se erige. Claramente, la parroquia de San Miguel es un catalizador cultural y económico en los siglos XVII y XVIII.

– No es la primera vez que estudias la historia y el patrimonio de la localidad…

– Mi acercamiento al patrimonio campofrieño se enmarca en mis estudios sobre las ermitas y, en concreto, tuve la oportunidad de caracterizar la ermita de la Santísima Trinidad de las Ventas de Arriba. Siempre me ha parecido muy interesante el estudio de la iglesia en sus diferentes elementos. A nivel constructivo, Campofrío muestra gran atractivo por el origen de la parroquia, como hemos comentado anteriormente, y por la presencia en sus inmediaciones de otras iglesias, como la de Nuestra Señora de la Granada en las inmediaciones del Odiel.

– ¿Qué importancia tiene el patrimonio de Campofrío?

– Campofrío presenta un rico patrimonio histórico, fruto de su importancia ganadera y minera a lo largo de la historia a caballo entre la Sierra y la Cuenca Minera. Por su importancia, han sido varios los estudios sobre Campofrío, de los cuales debemos destacar, en el plano arqueológico, el libro Explotaciones romanas de Campofrío, del profesor de la Universidad de Huelva Juan Aurelio Pérez Macías, el de la geografía en Campofrío. Una forma de vida entre la Sierra y la Mina, de Domingo Ávila Fernández, y, finalmente, la reciente monografía sobre su historia por Miguel Burguillos Peña. Los esfuerzos del Ayuntamiento se encaminan en continuar esta senda cultural incidiendo en aquellos aspectos menos conocidos, como es el caso del estudio de la Cofradía de Santiago.

– Para terminar, ¿qué mensaje le darías a los campofrieños?

– Apostar por el patrimonio cultural en una economía caracterizada por la tercerización supone apostar por el futuro de la población. Para ello, es necesario comenzar por la investigación histórica y puesta en valor que genere recursos diferenciadores donde mostrarse a los demás y conocerse a uno mismo. En el caso de Campofrío, es para sentirse orgulloso.

Trayectoria del investigador Omar Romero de la Osa Fernández (1984)

Natural de Aracena (Huelva), es doctor arqueólogo por la Universidad de Sevilla y un apasionado del patrimonio histórico y de su territorio. Es licenciado en Historia por la Universidad de Sevilla (2007), DEA en Ideologías y movimientos políticos del siglo XX (Universidad de Sevilla), Master en Arqueología (Universidad de Sevilla), Master sobre la Monarquía católica y la Europa barroca (Universidad de Granada) y es doctor en Arqueología de la Arquitectura por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Sevilla en 2017.

Dentro de su campo, continúa formándose con diversos cursos de postgrado en archivística (UNED), así como de documentación del patrimonio cultural por el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH), además de realizar numerosas participaciones en congresos, jornadas y publicaciones especializadas. Finalmente acaba de publicar (diciembre 2018) su primer libro, Arquitectura religiosa en el espacio rural del Reino de Sevilla. Análisis edilicio, constructivo y estructural en la Sierra de Aracena durante los siglos XIII–XV, en la editorial internacional especializada en arqueología BAR Publishing, una monografía sobre la arquitectura religiosa medieval de la Sierra de Aracena.

En el ámbito laboral destaca su participación en las diferentes campañas arqueológicas realizadas en el Recinto Fortificado de Aracena desde 2007, así como en la dirección de intervenciones en la Parroquia de San Martín de Almonaster, Villanueva de los Castillejos, Sotiel Coronada, entre otras. Además, ha colaborado en proyectos arqueológicos en las Minas de Aljustrel (Beja, Portugal) bajo la dirección del Arqueólogo de la Universidad de Huelva Juan Aurelio Pérez Macías, o proyectos de documentación e intervención en patrimonio construido en el Muelle de Tharsis del Puerto de Huelva (Delegación Territorial de Cultura de Huelva, ETSAS) o en el estudio paramental y de diagnóstico de la escalera de acceso al Jardín del Cupreso, en el Palacio del Generalife, junto a la arquitecta María Carretero para el Patronato de la Alhambra y el Generalife.

Las Minas de Río Tinto y El Hoyo de D. Liberto, caballero de nación sueco

Una de las figuras imprescindibles en la de la explotación de las Minas de Río Tinto ha sido LIEBERTO WOLTERS VONSIOHIELM – (Estocolmo, 1665 – Riotinto, 1727).

Las minas llevaban unos 1.300 años sin trabajarse, desde el tiempo de los romanos, y Lieberto Wolters solicitó al Rey Felipe V la concesión para la explotación de las minas, creando una sociedad denominada “COMPAÑÍA DE LAS MINAS DE RIO TINTO Y ARACENA”.

Su nombre original era LIEBERT WOLTERS VON SJÖHJELM y al transcribirse al castellano se le modificó el apellido materno por otro más legible, Vonsiohielm.

Se ignora la causa que de haber venido a España a principios del siglo XVIII, pero lo que se sabe es que formó parte en la guerra de Sucesión española.

En 1719 se hallaba en Vigo ejerciendo el oficio de buzo, a través de una compañía que pretendía extraer del fondo de las Rías Bajas, las riquezas que aportara desde América la Flota de Nueva España al mando del general Manuel Velasco, hundida en 1702; la más rica que había venido de América, con 20 millones de pesos en plata y otros tantos en valor de las mercancías.

El hundimiento de la flota de barcos llegado desde las Indias Occidentales se conoce como la Batalla de Rande, situada en el estrecho de Rande, en Redondela, en la ría gallega de Vigo. Una batalla entre la flota anglo-holandesa contra la flota hispano-francesa, ocurrida el 23 de octubre de 1702, y en la que participaron 90 navíos, más de 3.000 cañones y murieron unas 2.000 personas entre los dos bandos. Tal fue la repercusión que tuvo esta batalla, que cuando la noticia del Desastre de Vigo se extendió por todo el país, provocó que cundiese el pánico entre la ciudadanía. Casi todos pensaron que toda la plata se había perdido y por ese motivo se crearon las “Cajas de Socorro y Montes de Piedad”, como es el caso de CajaMadrid, creada el 3 de diciembre de 1702.

Flota hundida en el estrecho de Rande. Grabado de la época. Archivo General de Indias. Publicada por Instituto de Estudios Vigueses.

Pasados los años de esa batalla, el 25 de marzo de 1719 Lieberto Wolters, que tenía conocimientos de mecánica y era de carácter emprendedor y atrevido, elevó al Rey Felipe V solicitud de Autorización para buscar y extraer el gran caudal oculto bajo las aguas; Concesión que se le otorgó por 300 ducados.

Se formalizó el asiento escritura por término de tres años, con el compromiso de entregar a las Cajas Reales la tercera parte del valor de cuanto sacara del fondo de la bahía.

Para los trabajos, Wolters adquiere el navío “Duque de Gloston” que le costó 630 reales, barato para la época. En este barco instala una plataforma y la maquinaria necesaria para la inmersión de 3 buceadores, llegados desde Suecia. De esta forma, desde la plataforma trabaja con una campana de madera forrada de cobre. Wolters había ideado un traje de cuero para bucear y un casco conectado a una larga manga que llegaba hasta la superficie.

Placa de cobre con instrucciones. Museo del Mar de Galicia. Publicada por Instituto de Estudios Vigueses.

La fotografía anterior es una placa de cobre que estaba en la campana que utilizaron los buceadores de Wolters. Está escrita en ruso antiguo y en ella están grabadas las indicaciones para comunicarse los buzos con la superficie.

En 1721 Wolters es denunciado tanto por vender mercancía que luego no saca de la ría, como por emitir acciones de su compañía que no obtiene beneficios. Durante esos años había extraído de las profundidades varios cañones de bronce y de hierro, anclas, tablas, balas y palanquetas, con alguna que otra moneda suelta adherida, tasándose en 3.068 reales de vellón los efectos que se habían de repartir.

Grabado de 1871. Los Galeones de Vigo. Ediciones RP 2005. Yago Abilleira Crespo

A pesar de ello, sus problemas económicos se acentuaron y LIEBERTO WOLTERS traspasó los derechos de la cédula de concesión a uno de sus socios.

Después de este infructuoso éxito, a finales de 1722 LIEBERTO WOLTERS se retiró a Madrid viviendo pobremente bajo la protección del embajador de Baviera, al cual le había conocido en Vigo, prendándose de la honradez y excelente trato.

Durante esa época WOLTERS se había quedado sorprendido de la cantidad de minas de oro y de plata que había en España y quiso seguir la huella de las incalculables riquezas que habían conseguido los Condes Fúcares que con Felipe II abrieron las minas de Guadalcanal.

De esta forma, LIEBERTO WOLTERS a sus 60 años de edad, solicitó en 1725, a su majestad el Rey Felipe V, el arriendo por 30 años de las Minas de oro y plata de Guadalcanal, Rio Tinto, Cazalla, Aracena y Galaroza.

LIEBERTO WOLTERS se fue a vivir a la Aldea de Rio Tinto, hoy Nerva, que en aquella época contaba con 80 habitantes y logró el objeto de su instancia; Como decía Rúa Figueroa, se creía con suficiente inteligencia, práctica y capacidad para el desagüe de las minas inundadas y formó las bases para la creación de una compañía para la explotación de las citadas minas.

El Asiento o Real Cédula de concesión de las minas fue suscrito el 16 de junio de 1725 por el Rey con la sola condición de que a su término pasasen a la Real Hacienda todos los edificios, ingenios y demás utensilios que allí se hubiesen establecido.

En septiembre de ese mismo año Wolters publicó un folleto de 25 páginas que tituló MANIFIESTO en el que insertaba el Asiento celebrado con el Gobierno precedido de las riquezas de las 5 minas y así llamar la atención a posibles socios para la creación de su empresa y explotación de las minas.

A este Manifiesto acompañaba Wolters las condiciones para la formación de la compañía compuesta de 2.000 acciones a 50 doblones de a dos escudos de oro cada una, reservándose el asentista 700 acciones (libres de todos gastos) y con ellas la presidencia de la Sociedad y la facultad de nombrar un Director, un Veedor, un Contador y un Tesorero.

Llegaron a inscribirse más de 60 interesados, entre ellas muchas damas de la corte. Aunque este proyecto fue rudamente impugnado, prodigando a su autor toda clase de epítetos y punzantes epigramas, calificándolo de embustero, estafador y hereje (por ser de otra religión distinta a la católica).

Folletos publicados en noviembre de 1725 en contra del proyecto de Wolters.

La empresa creada, una de las primeras sociedades anónimas españolas se llamaba “COMPAÑÍA Y ASIENTO DE LAS MINAS DE GUADALCANAL, CAZALLA, ARACENA, GALAROZA Y RIO TINTO”.

Con las 700 acciones que tenía Wolters le establecía el derecho a poder contratar a los empleados. En diciembre de 1725 solo había podido colocar la mitad de las 2.000 acciones ofrecidas.

Una vez colocadas todas las acciones, en tan solo 5 meses de 1726 se convocaron más de 28 Juntas Generales de Accionistas de la Compañía; los socios rivalizaron para ser elegidos directivos y estaban en contra de Wolters por que tenía el poder de una de las minas más valiosas de España. Para ello contrataron al ingeniero alemán Roberto Shee para realizar un informe sobre las diferentes minas del Asiento y emitir una valoración sobre la Concesión.

Wolters había comprado en el extranjero dos bombas para desaguar las minas y comenzar la explotación junto con varios trabajadores llegados desde las minas de Shala en Suecia, pero como los accionistas no se ponían de acuerdo y no tenía dinero para pagar el transporte de la maquinaria ni los salarios de los trabajadores, tuvo que empeñar sus joyas para realizar estos pagos y comenzar los trabajos.

En medio de todo este desorden, desesperado Wolters pidió la intervención al Consejo de Hacienda para resolver las continuas disputas y la respuesta fue a través de un real decreto del 4 de julio de 1727 por el que se disolvía la compañía y se creaban dos empresas nuevas. Una compuesta por todos los socios menos Wolters, que le concedían las minas de Guadalcanal, Cazalla y Galaroza, denominándose “COMPAÑÍA ESPAÑOLA”.

La otra compañía estaba formada solo por Wolters con las 700 acciones que poseía, constituyéndose la empresa que llevaría por nombre “COMPAÑÍA DE MINAS DE RIO TINTO Y ARACENA”.

Pueblo de Riotinto a principios del S.XX

Una copia de este decreto llegó a manos de LIEBERTO WOLTERS pocos días antes de su muerte ocurrida el 26 de julio de 1727 y al conocer su contenido nombró a su sobrino Samuel Tiquet (uno de los obreros llegados desde Suecia) heredero y sucesor de la compañía. Tiquet, al igual que su tío Wolters, no llegó a casarse, ni a tener descendencia.

A pesar de que Samuel Tiquet tuvo un comienzo muy difícil respecto a las propiedades de los terrenos, la producción y el accionariado, en 1747 contrata como administrador a Francisco Tomás Sanz y reinicia la producción de cobre a unos niveles espectaculares.

LIEBERTO WOLTERS VONSIOHIELM fue sepultado en la falda sur del Cerro de Salomón, en el camino que conduce desde el Cerro de las Vacas a la fábrica de Planes. Hasta la llegada de los ingleses en 1873, el sitio de su sepultura era conocido como El Hoyo de D. Liberto.

Cerro de las Vacas. Joaquín Ezquerra del Bayo – 1852

LIEBERTO WOLTERS puso las bases hace 295 años para la creación de una gran empresa y aunque no llegó a conocer el gran potencial que suponía Rio Tinto, con el tiempo se transformó en una de las mayores empresas mineras del mundo y su nombre sonaría y aún suena por toda la esfera mundial.

BIBLIOGRAFÍA

– Abilleira Crespo, Y. – 2005. Los Galeones de Vigo. RP Ediciones.
– Aldana, L. – 1875. Las minas de Rio Tinto en el transcurso de siglo y medio. Estab. Tipográfico de Pedro Núñez. Madrid
– Avery, D. – 1985. Nunca en el cumpleaños de la reina Victoria. Editorial Labor.
– Instituto de Historia y Cultura Naval. Tomo 6 -Desastre en Vigo.
– Maffei, E. y Rúa Figueroa, R. – 1872. Apuntes para una Biblioteca Española. Imprenta J.M. Lapuente. Madrid
– Patiño Gómez, R. – 2019. Instituto de Estudios Vigueses. Revista nº 24 diciembre 2019. Personajes de Rande.
– Rúa Figueroa, R. – 1859. Ensayo sobre la historia de las Minas de Rio-Tinto. Imprenta viuda Antonio Yenes.

Mª Dolores Carrasco descubre los secretos de la Biblioteca Victoriana de Bella Vista

Licenciada en Filología Inglesa y Humanidades por la Universidad de Huelva, María Dolores Carrasco Canelo es profesora de Enseñanza Secundaria en el IES del Andévalo de Puebla de Guzmán, además de una amante de la investigación, lo que le ha llevado a realizar algunos estudios de enorme interés, como el referido a la Biblioteca Victoriana del Club Inglés de Bellavista, en Minas de Riotinto.

Un arduo trabajo que veía la luz en el año 2014, cuando publicaba ‘Una Biblioteca Victoriana en Minas de Riotinto’, un libro editado por el Servicio de Publicaciones de la Universidad de Huelva. Una obra presentada en el Club Inglés en Bella Vista dentro de los actos conmemorativos del 135 aniversario de este Club.

En concreto, esta biblioteca riotinteña estaba conformada por casi 2.000 ejemplares que se han conservado hoy en día, de una amplia variedad temática, a pesar de que esta cifra es tan sólo es una muestra de lo que llegó a ser. Ejemplares que hoy se custodian en la Onubense. Y es que este centro cultural vivió diferentes momentos a lo largo de su trayectoria, teniendo un punto de inflexión a partir de 1954, cuando las minas vuelven a manos españolas.

Entre las conclusiones de la publicación, esta profesora destaca que su principal característica está en haber sacado a la luz la existencia de esta colección de libros y su valor documental que ha estado olvidado e ignorado para el mundo académico durante mucho tiempo. Y es que, para muchos, esta biblioteca era algo totalmente desconocido.

Pero, además, para la autora, “este trabajo supone un ejemplo de cómo el pueblo británico se ha comportado siempre de forma muy recelosa con su identidad y cultura y la ha salvaguardado y mantenido, incluso cuando se ha encontrado fuera de las islas británicas. Aquí se demuestra que siempre se mantuvieron fieles a sus más puras señas de identidad, como son su idioma, ya que la mayoría de estos libros están escritos en inglés, y consecuentemente a su cultura”.

Además, la lectura de esta obra permitirá al usuario comprobar cómo se estructuraba la sociedad inglesa en Huelva, que mantenía su concepción ordenada y gusto por la cultura.

En definitiva, una publicación para recordar, teniendo en cuenta que Carrasco puso de manifiesto el enorme interés que los ingleses tuvieron siempre por la lectura, lo que propició que en Bellavista se fuera diseñando una biblioteca de enorme valor, creada de forma similar a este tipo de centros en Gran Bretaña para los ingleses que llegaban a Huelva para trabajar en las minas.

Un estudio necesario sobre el patrimonio cultural de las minas, que promete que pronto se ampliará. Y es que esta Biblioteca Victoriana fue de carácter único.

Fotos: Pedro Carrasco

La Universidad pone sus investigaciones mineras al servicio de Atalaya Mining

Investigadores de la Universidad de Huelva (UHU) han mantenido un encuentro con representantes de Atalaya Mining para presentarles los diferentes estudios e investigaciones sobre el sector minero que realiza la Onubense de cara a su posible transferencia a la compañía que explota las minas de Riotinto.

Este primer encuentro entre ambas partes, que se ha celebrado en la sala de reuniones de Atalaya Mining, en La Dehesa de Riotinto, también ha contado con la presencia del equipo rectoral de la UHU, encabezado por la rectora, María Antonia Peña, y el vicerrector de Investigación y Transferencia, Juan Alguacil, mientras que el equipo de la empresa ha estado liderado por Alberto Lavandeira, consejero delegado, María Castro, responsable de Medio Ambiente, y José Ramón García, responsable de Laboratorio, entre otros.

Al encuentro han acudido investigadores de ocho grupos de investigación de la Universidad de Huelva «que pueden ofrecer a la empresa minera especialistas en restauración de escombreras, seguridad de balsas mineras y tratamiento de aguas ácidas», destacan desde la UHU, así como los responsables de estudios de posgrado, que han podido valorar oportunidades para la realización de prácticas en la empresa. A estos se ha unido la Agencia IDEA, a través de Miguel Ángel Mejías, para presentar el mapa detallado de convocatorias, subvenciones, etc. También han estado los dos grupos de investigación que ya trabajan con Atalaya, de Arqueología y Calidad del Aire, que constituyen «un éxito de colaboración entre empresa e investigadores», expone el director de Transferencia, Jesús de la Rosa.

Los investigadores han presentado a los responsables de la empresa las líneas de trabajo de los grupos de investigación. De ellos, tres han sido de particular interés para la empresa: restauración de escombreras, que implica a dos grupos de investigación y fueron presentados por Rafael Torronteras, Eloy Castellanos y Carlos Luque; seguridad en las balsas mineras, presentado por Ricardo Arribas; y tratamiento de aguas ácidas, expuesto por Manuel Olías.

Asimismo, ambas partes han aprovechado el encuentro para estrechar lazos en materia de prácticas de los estudiantes de grados y másteres y para realizar una visita de los trabajos arqueológicos que realiza la empresa en el yacimiento de Corta Lago, dentro de la corta minera de Cerro Colorado, donde hay restos de época romana. En este proyecto participan investigadores de la UHU que «están desarrollando una importante labor de investigación, ya que esta es de las pocas minas que posee restos de tal relevancia y para su puesta en valor trabaja con un equipo propio de arqueólogos», destaca De la Rosa. Por su parte, la rectora ha valorado el trabajo que se realiza desde el grupo de arqueólogos y la importancia de los restos.

Atalaya Mining y la Universidad de Huelva tienen ya en marcha dos convenios de investigación, uno de Arqueología y otro de Calidad del Aire con la Unidad Asociada ‘CSIC-UHU Contaminación Atmosférica. Geología y Geoquímica ambiental’, liderados por Juan Aurelio Pérez Macías y Ana M. Sánchez de la Campa, respectivamente.

La relación de participantes ha estado compuesta por Rafael Torronteras, del Grupo de Investigación ‘Respuestas y Adaptaciones Celulares frente al Estrés Ambiental’, que desarrolló su investigación sobre la planta Erica y la restauración de espacios; Eloy Castellanos y Carlos Luque, del Grupo de Investigación ‘Ecología y Medio Ambiente’, con su investigación sobre biodiversidad y ecología; Ricardo Arribas, del Grupo de Investigación Ingeniería Civil y Calidad Ambiental; Reinaldo Sainz, del Grupo de Investigación ‘Tharsis. Mineralogía, Petrología y Yacimientos Minerales’; Emilio Romero, del Máster Oficial en Ingeniería de Minas; Manuel Olías, del grupo de investigación Geoformología Ambiental y Recursos Hídricos, en representación de José Miguel Nieto; Gabriel Ruiz de Almodóvar, del máster oficial en Geología y gestión Ambiental de los recursos minerales; Ana María Sánchez de la Campa, de la Unidad Asociada CSIC-UHU Contaminación Atmosférica. Geología y Geoquímica ambiental; Juan Aurelio Pérez Macías, del grupo de investigación ‘Poder y Territorio desde la prehistoria a la Edad Media’; y Miguel Ángel Mejías, de la Agencia IDEA.

Vázquez Lazo prepara un estudio sobre la emancipación de Zalamea del señorío de Sevilla

El proceso de emancipación de Zalamea la Real del Arzobispado de Sevilla y su anexión a la Corona es uno de los acontecimientos históricos que más interés generan en esta localidad onubense, dado que fue muy significativo que fueran los propios zalameños los que compraron su libertad, después de que una bula del Papa Gregorio XIII permitiera al rey tomar algunos bienes en poder de la Iglesia.

Así sucedió en este municipio de la Cuenca Minera, que, tras diversas vicisitudes, en 1592, dejaba de llamarse Zalamea del Arzobispo para adquirir su denominación actual de Zalamea la Real, tal y como se recoge en un documento firmado por el rey Felipe II. Un acontecimiento con el que la localidad ponía fin a una etapa y se incorporaba con pleno derecho a la Edad Moderna.

Un evento trascendental para el devenir de Zalamea que ha sido estudiado en diversas ocasiones, pero del que todavía hay muchas lagunas por descubrir. Por este motivo, el historiador zalameño José Manuel Vázquez Lazo se ha propuesto desvelar todos los detalles de este proceso de emancipación a través del estudio de ese expediente de separación, así como de la Carta de Privilegios en la que el monarca otorga al pueblo una serie de derechos con respecto a la administración del mismo.

Un trabajo bastante arduo que viene desarrollando desde hace dos años y que todavía no tiene fecha de finalización prevista, aunque le gustaría tenerlo listo lo antes posible. De hecho, a este investigador le hubiera gustado tenerlo preparado el pasado año 2017, cuando se cumplía el 425 Aniversario de la emancipación, al ser una fecha idónea. Sin embargo, le fue imposible terminarlo, una prueba de la dificultad que entraña adentrarse en estas páginas, donde la letra utilizada, a veces, es algo ilegible.

Por el momento, José Manuel resalta que “me ha llamado la atención que mucho de lo que se conoce de este proceso no es del todo cierto, además de que estoy teniendo la oportunidad de sacar a la luz muchas novedades totalmente desconocidas sobre este hecho. Eso sí, todavía no me atrevo a dar ninguna conclusión definitiva, porque me queda mucha documentación por estudiar».

«No cabe duda de que estamos hablando de un proceso bastante interesante, puesto que surge en un momento de coyuntura política importante, con una crisis estatal y entre el Estado y el papado, con prerrogativas que permitían que la Corona se emancipara de la Iglesia. Lo que sí podemos decir es que lo que sucede en Zalamea fue bastante peculiar en Andalucía Occidental, porque en 1592 se emancipan tanto Zalamea como Almonaster, dado que debían hacerlo dos localizaciones juntas, de ahí que ambos municipios onubenses se llamen ‘La Real’, al pasar a pertenecer a Felipe II», concreta José Manuel.

Un estudio, como se puede comprobar, de enorme interés al tratar numerosas cuestiones de la intrahistoria local, de ahí que haya mucha expectación de ver el resultado del trabajo de este archivero e investigador. No en vano, a Vázquez Lazo le gustaría poder publicar el estudio, una vez que lo concluya, para darle difusión a las revelaciones realizadas a lo largo de estos años.

Para este historiador, «este tema es importante, dado que hablamos de historia y de patrimonio, de ahí que sea necesario recuperarlo. No podemos dejarlo atrás, para evitar perder la visión de nuestro pasado. Sólo así podemos apostar por el futuro».

Una destacada trayectoria dedicada a la investigación

José Manuel Vázquez Lazo es Licenciado en Historia por la Universidad de Huelva. Tiene en su haber varias publicaciones, destacando Zalamea Republicana (Diputación de Huelva, 2003); El Campillo. De la independencia a la democracia (Universidad de Huelva, 2007, junto a María Dolores Ferrero Blanco y Cristóbal García García); y La provincia de Huelva. Historia de sus villas y ciudades: Zalamea la Real (Diputación de Huelva, 2014). Además de todo ello, tiene varios artículos historiográficos en prensa y en revistas especializadas. Periódicamente publica artículos sobre la historia local de Zalamea la Real en su blog www.conelrabillodelojo.blogspot.com.

Ha impartido numerosas conferencias en diferentes foros. Ha sido documentalista del Departamento de Historia II de la Universidad de Huelva, en el proyecto de investigación ‘El Tribunal de Responsabilidades Políticas en Huelva (1936-1945)’, dentro del plan de Recuperación de la Memoria Histórica de la Consejería de Justicia de la Junta de Andalucía.

Su experiencia laboral ha estado siempre ligada al mundo de la Historia. Actualmente ejerce como Archivero del Archivo Municipal de Zalamea la Real.

Conchi Lillo, una riotinteña doctora en Neurociencias que trabaja como profesora titular en la Universidad de Salamanca

Tras estudiar Bachillerato y COU en el IES Cuenca Minera de Minas de Riotinto, Mª Concepción Lillo Delgado, Conchi Lillo, se marchó a Salamanca a estudiar Biología, licenciatura que finalizó en 1996. Una formación que esta riotinteña completó con el Doctorado en Neurociencias por esta misma Universidad en 2001, obteniendo el Premio Extraordinario de Doctorado. Un postgrado que le permitió llevar a cabo diversas estancias de investigación en el extranjero, como sucedió en la Universidad de Lund, en Suecia, en la Universidad de Tübingen, en Alemania y en el Kelloggs Eye Center, de Michigan, USA. Una formación muy destacada que esta científica onubense completó en Estados Unidos, en The Scripps Research Institute en La Jolla, California, donde estuvo desde 2002 hasta 2006.

A lo largo de su trayectoria, Conchi Lillo ha escrito más de 50 artículos científicos, algunos de ellos publicados en revistas de reconocido prestigio internacional, tales como Nature, Science, Neuron, PNAS, Journal of Clinical Investigation o Nature Genetics, entre otras.

Conchi Lillo, junto a su equipo

Todo ello le permitió reincorporarse al Departamento de Biología Celular y Patología de la Universidad de Salamanca en julio de 2006, gracias a un contrato Ramón y Cajal. En la actualidad, Conchi es profesora titular del área de Biología Celular en la Facultad de Biología de Salamanca, puesto que ocupa desde 2011.

Con este excelente bagaje, esta bióloga onubense acude este sábado, 27 de enero, a Minas de Riotinto a la jornada Ciencia es Femenino, un evento organizado por la Asociación Cultural ‘El Doblao’ y coordinado por fieldworkRIOTINTO en colaboración con la Diputación Provincial de Huelva. Una propuesta que nos adelanta en esta entrevista ofrecida a Tinto Noticias.

Conchi, este fin de semana vienes a la Cuenca Minera. ¿Con qué fin?

-Lo hago con mucha ilusión, porque, a pesar de que estoy implicada en muchas actividades de divulgación de la ciencia, nunca había venido a mi tierra con ese fin. La gente de la Asociación ‘El Doblao’, junto con Fieldwork Riotinto, han organizado una jornada preciosa en la que quieren acercar la ciencia a su pueblo de la mano de mujeres científicas que se criaron en él. Una jornada que han titulado Ciencia es femenino. Me parece una actividad muy interesante, porque aborda dos temas de actualidad: promover la visibilidad de la mujer en la ciencia, ya que siguen faltando mujeres en puestos de este tipo, y el acercamiento de la cultura científica al entorno rural, muy necesario hoy en día, sobre todo, para alimentar la motivación de los jóvenes y el interés por estos temas.

Universidad de Salamanca

Durante la mañana de este sábado, 27 de enero, participaré en unos talleres para escolares que tendrán lugar en el Cine Teatro ‘Juan Cobos Wilkins’ de Riotinto, junto con otras científicas riotinteñas. Mi intención es pasar un buen rato acercándoles el conocimiento que tenemos sobre la percepción visual mediante juegos con las ilusiones ópticas. Por la tarde, a partir de las 18.30 horas, estaré en el bar La Soleá, también junto a otras científicas, y en mi charla hablaré sobre neurociencias y los mitos que hay sobre el cerebro de una forma distendida, y espero, que amena. Creo que pasaremos un buen rato. Yo estoy encantada de participar y muy agradecida por la invitación.

¿En qué estás trabajando en estos momentos?

-Como profesora de la Facultad de Biología de la Universidad de Salamanca, imparto docencia de grado en las Facultades de Biología y de Farmacia y en el Máster de Trastornos de la Comunicación. Tengo mi propia línea de investigación en el Instituto de Neurociencias de Castilla y León (INCYL) y trabajo en el área de la Neurobiología de la Visión. Además, estoy adscrita al Instituto de Investigaciones Biosanitarias de Salamanca (IBSAL). Y, desde el año pasado, soy directora del Servicio de Microscopía de Nucleus.

En el Laboratorio, estamos investigando los mecanismos celulares y moleculares involucrados en algunos trastornos degenerativos del sistema visual, como las cegueras, y también hacemos estudios en el resto del sistema nervioso central.

El dedicarte a este tipo de proyectos es el sueño de muchos investigadores. ¿Cómo te han ido surgiendo estas oportunidades?

-Si pienso en cómo he llegado hasta donde estoy ahora, me doy cuenta de que nada ha surgido de forma espontánea. Todo lo que he ido alcanzando a lo largo de estos años se debe a mucho esfuerzo, mucho trabajo, tanto a la hora de mi formación en la Universidad, como en la obtención del Doctorado en Salamanca y mi trabajo en Estados Unidos, en el que no dejé de aprender. Gracias a los resultados que obtuve tras cuatro años de trabajo en Estados Unidos, pude regresar a España con un contrato Ramón y Cajal y, tras cinco años de mucho trabajo, pude opositar para una plaza de Profesora Titular de Universidad. La investigación, además, siempre me atrajo, desde que estaba en el instituto. Y he tenido la inmensa suerte de poder dedicarme a lo que me gusta, tanto la docencia como la investigación, después de mucho esfuerzo. Lo que estamos desarrollando en la actualidad en el laboratorio, junto con mi grupo de investigación, me satisface mucho.

¿Tienes algún proyecto de cara al futuro?

-De momento, poder seguir investigando en lo que me gusta y me apasiona. Hoy en día, no es fácil, ya que la financiación pública de la investigación básica, que es a la que me dedico, es bastante escasa. El día a día en un laboratorio es bonito e ilusionante, pero se hace muy duro por la escasez de fondos para llevarlo adelante. En el futuro próximo, espero poder seguir dedicándome a la investigación, que tanto me llena.

¿Algo que te gustaría conseguir?

-Me gustaría poder aportar con nuestras investigaciones algo de luz y esperanza a las personas afectadas por ceguera. También me gustaría que mis alumnos de la Universidad de Salamanca consigan alcanzar las metas que se propusieron cuando entraron en la Universidad y que me recuerden como una buena docente que les ayudó a ello. Eso me encantaría.

A nivel personal, ¿se echa mucho de menos Huelva?

-Se echa de menos a la gente, por supuesto. Pero tengo la suerte de tener mucha familia en Riotinto, aunque ahora mismo ya falten personas muy importantes en mi vida. Volver cuando tengo vacaciones y visitar a mi familia me hace regresar a casa con una sonrisa. Y, siempre que lo hago, intento disfrutar al máximo de mi tierra y los míos.

¿Qué es lo que más recuerdas de tu tierra?

-Echo de menos a mi familia, el no poder ver crecer a mi sobrina día a día y…, ¡ah! Y la buena temperatura, ya que el invierno en Salamanca es largo y muy duro.

¿Algún mensaje a los mineros para terminar?

-Mi mensaje a los mineros es que nunca dejen de luchar. Ha habido momentos muy malos que se han superado con esfuerzo. Los sigue habiendo, pero salir adelante se consigue con un trabajo conjunto y esfuerzo por parte de todos.

Por mi experiencia, y lo que veo desde fuera de la gente joven de Riotinto, puedo decir que hay mucha gente que se esfuerza día a día para sacar proyectos adelante. A los jóvenes les diría que hay que seguir formándose, aprendiendo y superándose cada día. No se consigue nada sin esfuerzo. Mucho ánimo y adelante.

El estudio inédito de Moreno Bolaños que desmiente muchos mitos del Año de los Tiros

A pesar de haber pasado ya 130 años de aquel acontecimiento, el Año de los Tiros sigue siendo una incógnita. No hay que olvidar que esta huelga ocurrida en Riotinto el 4 de febrero de 1888 supuso un antes y un después para las relaciones laborales planteadas en la Cuenca Minera de Huelva debido a su trágico final, aunque el número de muertes nunca se ha determinado con exactitud. En concreto, la huelga del Año de los Tiros comenzó el 1 de febrero y culminó el día 4 con una marcha que partió desde Zalamea con la participación de unas 12.000 personas, entre obreros, agricultores, mujeres y niños procedentes de toda la comarca.

Una protesta que, hasta ahora, se pensaba que su origen estuvo en las teleras de calcinación al aire libre –conocidas popularmente como ‘los humos’-, una forma de fundición del mineral que provocaba emanaciones sulfurosas a la atmósfera.

Sin embargo, el investigador Alfredo Moreno Bolaños ha podido realizar varias revelaciones que desmienten algunas de las ideas que, hasta ahora, se tenían sobre este episodio histórico. Y lo ha hecho a través del libro Génesis del Anarquismo en Minas de Río Tinto, una obra editada por el Ayuntamiento de Minas de Riotinto que trata sobre estos acontecimientos de 1888. Presentado el pasado año 2017 en el propio Consistorio y en el Museo de Huelva, la obra prácticamente ya ha agotado su primera edición, por lo que no se descarta que pronto vea la luz una segunda tirada.

En concreto, según explica Alfredo Moreno a Tinto Noticias, este libro realiza una gran aportación, puesto que introduce una nueva fuente hemerográfica, hasta ahora desconocida, como son los artículos escritos por el sindicalista Maximiliano Tornet en el periódico ‘El Productor’, páginas a las que el autor ha tenido acceso en PDF, dado que esta gaceta sólo se conserva en el International Institute of Social History de Amsterdam.

“Con este libro, he conseguido salir de la versión oficial que existe sobre el Año de los Tiros, sin repetir nada de lo que ya han hecho otros investigadores anteriormente, como pudieron hacer Dolores Ferrero Blanco o Rafael Moreno, en forma de novela. En este caso, aporto datos y reflexiones inéditas hasta ahora, puesto que me he basado en los artículos escritos por Maximiliano Tornet entre 1887 y 1893 en el periódico anarquista ‘El Productor”, nos aclara Moreno Bolaños.

A través de estas fuentes, este investigador riotinteño ha podido comprobar cómo la figura de Tornet sufrió un giro ideológico a lo largo de su vida, puesto que, lejos de lo que se piensa hasta ahora, este sindicalista no fue una figura fundamental a la hora de convocar a los trabajadores en la manifestación, sino que fue el defensor de los intereses de los caciques de Zalamea, especialmente interesados en que se acabaran las teleras de las minas porque afectaban a sus tierras. No en vano, sólo el 2% de los zalameños trabajaban entonces en las minas, por lo que era lógico que defendieran sus intereses agrícolas en contra de las grandes empresas mineras.

Como asegura este escritor, “Maximiliano Tornet no fue cabecilla de los trabajadores, en todo caso sólo lo fue de su departamento de la fundición, que suponía el 7% de la plantilla, además de que no era anarquista, sino que se abrazó a esta ideología a partir de escribir en el semanario ‘Libre Pensamiento’, periódico que él distribuía por la Cuenca Minera. Es más, cuando nace su hijo en Minas de Riotinto, le puso el nombre del fundador del periódico. Fue así cómo Tornet se hizo anarquista a partir de 1887. Luego, cuando salió de la cárcel en enero se une de forma descarada a los caciques de Zalamea, llevando con él, incluso, a menores de tan sólo 15 o 16 años”.

Una cuestión que para este autor confirma que el Año de los Tiros no fue, en ningún caso, una manifestación ecológica, como se ha querido demostrar en los últimos años, sino que fue una protesta instigada por los caciques zalameños. Es más, “para mí la efeméride debería conmemorarse el 10 de enero de 1880 y no el 4 de febrero de 1888, porque fue entonces cuando se produce la primera protesta contra los humos, una manifestación celebrada en Huelva, pero que no llegó a tener mucha repercusión debido a cuestiones políticas”.

Para Moreno Bolaños, los datos erróneos que han llegado hasta nuestros días se deben a la manipulación periodística que primó en aquellos días de finales del siglo XIX, puesto que “si normalmente se habla del diario ‘La Provincia’ como el portavoz de la Compañía minera de Riotinto, otros rotativos se dedicaban a dar datos falsos por ser proclives a la Liga Antihumista”.

Otro de los puntos de interés del libro ‘Génesis del anarquismo en Minas de Río Tinto. Maximiliano Tornet como paradigma y su papel en el Año de los Tiros’ es su aportación sobre el número de detenidos y fallecidos en aquel trágico episodio. Para Alfredo Moreno, las consecuencias de la represión fueron mucho más allá de la cifra de 13 fallecidos oficiales, porque “he tenido acceso a una hoja en la que se relata cómo se transportaron fallecidos desde la Plaza de la Constitución de Riotinto durante la noche del 4 de febrero, mientras que los muertos oficiales se enterraron al día siguiente, el día 5 de febrero. Es decir, que hubo muchos más muertos de los que se habla”. Datos que este investigador encontró mientras realizaba un estudio sobre los deportes británicos en la Cuenca Minera, un documento cuyo autor reconocía ser el sobrino del maquinista que, en la noche del 4 al 5 de febrero de 1888, transportó los cadáveres de los muertos no oficiales en una batea.

Unos fallecidos no oficiales, que según adelantó Moreno Bolaños, junto a Manuel Pérez López, en un artículo publicado en la revista ‘Narvae’, pudieron haber sido enterrados de forma masiva utilizando como tapadera el futuro cementerio de La Naya, que actualmente no existe. Unos hechos que ha podido comprobar gracias a un libro que le fue cedido por Julio Macías, concejal de Turismo en el Ayuntamiento de Mina de Riotinto en 2015.

Más escalofriante puede ser el hecho de que parece certificado que aquellos fallecidos en la manifestación del Año de los Tiros fueron transportados en el que llamaron ‘El tren de la muerte’, tirado por una máquina conocida como ‘La Maldita’, la número 51, que hoy se encuentra de reserva en el Tren Turístico de Riotinto. Una cuestión confirmada por el campillero Uberto Hernández Vallecillo, al que se lo contó su suegra, que vivió en primera persona aquellos acontecimientos de 1888. Un detalle que era vox populi en la Cuenca Minera.

Con todo ello, este investigador, ex trabajador de la mina ya jubilado, lo único que pretende es que “se conozca la verdad sobre lo que pasó aquel 4 de febrero de 1888. Me gusta la historia y, por eso, me he propuesto difundir lo que verdaderamente sucedió en Minas de Riotinto”. Unos hechos que Moreno Bolaños considera que también se trata de un episodio de Memoria Histórica, que, además, estuvo relacionado con las protestas a nivel mundial del 1 de mayo. En cualquier caso, asegura que “nunca ha existido una represión tan dura como sucedió durante el Año de los Tiros”.

Por este motivo, este aficionado a la historia continúa trabajando en esta línea, para poder conocer más detalles de este acontecimiento y, de hecho, tiene previsto trasladarse a Segovia para consultar los archivos militares y recabar más datos de aquellos hechos. Trabajos que espera que sean una herramienta muy útil para otros investigadores, para que continúen indagando en aquella mítica huelga del 4 de febrero de 1888.

Sobre el autor

Alfredo Moreno Bolaños nació en Naya (Minas de Riotinto) el 29 de marzo de 1957. En 1972 se trasladó al Alto de la Mesa. Tras realizar sus estudios en 1976 comenzó a trabajar en Rio Tinto Minera en el Departamento de Topografía, pasando por otros Departamentos como Planificación hasta la finalización de su período profesional en 2002.

Desde 2004 viene desarrollando una labor de investigación sobre diversos temas relacionados con Riotinto, desde los deportes británicos, pasando por el estudio de la presencia de los técnicos extranjeros en Riotinto hasta la producción minera de las minas que nos ocupan. Fruto de estas investigaciones son doce capítulos de libro, cinco artículos en revistas especializadas, la coautoría de un libro y su primer libro en solitario que será presentado en breve. Además de varios trabajos que abarcan desde la tauromaquia a aspectos concretos del desarrollo de la actividad minera que esperan pronto ser puestos blanco sobre negro. Actualmente junto a Gilberto Hernández está digitalizando e investigando en el Archivo Municipal de Minas de Riotinto aspectos concretos de la historia del pueblo.

Sobre la calidad del trabajo realizado por Alfredo Moreno da cuenta el Premio Nacional Francisco Javier Ayala en 2011 otorgado por la Sociedad Española para la Defensa del Patrimonio Geológico y Minero al mejor artículo publicado sobre esa temática. En 2012 recibió una mención honorífica de la Real Academia de la Historia por su trabajo sobre el Mineral Extraído en Riotinto entre 1725-2002 y cuenta con un artículo publicado sobre la Minería de Hierro en Riotinto en la revista científica más antigua de España y más prestigiosa sobre temas mineros el Boletín Geológico Minero de España.