El escritor nervense Joaquín Nieto triunfa con su novela de terror ‘El cambio tras el velo’

El autor, afincado en Zaragoza, no olvida sus vivencias en su Nerva natal, a pesar de vivir fuera desde los 19 años

‘El cambio tras el velo’ es una obra de terror que ha sido publicada por el nervense, afincado en Zaragoza, Joaquín Nieto Rufo, un escritor de 32 años que, aunque lleva desde joven residiendo en diferentes ciudades españolas, no se olvida de su Nerva natal, donde, según recuerda, “nací y crecí en el seno de una familia numerosa que me aporta mucho cariño y de la que estoy muy orgulloso. Siempre estuve rodeado de buenos amigos, con los que todavía mantengo contacto, a pesar de vivir fuera”, añade.

Y es que Joaquín se marchó de la Cuenca Minera a los 19 años, una marcha que se produjo por motivos laborales y que le llevó a lugares de la geografía española tan variados como Cartagena, Cádiz, Baeza, Castellón o Zaragoza, donde reside actualmente. Una actividad profesional que ha compagino con una de sus grandes pasiones: la literatura, afición que ha dado lugar a esta publicación que está teniendo un gran éxito de crítica y público.

Por este motivo, TINTO NOTICIAS -El periódico de la Cuenca Minera de Riotinto- ha querido conocer un poco mejor a este nervense a través de esta entrevista que insertamos en nuestra sección ‘Mineros por el Mundo’.

-Joaquín, ¿cómo y cuándo surge tu interés por la escritura?

-No podría afirmar con exactitud a qué edad empecé a interesarme por la lectura y la escritura, pero ambas aficiones llegaron casi de la mano, junto con la frase «Quién tiene un libro tiene un tesoro», frase que he aprendido de mi padre, y que siempre tengo presente a la hora de escribir para intentar que el lector encuentre ese tesoro en mis relatos. Desde muy pequeño disfrutaba con algunos de los libros que mi padre me dejaba leer, de los muchos que obraban en su poder. Siempre preguntándome cuál sería el siguiente que me recomendaría, y deseando que fuese uno de esos «de miedo» que tantas veces había visto en las estanterías de su despacho, o bien sujetos entre sus manos mientras yo intentaba imaginarme en qué clase de misterios se hallaba inmerso. Tengo muy claro que crecer en un hogar rodeado de libros ha sido un factor determinante para empujarme a plasmar mis historias en papel.

-Ahora presentas el libro titulado ‘El cambio tras el velo’. ¿Qué destacarías del mismo?

-Cuando comencé a escribir El cambio tras el velo quería hacer una novela que, a pesar de tratar el tema del terror y el misterio, se centrase también en las relaciones interpersonales de los protagonistas. No es fácil encontrar el equilibrio y no traspasar la línea que convierte un relato que pretende abordar esos géneros, en uno de otro género totalmente distinto. Dicho esto, hay un componente de romanticismo muy importante en esta historia que puede hacer que el libro abarque un campo más amplio de lectores. En mi opinión, este componente romántico introducido de forma comedida es lo que genera que el lector haga suyos a los personajes, se emocione, sienta miedo, intriga, y, en definitiva, mantenga el interés por conocer el desenlace. Es difícil destacar una sola cosa de un relato creado por uno mismo, pero si tuviese que destacar algo, sería la historia de amor y amistad que hay tras el velo del género principal de la obra.

-¿Por qué este título?

– Es un título que guarda relación directa con la cadena de sucesos que desarrollan la historia principal. No puedo decir mucho más ya que estaría revelando la trama, pero si diré que cuando realmente cobra vida es en el desenlace.

-¿Es tu primera obra?

-No es la primera que escribo, de hecho, cuando estudiaba en Nerva participé en algunos concursos de escritura en el IES Vázquez Díaz, e incluso recibí algunos premios de mis profesores, que aún guardo con mucho cariño.

-¿En qué te has basado?

-Para crear esta historia no he tenido ningún referente en concreto. Vivimos en un mundo donde la información está por todos lados y siempre hay alguna cosa que te influye, pero todas las ideas han salido de mi cabeza y de alguna que otra experiencia personal. Creo que el hecho de introducir experiencias propias lo hace más realista (dentro de lo realista que puede ser una novela de ficción). La historia tiene segunda y tercera parte, aunque la trama de El cambio tras el velo tiene principio y final. El libro define un concepto de vida y muerte distinto al que conocemos, algo que trasciende más allá de las leyes físicas que damos por buenas. Y hasta aquí puedo contar. Todo el que quiera desvelar el misterio puede adquirirlo a través de plataforma de Amazon.

-¿Cuánto tiempo te ha llevado escribirlo?

-La idea principal nace en el año 2011, pero, en realidad, es en 2016 cuando comienzo a escribir la historia. Desde que surgió la idea he estado realizando anotaciones de todo lo que se me iba ocurriendo, sin llegar a enlazar más de dos o tres páginas. El motivo de la tardanza se debe a que no había encontrado la estabilidad que se requiere para mimar una historia. He preferido esperar para poder dedicarle el tiempo que necesita la creación de un nuevo libro, y mi situación actual me lo permite.

-¿Qué acogida está teniendo?

-Mejor de la que esperaba. Si bien es cierto que, de momento, la mayoría de lectores son amigos y familiares, las críticas son muy buenas, y puedo comprobar que el elemento de romanticismo mencionado anteriormente funciona. Me vienen personas que no son lectores habituales a decir que El cambio tras el velo le ha enganchado y no han podido soltarlo hasta terminar, también gente que me comenta que, a pesar de no ser lectores de terror y misterio, se han introducido en la historia desde la primera página… Todas esas buenas críticas provienen de personas cercanas a mí, y también de desconocidos que se han topado con mi libro. Es algo que me anima a seguir escribiendo.

-¿Dónde lo has presentado?

-La versión en papel se publicó a finales de julio y próximamente saldrá la versión digital, por lo que he decidido esperar a que esté en todos los formatos antes de presentarlo, además, creo que agosto no suele ser un buen mes para presentaciones.

-¿Algún proyecto de futuro?

-La verdad es que sí. Ya he comenzado a escribir la segunda parte y ya están sentados los pilares de la tercera. Conozco el principio y el final de esta historia, pero aún no se todo el camino que tendrán que recorrer los personajes. Espero poder contar muy pronto lo que ocurre en el segundo libro. Cada vez son más los lectores que quieren conocer la nueva trama.

-¿Qué significa para ti la Cuenca Minera?

-Ver atardeceres de un sol que ilumina grandes montañas teñidas de rojo, jugar en las calles de mi pueblo, cierta nostalgia y añoranza, mi familia, mis amigos… Me alegro cuando alguna persona se entera de que soy de allí, y me dice sorprendido y con entusiasmo: Por allí hay un río que tiene el agua de color rojo, ¿no? O cuando llevo visitas a mi pueblo y le enseño los alrededores: Peña de Hierro, la Corta Atalaya… Son detalles que me hacen recordar la magia de la tierra donde nací, a pesar de llevar ya muchos años fuera de ella.

-Para terminar: un mensaje a los mineros.

-Teniendo familiares y amigos que trabajan en la minería, conozco un poco del duro trabajo que realizan. No es grato para nadie meterse con un camión a bastantes metros bajo tierra, por ejemplo. Por eso, si tuviera que transmitir un mensaje, sería: Gracias, gracias por seguir haciendo que nuestra cuenca sea minera. Quizá en El cambio tras el velo algunos puedan encontrar una vía de escape, un universo en el que evadirse de la dureza de su trabajo.

La riotinteña Marta Martín, alma mater de la pionera asociación profesional de mujeres ‘Woments’

Trabajadora social especializada en cuestiones como el Mindfulness, ha desarrollado una intensa vida profesional y recientemente ha publicado el libro ‘Click’ e impulsado esta red, una iniciativa que está teniendo una gran acogida

Marta Martín Gómez es una trabajadora social natural de Minas de Riotinto que, desde el año 2000, realiza su labor profesional por cuenta ajena, trabajando en diversas asociaciones en áreas muy diversas, desde la gestión de proyectos sociales públicos y privados a la atención e intervención a niños, sin olvidar el ámbito de la atención a personas con diversidad funcional.

Una labor para la que cuenta con una amplia formación académica, puesto que, tras acabar el Grado de Trabajo Social, ha realizado otros estudios, como un Máster en Economía Social y Desarrollo Territorial; Máster en Responsabilidad Social Corporativa; Experta Universitaria en Coaching para el Desarrollo Personal y Organizacional; y cursos como Intérprete de Lengua de Signos, Gestión Emocional asistida con caballos o Mindfulness, entre otros.

En el año 2011, Marta inició una nueva etapa en su vida profesional, al iniciar su trabajo como freelance, ofreciendo sus servicios de manera privada, especializándose en Mindfulness y habilidades personales en diferentes ámbitos. En la actualidad, esta riotinteña canaliza su trabajo para EisMethods, Investigación social aplicada, realizando trabajo social privado, Mindfulness y planes de igualdad, además de desarrollar su faceta como formadora/facilitadora en entidades, tanto públicas como privadas.

Junto a todo ello, el pasado año 2018, Marta decidió impulsar la Primera Red Profesional de Mujeres bajo la denominación ‘Woments’, una iniciativa que ha creado junto a otras dos mujeres onubenses, la diseñadora y planificadora de eventos Covadonga Foncueva y la periodista y antropóloga Mari Ángeles Gómez. Esta propuesta ha surgido en la provincia de Huelva con una gran respuesta, al ser una idea pionera que realiza una interesante aportación a la igualdad real entre hombres y mujeres.

Se trata, según nos apunta, de “una iniciativa que tenía muchas ganas de realizar. Es toda una apuesta por visibilizar el talento femenino. Y, como todo pasa en el momento más adecuado, así es como nace Woments, Red profesional de mujeres. Un espacio vivo para mujeres que pretende visibilizar el talento femenino. Es una iniciativa que comparto con mis dos compañeras de equipo: Covadonga Foncueva, diseñadora de eventos corporativos en @bodasweddingone y Mariángeles Gómez, asesorando la maternidad y paternidad consciente en @ecomami. Juntas hemos diseñado un espacio vivo de mujeres en el que crecer en lo personal y lo profesional y en el que las sinergias profesionales son el punto de encuentro. En cada uno de los eventos tenemos una formación de actualidad centrada en marca, liderazgo y estrategia profesional, un entorno que activa la inspiración y encuentros en los que conocer cada área de trabajo de los participantes”.

La asistencia a estos encuentros es por inscripción y los proyectos que desarrollan giran en torno al valor y a la confianza que depositan en las personas que ya conforman la Red Woments, con sus embajadoras y las nuevas incorporaciones. En la actualidad, trabajan en desayunos Woments con ponentes de referencia y temas de actualidad profesional, así como en paneles de experiencias. Por todo ello, considera que “está siendo un espacio muy bien acogido, muy cuidado por nuestra parte y muy necesario, según estamos comprobando, pero, sobre todo, un espacio muy inspirador”.

A nivel personal, como riotinteña, para Marta, haber nacido y crecido en un pueblo como Riotinto es un privilegio. De su etapa de su niñez, esta minera nos escribe: “De madre y padre riotinteños, Amalia y Manuel, la niña del que hacía las puertas en esa nave grande al lado del colegio, que parece un inglés. El que trabajaba en ‘lavadoras’ que le decían ‘el coca cola’. Y es que en los pueblos nunca dejaré de ser aquella niña, o al menos su recuerdo, el inicio. No hay mejor lugar para crecer que en un pueblo como Riotinto rodeado de naturaleza, gente sencilla y la historia del color de su tierra abierta por cada punto que pasas. Las sensaciones de crecer en familia, vecindad, amigos, libertad, aire puro, olor a tierra y a barreno, comida casera, el olor a cocina de mi abuela que inundaba la calle, juego libre, el color del cielo, el contraste de los espacios, el olor de las estaciones… han marcado mi vida de una manera muy especial abriéndome al aprendizaje, la creatividad y la constancia como valores esenciales”.

Tras esta etapa de niñez y juventud feliz en su localidad natal, Marta se marchó de Riotinto a punto de cumplir los 18 años para estudiar Trabajo Social. Una carrera que, según nos cuenta, eligió porque “los valores que me acercan al conocimiento de las personas en contextos personales y sociales hicieron que mi vocación fuera por lo social y así inicié mis estudios de Trabajo social. Siempre inquieta por aprender y conocer la realidad social estudié y trabajé como monitora con niños y aprendí Lengua de Signos como un regalo de la vida. Fueron mis primeras experiencias de trabajo antes de terminar la carrera. Una vez terminada la carrera pasé años trabajando para diferentes asociaciones en atención a familias, atención directa, diseño y gestión de subvenciones y coordinación de jornadas”.

Como decimos, un punto de inflexión en su carrera se produjo tras nacer sus dos hijas, cuando comprueba que “el valor del tiempo es otro y, sobre todo, que algo no estaba funcionando a través de tanta burocracia laboral. Fue cuando entendí que la necesidad de las personas pasa por el Trabajo Social como profesional cercano y privado. Y así fue como me inicié siendo artesana social. El trabajo social privado es poco conocido y hay muchos tópicos acerca de lo que pueda hacer o no un trabajador social. Ahí está la artesanía. Los trabajadores sociales somos conocedores de la realidad social y del necesario cambio social. Para ello, somos agentes de cambio. En mi caso, me especialicé en dos áreas: Formación para el desarrollo de habilidades personales y profesionales: inteligencia emocional, Mindfulness y habilidades sociales. Y Responsabilidad social corporativa: como miembro de un equipo interdisciplinar en el que acompañamos a empresas para mejorar su engagement, su RSC y medimos el impacto social y económico de su actividad. Y así es como en 2011 inicié Evoluziona Social y mi camino como trabajadora social en ejercicio libre”.

Siendo así, nos cuenta que, “en la actualidad, centro gran parte de mi energía laboral en los programas de Mindfulness en los que llevo trabajando 4 años atendiendo a niños, adolescentes, familias y docentes. Creé el Programa de Mindfulness para niños de Héroes con Talento y cada vez se desarrolla mejor. Mindfulness o atención plena (traducción al español)”.

Pero, ¿qué es el mindfulness? Martín nos explica que, según define Vicente Simón (2006), es ‘una capacidad humana universal y básica, que consiste en la posibilidad de ser conscientes de los contenidos de la mente momento a momento’. Porque, “en muchas ocasiones vivimos lo cotidiano con inmediatez, rehenes de una prisa que parece haberse instalado en nuestras vidas como valor en alza, mientras ‘vivimos’ irremediablemente 24 horas, cada día. ¿cómo las vives? . No podemos detener los cambios, son la única constante. Pero vivir en un continuo estado de estrés puede ser el inicio de hábitos poco saludables y transformarse en estados que hacen la salud se vuelva frágil. Este estado de estrés, de continua tensión emocional y física sucede en todas las etapas de la vida, desde los niños a los adultos. Aprender a desarrollar la atención plena potenciará tu calma física y mental, y a regular las emociones”, nos cuenta.

Fruto de este trabajo nació su libro ‘Click’, un álbum ilustrado por Adrié Tejero y editado este año 2019 por Pábilo, que es una herramienta psicoeducativa que pretende introducir al niño, adolescente y al adulto en uno de los viajes más impresionantes que solemos hacer de manera casi inevitable, el de descubrirnos a nosotros mismos para aprendernos, con la práctica de Mindfulness. Tiene un uso individual, familiar y colectivo dentro de los colegios.

En la I Presentación de Click. Feria del Libro Huelva Mayo 2019, Junto al dr. Juan José Mancheño Barba, coordinador del Área de Salud Mental de Huelva, y Juanma Alarcón, director del centro de formación Adealar.

Andrés A. Pérez, un enfermero nervense en Asturias que no olvida su tierra

Afincado en Gijón desde el año 2002, este amante de su profesión trabaja en el Servicio de Quirófano del Hospital Vital Álvarez Buylla, de la localidad de Mieres

Esta semana, en ‘Mineros por el mundo’ nos trasladamos hasta Gijón (Asturias) para conocer a Andrés Ángel Pérez Ferrera, un minero de 49 años que nos cuenta su trayectoria y sus recuerdos de la Cuenca Minera.

Natural de Nerva, aunque nacido en el Hospital de Minas de Riotinto en el verano de 1.969, Andrés es el menor de tres hermanos. Su padre, llamado Pedro, era oficial de 1ª calderero y se encargaba, fundamentalmente, del mantenimiento y arreglo de las máquinas de vapor de la mina, mientras que su madre Virtudes, además del enorme esfuerzo que significa ser ama de casa, atendía un comercio de artículos de regalo y electrodomésticos heredado de sus abuelos.

Con su familia y con Nerva como escenario, su infancia transcurrió feliz y divertida en el pueblo, aunque los veranos los solía pasar en Palma de Mallorca con sus padrinos. Una etapa maravillosa, de la que recuerda que “entonces creció en mí una enorme pasión por la práctica por la pesca, la cual continua en la actualidad, inculcada por mi padre”.

Unos años de los que también guarda muy buenos recuerdos -y ahora amistad- con su profesor del colegio, Don Antonio. Y es que este nervense pertenece a la generación de españoles que fueron a la EGB, donde tuvo la suerte de hacer amigos de toda la vida, que aún conserva.

Tras el colegio, estudió BUP y COU en el IES Vázquez Díaz y, posteriormente, obtuvo el título de Técnico de Laboratorio de Análisis Clínicos “en la Profe, que es como se conoce o conocía de forma coloquial al Centro de Formación Profesional de Río Tinto. Durante este tiempo practiqué el baloncesto en el equipo C. B. Nerva, que llegamos a ser campeones de Huelva en varias ocasiones y pasamos de la Liga Provincial a Liga Regional en 1ª Andaluza «qué buenos recuerdos…», asegura.

Una vez finalizado el instituto, este nervense se marchó a Sevilla para hacer la Diplomatura de Enfermería en el Hospital Universitario Virgen de Macarena entre 1990 y 1993. Justo en julio de ese mismo año comenzó a desarrollar su profesión, para que, tras un largo periplo de contratos, preparó y aprobó una plaza dentro de la Oferta de Empleo Público del SAS en el año 2002.

De sus años universitarios recuerda cómo se fue a Sevilla, donde compartió piso “junto a unos amigos de Nerva, gracias al esfuerzo económico que hicieron mis padres. Esta etapa supuso un gran cambio en mi vida y una experiencia inolvidable. Era el ‘Erasmus’ de nuestra época y suponía salir de casa a la gran ciudad y sin la cobertura paterna ni materna, con todo lo que ello supone de responsabilidad en los estudios, aprender a desenvolverte domestica y económicamente, además de pasarlo de «p.m.».

En la actualidad, desde septiembre del año 2000, Andrés reside en Gijón (Asturias), donde su vida transcurre de forma normal, con su tiempo dedicado a la familia, el trabajo y todo lo que ofrece esa tierra para disfrutar de la vida.

En concreto, trabaja en el Servicio de Quirófano del Hospital Vital Álvarez Buylla, situado en la localidad de Mieres. “Mi profesión es «muy vocacional» y para mí ser enfermero es un privilegio. Me considero un afortunado por la labor que realizo. Trabajo en el Servicio de Quirófano, pero a lo largo de mi escasa vida profesional, sólo 25 años, he pasado por varios servicios. De todos ellos he aprendido y adquirido experiencia tanto en lo profesional como en lo personal”, nos explica.

Tanto es así que considera que “me encuentro en uno de los mejores momentos de mi vida laboral, haciendo y trabajando en el servicio que quiero y me gusta. No todo el mundo puede decir lo mismo. Aprendiendo todos los días algo nuevo y con ganas de afrontar la jornada, pese a la enorme responsabilidad que conlleva un servicio tan especial como es un quirófano, donde el paciente «se pone en nuestras manos» y a la presión asistencial del sistema. A pesar de ello, no le cierro la puerta a nada. A punto de cumplir los 50 años aún conservo, y espero que, por mucho tiempo, las ganas de aprender y probar cosas nuevas: UCI, Urgencias… En lo personal he formado una familia con una mujer maravillosa, motivo de mi traslado a esta tierra, con una hija a la cual adoro. Y, sobre planes de futuro la vida y el tiempo dirá. Mis principales sueños se están cumpliendo”.

Por todo ello, su balance de su experiencia en tierras asturianas es muy positiva, enriquecedora y satisfactoria al 100%, “con sus momentos duros y traumáticos, que los tiene y muchos, pero que, sin lugar a dudas, se compensan con la satisfacción de saber que has ayudado a la curación y recuperación a un paciente, así como al apoyo emocional que necesitan estos y su familia”.

A pesar de ello, Pérez Ferrera no se olvida de Huelva, puesto que “es un recuerdo que tengo muy presente y que llevo con mucho orgullo”. Para él, la Cuenca Minera “supone todo. Mis raíces, cultura, educación, recuerdos, una forma de ver y concebir la vida. El lugar donde siempre quiero volver”. Por ello, suele venir varias veces al año, como en Navidad, Semana Santa, en verano, en junio con motivo del cumpleaños de su madre y en algún puente en otoño.

En concreto, lo que más echa de menos es a su familia y amigos. “Para mí es lo que más me cuesta, no poder verlos todos los días. También la «luz» y el cielo azul. Asturias es una tierra preciosa, llena de contrastes, una postal en muchos sentidos, pero no posee esa luz del cielo andaluz. Y, naturalmente, esos contrastes de colores que tenemos en la Cuenca Minera, que son únicos, los pinares que nos rodean… Y sentarme plácidamente en un pantano a pescar”, nos dice.

Por todo ello, para despedirse, sus palabras en la entrevista se dirigen a “mi familia, que siempre la tengo presente. Y a mis amigos: «Tomamos una cervecita» ¡¡¡VIVA NERVA!!!

Paco Gomera, un maestro inolvidable de Minas de Riotinto

Nombrado recientemente Hijo Adoptivo de la localidad, este docente que forma parte de la historia de la Cuenca Minera preside la Asociación Cultural ‘La Tribu Educa’, entidad reconocida con el Mérito a la Educación y el Premio Nacional Bartolomé Cossío

Aunque se llama Francisco Antonio Gomera (Beas de Segura, Jaén, 13 de mayo de 1945), todo el mundo lo conoce como ‘Pacogomera’, nombre con el que él se siente identificado, tal y como nos explica a Tinto Noticias: “Aunque se han dirigido a mí de muchas maneras, más o menos formales, en los distintos desempeños de mi vida, la fórmula con la que me identifico más es la de Pacogomera. Es con la que me vuelvo instintivamente si alguien me habla o interpela. Deduzco, pues, que ese debe ser mi nombre, el que me define”.

Un ‘minero’ de adopción y corazón después de haber residido en Minas de Riotinto durante treinta años, tras los cuales, en 1994 se marchó con su familia a Córdoba, donde reside en la actualidad.

Su historia se inicia en su localidad natal, en la provincia de Jaén, donde pudo estudiar, a pesar de las dificultades de la época, gracias a una beca para ingresar en la SAFA de Úbeda, a través de la cual, tras nueve años de internado, terminó Magisterio. Una carrera que le dio la posibilidad de venir a Huelva, puesto que, tal y como recuerda, “con veinte años recién cumplidos, me fui a la SAFA de Riotinto, donde impartí docencia en Educación Primaria y en Enseñanza Profesional (hace unos años en un encuentro con antiguos alumnos comprobé sorprendido que nuestra diferencia de edad era de tan solo ¡cuatro años!)”.

A nivel personal, tras acabar la mili –recuerda la despedida que le hizo La Tuna, con Martín Moreno al frente, en la Plaza de El Minero- y aprobar las oposiciones, se casó con Julia, también maestra de profesión, con la que ha tenido cuatro hijos, que siguen manteniendo vínculos con su pueblo, con Minas de Riotinto.

De aquel tiempo recuerda cómo “los años finales de la dictadura franquista, impulsados indirectamente por la Ley General de Educación (Ley Villar Palasí) y directamente por los movimientos socio-laborales de características diversas que afectaban a todos los sectores productivos de España, generaron dinámicas innovadoras en distintos ámbitos y colectivos. En la Cuenca Minera, extinguidas la relaciones contractuales con la compañía minera, desafortunadamente finiquitada la experiencia que durante tres años se llevó a cabo en Formación Profesional, en el colegio público denominado entonces ‘Francisco Franco’, llevamos a cabo durante bastantes años, con preclaros compañeros –bastantes desgraciadamente desaparecidos-, un proyecto educativo de gran envergadura, ya que fue objeto de estudio en las Escuelas de Magisterio de entonces, con visitas periódicas de su alumnado a nuestras aulas, de programas específicos de televisión y de medios nacionales de comunicación y motivo de ponencias en diferentes foros y escuelas de verano en todo el territorio nacional”.

De forma paralela a su actividad docente, Paco terminó en ese tiempo los estudios de Graduado Social y la Licenciatura de Filosofía y Letras, en la especialidad de Geografía e Historia.

Además, consciente de que situación política y social del país en aquellos momentos invitaba al compromiso y a la implicación personal, “consentí a participar en las primeras elecciones democráticas de nuestro país, pese a estar involucrado en diferentes proyectos innovadores relacionados con la educación y la actividad profesional de los profesores, a las exigencias de los estudios universitarios y a pertenecer a una familia numerosa. Esta decisión no comportaba ningún mérito personal, puesto que eran muchos quienes, de una manera u otra, estaban comprometidos en contribuir y colaborar en la mejora de la vida de los recién estrenados ciudadanos de la Cuenca Minera”, nos explica.

Otro momento clave en su vida se produjo en el año 1983, cuando accedió a la Inspección Educativa de Huelva. Desde entonces, y hasta el 1994, viviendo en Riotinto, mantuvo una intensa actividad educativa en los centros y programas de Educación Compensatoria de la provincia y en la denominada Escuela Rural (ADERSAs y ADERANes). Luego, en el año 2000, ya en Córdoba, detentó la Jefatura de Inspección de Educación hasta su jubilación en el 2010.

Un año después, en 2011, comenzó a encargarse como presidente de la Asociación Cultural ‘La Tribu Educa’, conformada por jubilados docentes de todos los niveles educativos, cargo que mantiene hoy en día.

Vivencias a las que Gomera añade, dejando a un lado los detalles que tuvieron todas estas etapas, lo narrado por F. Antonio Sánchez Uceda en su libro El Camino de Santiago Francés. Etapas, historias y otras zarandajas, que puede leerse en la librería de Riotinto.

Una experiencia que le ha valido para ser reconocido con la Medalla de Hijo Adoptivo de Minas de Riotinto, todo un honor del que nos habla en esta entrevista.

-¿Cómo se sintió al ser elegido Hijo Adoptivo de Minas de Riotinto?

-Para ser sincero, he decir que, hasta este momento, no tengo un conocimiento formal y explícito de este honor. Sé, porque lo he leído en Tinto Noticias y algún amigo que me la ha comentado, que se aprobó en el pleno del pasado 3 de mayo, conjuntamente con el entrañable y reconocido profesional Jesús ‘El practicante’, pero ignoro si aún resta algún otro procedimiento. En el supuesto que esta propuesta/nombramiento llegara a buen puerto, te comento que después de la sorpresa inicial –yo no sabía nada al respecto ni que había un grupo de personas interesadas en ello-me sentí absolutamente abrumado y con la emoción contenida de un parto. Te explico. Uno no elige ni a sus padres, ni a sus hermanos, ni el país o lugar de nacimiento. De modo que el nacimiento es azaroso y alguien podría decir que ha tenido suerte de nacer en un determinado lugar o de pertenecer a una familia ejemplar. O, al contrario. Sin embargo, hay ciudadanos, entre los que me encuentro, que, sin renunciar a la ocasionalidad de nuestra nacencia, somos partidarios del dicho “No se es de donde se nace, sino de donde se hace”. Es mi caso. Mis sentimientos más profundos –diría que los de toda mi familia-, mi vida personal, profesional y ciudadana, se han moldeado en Riotinto.

Así lo he dicho en muchos lugares del territorio nacional y lo sigo diciendo siempre que tengo ocasión, sin esperar ninguna recompensa por ello. Soy quien soy gracias a Riotinto, y por extensión a la Cuenca Minera. Ciertamente me ha moldeado la fuerza telúrica de sus gentes, la pasión lejana, sufrida y esperanzada de su historia, lo asombroso de su paisaje y la singularidad de su vida ciudadana. Por todo ello, y por más cosas que escapan al contenido de esta entrevista, estoy enormemente agradecido por lo mucho que me ha proporcionado esta hermosa tierra. Si además de ello resulta que el pueblo de Riotinto me acoge y quiere que sea su hijo adoptivo, la emoción me embarga hasta lo más profundo de mi ser y solo me surgen palabras de agradecimiento para quienes tuvieron esta generosa iniciativa y por las autoridades municipales que la formalizaron.

-Siempre ha sido una persona amante de la cultura y las tradiciones de la Cuenca Minera. ¿Cuál es su balance de su experiencia en este tiempo?

-Siempre lo fue, pero ahora, quizás, sea más evidente: el futuro de nuestros hijos y de nuestros nietos se fundamenta en la ciencia, la cultura, la educación y en el respeto a los derechos civiles en el marco de una igualdad de oportunidades. Dicho esto, la relación de cultura y tradición es compleja. ¿Todas las tradiciones deben considerarse como eventos culturales con proyección de futuro en el mundo contemporáneo? ¿La cultura implica conocimiento? ¿Y una ética? ¿Cómo discriminar lo cultural de lo que no lo es? ¿Los intelectuales, los científicos, los políticos y los grandes actores sociales contribuyen a la consolidación y extensión de hitos culturales básicos y humanistas?

Son muchos los elementos que se deberían considerar para responder con cierto detalle y contundencia a este controvertido tema del que sí se puede afirmar que, por primera vez en la historia de la humanidad, la evolución cultural ha superado a la biológica. Sin embargo, por mi experiencia, y en un plano menos trascendente, cultura es aquello que crea el pueblo –de forma individual o colectiva, las personas en su conjunto lo reconocen como propio y asisten y participan como espectadores de distintas modos y actitudes. En consecuencia, el sentimiento de pertenencia y la participación, sea activa o pasiva, son elementos que podrían definirse, entre otros, como esenciales para lo que podríamos definir como cultura popular.

Cuando concurren al mismo tiempo estas características, aunque sea en distinto grado, podemos afirmar que existen raíces y formatos culturales propios. En este sentido, Riotinto y la Cuenca Minera mantienen vivas tradiciones culturales de gran calado y aceptación. No en todos los lugares es así, desgraciadamente.

-¿Por qué eligió la carrera de maestro?

-A lo mejor, fue la carrera/profesión de maestro quien me eligió a mí, porque, como los pueri oblati, con once años y una beca me incorporé a Preparatoria y luego a Primero, Segundo… hasta Octavo de Magisterio en el internado de la SAFA (Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia), de Úbeda (Jaén). En la época de la dictadura, la mayoría de los hijos de familias trabajadoras y de pueblo no podían elegir. Y menos estudiar una carrera. Yo tuve suerte –a diferencia de otros compañeros de la infancia- y pude aprovechar esa oportunidad gracias, en buena medida, a los excelentes profesores que tuve.

-Ha sido educador de varias generaciones de riotinteños. ¿Cómo se siente por este hecho?

-Cuando me encuentro con alguno de aquellos chicos, -y algunas chicas, pero menos-, y jóvenes de entonces, y miro sus caras sonrientes mientras me cuentan cosas de sus vidas…, pienso que la profesión de educador es maravillosa. Ciertamente he tenido muchos alumnos de Riotinto y de la Cuenca Minera, pero cuando intuyo o escucho que he podido ser algo útil en sus vidas, pienso que mi existencia y mi actividad profesional pueden haber tenido algún sentido. Seguramente no acerté con todos ni en todas las ocasiones y circunstancias. Si tuviera la oportunidad de saberlo, me encantaría excusarme, incluso pedir perdón, en su caso, y manifestar que, aunque errara, no lo hice con intención. Probablemente, mi inexperiencia o desconocimiento me llevaron a ello. Ignoro si entre ese conjunto de alumnos y alumnas he tenido algún discípulo porque, aunque me gustaría, solo los maestros los tienen.

-En otro ámbito, también fuiste concejal del PC.

-Sí, fui en tercer lugar como independiente en una lista compuesta de honestos y excelentes compañeros liderados por el malogrado Manolo Peregrina Gómez. Hablar de ‘Peregrina’ es hacerlo de un Hijo Predilecto de Riotinto. Me remito al documento justificativo de su dinámica municipal donde se recogen muchas de las acciones, iniciativas y actividades que se llevaron a cabo de forma altruista por el conjunto de toda la Corporación Municipal. En cuanto a mí respecta, durante cuatro años, tuve el honor de detentar la Concejalía de Cultura y Educación. Mi paso por el Ayuntamiento de Riotinto me permitió relacionarme y conocer desde otra perspectiva a colectivos y personas de prismática figura y de variado carácter cultural y educativo. Aprendí muchísimo, de tal manera que considero este periodo como una segunda universidad. Seguramente la mejor.

-¿Qué está haciendo en la actualidad?

-Lo más importante: vivir mi tercera vida. Como estoy en su adolescencia, además de disfrutar de la familia, de caminar, de impartir algunas charlas o conferencias, de dedicarle un tiempo a la escritura, -tengo un libro bastante avanzado, donde precisamente Riotinto ocupa un papel relevante-, soy el presidente de la Asociación Cultural ‘La Tribu Educa’ (latribueduca.es), conformada por más de un centenar de socios. El propósito fundamental de esta asociación, además de favorecer el bienestar de los asociados y contribuir con acciones diversas a la dinámica cultural de la comunidad, consiste en colaborar en la formación integral de los escolares desde nuestra situación de jubilados docentes. Como no hay innovación sin entusiasmo, y como los objetivos fundamentales de la asociación trascienden a lo que se espera habitualmente de los seniors, quizás, por ello, la Junta de Andalucía nos ha concedido el Mérito a la Educación y la SEPHE el Premio Nacional Bartolomé Cossío.

-Volviendo a la Cuenca Minera, ¿qué supone para usted Minas de Riotinto?

-Diría que es el lugar donde me reconozco.

-Para terminar, un mensaje a los riotinteños.

-¿Un mensaje? Me resulta un poco pretencioso decirle al milenario Riotinto algo sobresaliente. Sin embargo, me gustaría reflexionar, aprovechando la ocasión que me propone y sin ninguna intención directiva o magisterial, sobre una cuestión que considero fundamental y que tiene que ver con la incertidumbre que a veces impera en la Cuenca Minera. Viktor Frankl, el afamado neurólogo y psiquiatra austriaco, fundador de la logoterapia, define la desesperanza como el sufrimiento sin sentido. Para revertir esta situación y convertir la esperanza activa en el instrumento más poderoso conocido, el factor determinante es el sentido, el propósito. De tal manera que el grado de desesperanza que puede sentir un sujeto -o una colectividad- dependerá directamente del significado que se le otorguen a las dificultades o penalidades. Sin embargo, conviene resaltar que la actitud para definir un propósito es un acto de libertad individual -o colectiva- que no tiene límites ni está condicionada por ninguna situación por extraña o insoportable que pudiera parecer. Por todo ello, armado de la fuerza educativa y cultural de sus ciudadanos, consciente de sus posibilidades y carencias, pero con el firme propósito no solo de sobrevivir, sino de mejorvivir, Riotinto podría (debería) encarar desde la acción un futuro que garantice a sus descendientes salud, en el sentido amplio del término, libertad, conocimiento y ética ciudadana. Que no es poco. Desde mis límites, Riotinto ha de saber que cuenta conmigo.

La riotinteña Victoria Martín, nerviosa y orgullosa de representar a la Reina Violante en Zalamea

Después de conocer a Luis Alberto Bonaño, el joven zalameño que encarna al Rey Alfonso X El Sabio en las Jornadas Musulmano Cristianas de Zalamea, hoy nos acercamos a Victoria Martín Díaz, una riotinteña de 24 años amante de las tradiciones zalameñas, como lo demuestra el hecho de que formará parte de esta actividad como Reina Violante de Aragón.

Hija de Rocío y Manuel, Victoria es la mayor de dos hermanas, siendo en Bachillerato cuando conoció a un grupo de amigos con los que disfrutó su adolescencia en la localidad vecina de Zalamea la Real y donde, según nos cuenta, “tuve el placer de conocer y disfrutar de sus costumbres y tradiciones. Obviamente, sin olvidar las mías”.

Una actividad que siempre ha compaginado con sus estudios, puesto que, tras el instituto, se marchó a Sevilla, donde reside actualmente, para convertirse en Óptica y Optometrista, una línea profesional que quiere seguir realizando mientras trabaja.

Inquietudes que nos cuenta en esta entrevista en la que nos habla de su papel en las jornadas zalameñas.

-Hablemos de las Jornadas Musulmano Cristianas. ¿Qué significan para Zalamea?

-Las jornadas, como tantas tradiciones y fiestas que tiene Zalamea, son un gran un atractivo más, tanto para el público de pueblos cercanos como para los habitantes del mismo. Se les invita a todos ellos a poder disfrutar durante unos días con familia y amigos. Estas jornadas nos permiten viajar en el tiempo y conocer como convivían diferentes culturas, acercándonos así a la historia de Zalamea mediante las actividades programadas para estos días.

-Este año tienes una gran responsabilidad como Reina. ¿En qué consiste este papel?

-En representar el paso de los Reyes en esta localidad, en mi caso de Doña Violante, que ya se ha convertido en una referente en nuestras jornadas.

-¿Qué supone para ti?

-Supone compartir momentos emotivos con mi familia y amigos y un gran honor de representar a la Reina. Además, me hace mucha ilusión poder disfrutarlo junto a mi amigo Luis Alberto, ya que compartimos los mismos gustos.

-Efectivamente, estarás acompañada de Luis Alberto. ¿Cómo te sientes?

-Muy ilusionada y agradecida, ya que creo que mejor Rey no podía acompañarme.

-¿Sueles ser una persona implicada en las tradiciones de Zalamea? ¿Qué has hecho anteriormente?

-La verdad es que me gustan todas y cada una de las tradiciones de Zalamea. Intento cada vez que puedo ayudar con la Hermandad de Penitencia, de donde soy hermana, y a la asociación de Citus Jara, que, sin ella, estas jornadas no serían posibles y a la cuál le manifiesto mi agradecimiento y respeto por todo el trabajo que hacen.

-¿Qué piensa tu familia y amigos?

-Están muy contentos y apoyándome en esta decisión. Llevamos casi un año con los preparativos de los trajes ambientados en la época, tiempo que hemos compartido y disfrutado todos juntos.

-¿Qué supone para ti Zalamea?

-Zalamea para mí uno de los pueblos que conserva sus tradiciones y donde me siento a gusto al formar parte de ellas.

-Para terminar: un mensaje a tus paisanos.

-Decirles que salgan a la calle a disfrutar y convivir en las jornadas, ver el ambiente, adquirir productos de los mercaderes y, sobre todo, participar en las actividades propuestas para los diferentes días. A los pueblos vecinos, que visiten estas fiestas y compartan con nosotros la alegría y la historia de Zalamea ambientada y trasladada a otra época. ¡Qué paséis todos unas felices Jornadas Musulmano-Cristianas!

Cristina Palomo, una corredora cargada de triunfos con el Club Trail de El Campillo

Toledana de nacimiento, esta atleta desarrolla gran parte de su trayectoria deportiva en la Cuenca Minera 

Aunque nació en Toledo, provincia en la que reside en la actualidad, Cristina Palomo Congosto se siente un poco campillera, dado que El Campillo es la localidad de su pareja, de ahí que se haya hecho más que conocida en este municipio, especialmente debido a su más que llamativa actividad deportiva. De hecho, forma parte del Club Trail Running El Campillo.

Y es que, a sus 32 años, lleva una intensa trayectoria en este ámbito. Según nos cuenta, “en un principio comencé a salir a correr de vez en cuando por mi pueblo a un ritmo suave para hacer algo de deporte. Pero, cuando me fui un tiempo a vivir a Málaga, el deporte me sirvió como una vía de escape, así que se convirtió en algo más serio. Después, cuando conocí a mi chico, que vive en El Campillo, me animó a que nos apuntásemos a una carrera y quedé en segunda posición de la general femenina”.

Para esta deportista, el momento más emotivo que recuerda de su trayectoria fue cuando ganó su primera carrera. «Cruzar esa meta la primera femenina me hizo sentir genial”, subraya.

Este hecho fue un punto de inflexión, dado que le animó mucho a seguir por este camino. Tanto es así que, desde entonces, no ha parado de subir al podio en carreras de todo tipo de distancias. De todos estos premios, sin duda, de lo que se siente más orgullosa es de “haber ganado la media maratón de Toledo, ciudad donde nací”.

Allí, en su tierra, trabaja como comercial para Nespresso. Eso sí, a nivel profesional, aunque estudió peluquería, le gustaría dedicarse a algo relacionado con el running y la moda. Tanto es así que tiene ya varios proyectos en mente relacionados con estos temas.

Ahora, su principal objetivo es recuperarse de una lesión que ha sufrido y, a partir de ahí, “entrenar para bajar de 40 minutos los 10 kilómetros y, por supuesto, correr una maratón, que es mi sueño”, nos dice.

Para prepararse, esta corredora nos cuenta que “entreno, de momento, por mi cuenta y unos cinco días por semana sobre una hora o una hora y media. Hago todo tipo de entrenamiento, para después poder correr cualquier tipo de carrera”.

Y, por supuesto, en esa preparación no puede faltar la Cuenca Minera, puesto que, para Cristina, “es una zona que me gusta mucho. Me encanta hacer trail, porque disfruto muchísimo corriendo por la montaña. Me encanta esa disciplina”.

Para terminar, Palomo anima “a todo el mundo a que corra, porque es ponerte unas zapatillas y disfrutar de ti mismo y de la naturaleza. Por este motivo, agradezco a mi Club de Trail Running El Campillo y a todos mis compañeros por estar ahí siempre en las carreras y por ayudarme y apoyarme. Y, por supuesto, mando un saludo a toda la Cuenca Minera, que es una tierra que me encanta”.

José Márquez Trigo, alma mater del futuro Museo del Pueblo Antiguo de Riotinto

Era una idea que tenía desde que de niño leyó el libro ‘Nunca en el cumpleaños de la Reina Victoria’ de Avery, por lo que, una vez jubilado, decidió poner en marcha esta bonita iniciativa en la que se han volcado muchas personas y que recuperará parte de la historia de la Cuenca Minera

Como publicó Tinto Noticias, los vecinos y vecinas de Minas de Riotinto ya han podido conocer las maquetas que forman parte del Museo del Pueblo Antiguo de Riotinto, un proyecto impulsado por un grupo de ciudadanos para recuperar una parte fundamental de la historia y el patrimonio de la Cuenca Minera que ha llamado mucho la atención de todos.

Y es que el proyecto del Museo del Pueblo de Riotinto se ha convertido en un revulsivo para la comarca. Por este motivo, hoy hemos querido conocer al impulsor de este proyecto: José Márquez Trigo, riotinteño de nacimiento, aunque, en la actualidad, reside en Huelva.

Un amante de la Cuenca que a sus 59 años recuerda sus inicios laborales en la mina, tan sólo tres días después de haber cumplido 17 años, “y ahí me mantuve hasta que fue cerrada, -yo diría robada-, y nos prejubilaron”, afirma.

Pero, además, de su trabajo, Márquez Trigo se caracterizó desde siempre, desde que tenía 14 años, por ser una persona a la que le gustaba hacer cosas por y para su pueblo. Según recuerda, “a esa edad, en 1974, se recuperó la tradición de la Cabalgata de Reyes y ahí empecé. Desde entonces, hasta este último proyecto del Museo del Pueblo, he estado metido en casi todo, menos en el fútbol y en cosas de Iglesia. Sintetizando: 25 años en ‘Hogueras y Candiles’ y otros tantos en la Coral Minera, de la que fui dos veces presidente y nunca me desvinculé del todo; recitales de canto y piano…, y, desde 1982, en el Carnaval, cuando volvió a recuperarse de nuevo. También, en 1979, recuperamos la fiesta de San Juan del Alto de la Mesa. Recuerdo que la pista donde se celebra, que era de tierra, la enlosamos con las baldosas de las casas que se estaban derribando en el viejo pueblo, que subíamos en carrillos por la elevada cuesta hasta el Alto. Entonces éramos jóvenes y podíamos”.

Pero, además, de todas estas actividades, este riotinteño también tuvo tiempo para los medios de comunicación, puesto que dirigió la segunda época del periódico local El Minero y tuvo un programa de radio semanal de dos horas de entrevistas por el que pasaron todas las asociaciones y personajes destacados de Minas de Riotinto, así como los representantes del Comité de Empresa de la mina. Tal y como recuerda, “guardo estas grabaciones como un tesoro y me gustaría que algún día se guardasen como un elemento más de la Historia de Minas de Riotinto. Es un orgullo para mí poder decir que he estado en la creación de nuevas e importantes obras musicales y en otros muchos trabajos de esos de los que no queda constancia, pero que ahí están y ahí estaba yo también…”.

A nivel político, José ha sido afiliado del PSOE y estuvo dos años como concejal y primer teniente de alcalde de Minas de Riotinto. “Fue una experiencia muy válida para mí, porque aprendí mucho y, aunque en su momento no fue agradable, ya que dimití de mi cargo, me enseñó que yo no soy disciplinado para tener ninguna filiación política. No sé seguir a líderes ni consignas y me resisto a que me marquen ningún camino. Desde entonces, voy por libre y creo tan solo en las personas por sí mismas y en sus acciones, sin mirar de qué partido son, de qué color, de qué religión o cualquier otra cosa que nos diferencie. Ahora mi pensamiento y mi razón son mi único partido político. Si acierto, acierto yo, y si me equivoco también, pero no tengo que rendir cuentas ante nadie”, dice claramente.

Una persona inquieta que nos habla en esta entrevista del bonito proyecto de construir el Museo del Pueblo Antiguo de Riotinto.

-José, ¿cómo surge la idea de hacer el Museo de Riotinto?

-Pues por muy increíble que parezca, era algo que siempre me andaba rondando la cabeza desde que, con 14 años, vi la primera edición del libro de Avery Nunca en el cumpleaños de la Reina Victoria, que le habían regalado a mi amigo José Pedro. Las fotos de aquel libro me fascinaron y fueron aquellas imágenes las que me hicieron volar hacia mi pasado y querer saber más y más. Ahora pienso que aquel libro está plagado de errores y que es, evidentemente, tendencioso, pero, al menos, a mí me sirvió para despertar esa parte de mi consciencia. Ahí empecé a buscar y a devorar todo lo que caía en mis manos referente a la historia de las Minas de Riotinto.

Y, bueno, ahora que ya estoy jubilado, era el momento de hacer realidad aquello que siempre quise hacer, así que lo pensé bien, le di forma y redacté el proyecto. Lo primero que hice luego fue compartirlo con mi amigo Fernando Durán, porque era consciente de que, sin él, no sería posible realizarlo, aunque tenía la casi seguridad de que se sumaría de inmediato, como así fue. Formamos entonces un equipo inicial de personas de reconocida trayectoria y magníficos artesanos y lo presentamos al Ayuntamiento. Este equipo inicial, una vez en marcha, se redujo a nueve, que hemos sido los que lo hemos hecho realidad.

-¿Cuándo comenzó a realizarse el proyecto?

-Una vez presentado el proyecto, tras superar las vicisitudes y burocracia de rigor, fue aprobado por unanimidad en el Pleno Municipal de septiembre de 2013. Y, de inmediato, comenzaron los trabajos de acondicionamiento de los espacios. Nosotros empezamos a trabajar físicamente en abril de 2014.

-¿En qué ha consistido este trabajo?

-Sin entrar en grandes detalles, el proyecto ha consistido en la recreación a escala 1:100 del pueblo desaparecido al completo, del que hicimos una selección de sus edificios principales que hemos recreado a escala 1:25 para ver bien los detalles de su arquitectura. Y de la construcción de una maqueta a escala 1:5000 que recrea la topografía de toda la zona, antes de que fuera alterada por las cortas a cielo abierto, así como documentar todo esto y contarlo de manera cronológica. Creo que hemos hecho un buen trabajo del que nos sentimos orgullosos.

-¿Qué personas han participado en el mismo?

-Aquí me quiero parar porque, si algo ha funcionado bien, hemos sido las personas. Y me refiero, tanto a los que hemos hecho el museo, como a los políticos locales que han gestionado con las administraciones y los técnicos y trabajadores municipales para que esto sea posible. Me explico. En cuanto al equipo de voluntarios que altruistamente lo hemos realizado, no se me ocurren nada más que elogios. Hemos sido capaces de formar un equipo humano sin jerarquía alguna, porque todos sabíamos bien cuál era la meta. Porque todos asumimos libremente nuestro compromiso, nuestra parte y nuestro papel con respeto, sin haber habido nombramientos, porque no hizo falta. Todos hemos sido una única persona -UN EQUIPO- y todo se ha hecho entre todos. No ha habido ni protagonistas ni personalismos, ni jefes ni operarios, sino amigos con un objetivo común. Esto sí que es hermoso. Y estos amigos, que nos impusimos nuestra propia disciplina horaria como si de un trabajo en una fábrica se tratara, hemos sido: Ángel Alonso Pacheco, Fernando Durán García, Manuel Manuel Gallardo, Juan Miguel Marín Gil, José Márquez Trigo, José Meneses García, Carlos Montero Gallardo, Antonio Ruiz Garrido y Francisco Ruiz Romero.

Por otro lado, y de forma paralela, un equipo de profesionales, también de manera altruista y voluntaria, se ha encargado de documentarlo todo. Se trata de José Manuel Delgado Ramos, historiador y antropólogo; Juan Manuel Gemio del Río, historiador y experto en Archivística; y Saúl Narbona Márquez, historiador y geógrafo, a los cuales he tenido el placer de ayudar. Hemos sido los que hemos contado la historia.

Y, en cuanto a la corporación municipal, presidida por Rosa Caballero, nuestra admiración y nuestro respeto, porque han cumplido con creces su compromiso y su palabra, realizando importantes obras de reforma y porque nos han dejado trabajar en libertad sin interferir jamás en nuestro proyecto, sino facilitándonos siempre las cosas. Es importante dejar trabajar a la gente que, como en nuestro caso, no tenemos ya que demostrar nada y ellos lo han hecho. Agradecemos que hayan cumplido con su papel y que nos hayan dejado cumplir con el nuestro. Los resultados de esta confianza mutua están a la vista.

Y, bueno, sería imposible nombrar a tantas personas que, con sus archivos, su consejo, su aliento y su amistad, nos han animado en todo momento. Hablar de las personas siempre es injusto, porque siempre se olvida nombrar a alguien. Pido perdón por ello.

Un trabajo que, incluso, ha tenido su reconocimiento, puesto que, en octubre de 2016, faltando mucho aún para la finalización del museo, el Colegio Oficial de Arquitectos de Huelva nos otorgó el Premio Especial en la categoría de Patrimonio, que significó para nosotros un importante respaldo a nuestro trabajo.

-Tras finalizar las maquetas, ¿cuáles son los pasos a seguir partir de ahora?

-Pues inaugurar esta primera fase, abrirla al público y comenzar a trabajar en la segunda, que serán esta vez las aldeas desaparecidas de La Naya, la Estación de en Medio y La Atalaya, concluyendo con ello la recuperación de todos los núcleos urbanos desaparecidos, a través de maquetas. El proyecto de esta segunda fase lo presentaremos a la Corporación Municipal una vez pasado el verano. Es importante seguir y, sobre todo, incluir la visita al museo como actividad escolar para que los niños empiecen a conocer y a amar su historia, como yo empecé viendo tan solo las fotos de un libro.

-¿Cuál es tu balance de la experiencia?

-Absolutamente positivo, aunque me haya quitado el sueño en ocasiones. Mi casa está en Huelva, pero, durante cinco años, he estado viviendo una semana aquí y otra en Riotinto. No hubiera sido posible sin la complicidad y el apoyo de mi mujer, que me ha animado siempre y me ha levantado la moral en las horas de bajuna que todos tenemos alguna vez. Por otro lado, es un orgullo para mí que se me haya permitido poder presumir y aportar mi granito de arena para poner en valor mi pasado, la causa de nuestro hoy. Un pasado que construyeron mis padres y antes mis abuelos y antes mis bisabuelos… Un pasado de gente sencilla, humilde, sin nada, cuya única riqueza eran sus propias manos. Como cantaba Víctor Jara: “Y mis manos son lo único que tengo, son mi amor y mi sustento…”.

-¿Dónde podrán verlo los riotinteños y onubenses en general?

-Pues es importante que destaquemos esto, puesto que la ubicación del Museo del Pueblo, -de momento Exposición Permanente-, está en el edificio de la antigua Dirección de la Mina, un edificio imponente, enorme, en el centro del pueblo que es, además, Bien de Interés Cultural (BIC), así que este proyecto logra en realidad dos objetivos: por un lado, el puramente histórico-museístico y, por el otro, la recuperación de un edificio de mediados de la década de 1930 infrautilizado, que se estaba cayendo a pedazos y al que, tras el fracaso de la Mancomunidad Cuenca Minera (hoy disuelta), que se ubicó allí hasta que construyeron el edificio específico para la misma, no acababa de dársele un uso adecuado, acorde con su magnitud. Salvo la parte del mismo cedida en uso a la Fundación Río Tinto, el resto de las estancias fueron ocupadas por los más variopintos grupos y asociaciones, resultando a todas luces inadecuado e infrautilizado.

-¿Te has marcado algún nuevo reto?

-De momento, seguir con este, que, salvo que hubiera otras decisiones políticas, cuestión que por el momento desconozco, contempla la ocupación completa del edificio como el espacio donde se recoja y se muestre toda la historia del pueblo de Riotinto. Hay que dejar muy claro que este museo no tiene nada que ver con el Museo Minero de la Fundación Riotinto, ya que aquél se centra básicamente en la minería y en su historia, y este en el pueblo y en su gente, en las fiestas y las costumbres, en la vida cotidiana, en definitiva. Nosotros queremos hablar de las personas y de los avatares de la vida en el pueblo, que son muchos y muy ricos. También está previsto, -al menos hasta el día de hoy-, que el edificio contenga el Archivo Municipal, una biblioteca y un par de aulas para aquellas personas que estuvieran realizando trabajos de estudio e investigación. Un espacio para el estudio y la lectura.

-¿Qué supone para ti Minas de Riotinto?

-En este momento un tormento, puesto que, aunque vivo en Huelva, mi cabeza está siempre pensando en Riotinto. No puedo evitarlo y, a veces, me hace daño porque me causa mucho estrés. Riotinto es para mí el referente del trabajo, del respeto, de la dignidad. Siempre he dicho que la mayor riqueza de Riotinto no es el mineral, sino la mezcla de sangre, de cultura, de músicas, de acentos, de historias…, que trajeron los miles de personas venidas de toda España y de Portugal para trabajar en las minas. Gente toda que conformó el Riotinto de hoy en el que la gran mayoría de nosotros tiene ascendentes de algún lugar de España. Mi bisabuelo materno era gallego, de Orense, y mi bisabuela argentina, de Buenos Aires, por ejemplo. Yo me siento por esto una persona muy rica y muy orgulloso de la alquimia de mi sangre.

-Para terminar: un mensaje a los riotinteños.

-Pues que amen Riotinto y que todos seamos dignos de que se nos denomine riotinteños. No es lo mismo vivir en el pueblo que vivir del pueblo. En una comunidad que de verdad nos importa. Todos debemos aportar nuestro granito de arena para hacerla más grande cada día. Y aquí sí que no importa el tamaño de ese granito de arena, sino la voluntad real de aportarlo. Que nada es fácil y que lo importante es el empeño que le pongamos a las cosas. Que afrontemos el futuro con positividad y con honestidad, pero, sobre todo, con respeto, y que Riotinto tiene que ocupar de nuevo el lugar que le corresponde en la Historia, porque nos lo hemos ganado a pulso. Y eso solo es posible si los que decimos quererlo tanto de verdad lo demostramos.

Y, sobre el museo, que lleven a sus hijos y que les hablen de su pasado, que les cuenten historias para que se sientan orgullosos, para crear vínculos y para fomentar en ellos, sin empujarlos, el conocimiento y el estudio, para que tengan conciencia de que tienen la suerte de vivir en uno de los pueblos más fascinantes de España en todos los aspectos: Minas de Riotinto.

José Luis Danta: «Me enorgullezco de tener dos tierras, la Cuenca Minera y Euskadi»

Tras desarrollar gran parte de su vida en Galdácano, donde se casó y ejerció de soldador, una operación de columna le trajo de nuevo a la provincia de Huelva, lo que le permite visitar la comarca cada vez que tiene nostalgia de ella

La vida de los ‘mineros por el mundo’ es a veces intensa, ya que les lleva a diferentes destinos, pero siempre teniendo a la Cuenca Minera en el corazón. Así le ha ocurrido a José Luis Danta Rubio (Nerva, 1957), quien, tras vivir en Galdácano, hoy en día, a sus 62 años, reside de nuevo en la provincia de Huelva, concretamente en La Antilla.

Su historia comienza en el año 1971, cuando emigró con sus padres a la ciudad vasca de Galdácano. El motivo fue el traslado de su padre desde la empresa de Minas de Riotinto a la fábrica de explosivos UER.

Por este motivo, los años centrales de su vida se desarrollaron en el País Vasco, una tierra en la que asegura que “fui muy bien acogido”. Tanto es así que Euskadi “me dio todo, mujer e hijos. Por eso, me siento orgulloso de poder decir que tengo dos tierras: Andalucía y Euskadi”.

Pero, en 1992, su vida volvió a dar un giro al tenerse que operar de la columna. Esta intervención le obligó a dejar su profesión de soldador y, desde entonces, se encuentra pensionado, una situación tras la que decidió trasladarse de nuevo a la provincia de Huelva, esta vez a La Antilla, donde se encuentra desde entonces.

Aquí lleva “una vida tranquila, respirando a mar, que me da bastante vida”, afirma. Eso sí, para José Luis, la Cuenca Minera siempre serán sus raíces, “a las que nunca renunciaré, aunque es cierto que, cuando uno se ve obligado a dejar su tierra, duele mucho”.

Por este motivo, suele regresar a la comarca cada vez que tiene oportunidad, momentos en los que visita a la familia y participa en algunos actos culturales de la zona. Así que, gracias a que vive cerca, acude a la Cuenca cada vez que tiene nostalgia de su tierra.

Con todo, para terminar, deja este mensaje a sus paisanos: “Que resurja toda la Cuenca Minera, que tenemos unas raíces fuertes, que jamás se perderán. Saludos y ¡Viva Nerva!”.

La riotinteña Mónica López, una apasionada del deporte que triunfa en varias disciplinas

Aunque trabaja en el sector de la banca, es toda una campeona en áreas tan distintas como el kárate, el trail y la bicicleta, en las que ha conseguido numerosos éxitos, tras lo que se prepara para el 4º Dan de Karate y correr la Maratón Tenerife Bluetrail

Aunque profesionalmente está dedicada al sector bancario, Mónica López González (Minas de Riotinto, 1974) es una apasionada del deporte, una afición que la ha convertido en su gran pasión.

Su historia se desarrolla hasta los 18 años en su localidad natal, donde estudió en el CEIP Virgen del Rosario y en el IES Cuenca Minera, tras lo que se trasladó a Huelva para estudiar la Licenciatura de Ciencias Empresariales en la Onubense, una formación académica que le permitió iniciarse en el mundo laboral en el sector bancario, donde continúa en la actualidad.

Unas actividades que ha compaginado desde siempre con el deporte, un ámbito en el que está destacando en kárate, trail y bicicleta. Hoy conocemos sus inquietudes en esta entrevista.

-Mónica, ¿cuándo y cómo te adentraste en el deporte?

-En mi casa siempre hemos estado muy implicados con el deporte. Desde pequeña acompañaba a mi padre y hermano a todos los partidos del Riotinto Balompié, dado que mi padre Antonio López ‘El Lucas’ fue jugador y directivo y, posteriormente, mi hermano Raúl también defendió los colores de este club. En el colegio e instituto jugaba en el equipo de baloncesto, fútbol y atletismo, participando con estos equipos en las diferentes olimpiadas comarcarles, que se organizaban anualmente entre los diferentes centros educativos de la Cuenca Minera.

Pero mi ilusión era practicar artes marciales, iniciándome en las mismas durante mi vida universitaria en Huelva. Actualmente, soy cinturón negro 3º Dan de Karate, modalidad que continúo practicando. Posteriormente, me aficioné a la bici de montaña y al Trail Running (carrera por montaña), donde ahora corro, tanto en la Liga onubense de Trail como en la Copa por Montaña.

-¿Por qué estas disciplinas?

-Pues el kárate por ser su disciplina, su respeto hacia los compañeros y a uno mismo, sin olvidar su maravilloso trabajo físico e interior. Y, a la bici y al trail, llegué un poco por casualidad. Principalmente comencé a correr Trail Running, porque mi pareja, Ramiro Ignacio López, es corredor y me introdujo en este mundo. Me gusta practicar deporte en la naturaleza y, afortunadamente, vivimos en una provincia con unos maravillosos parajes naturales.

-¿Cuáles son los éxitos conseguidos hasta ahora?

-Haber conocido a seres humanos maravillosos, los cuales me han ayudado muchísimo a crecer como persona.

-¿Con qué momentos como deportista te quedarías?

-Con la ceremonia de entrega de mi tercer Dan de Karate por parte de mi profesor Deogracias Delgado Medina, 8º Dan de Karate. También en Palos de la Frontera impartí un curso de defensa personal para mujeres maltratadas, una de ellas, muy joven, la cual no salía casi nunca de su casa, y mucho menos sola, por miedo a su ex pareja. Una mañana se acercó y me dijo: Moni, ¿sabes una cosa? He venido sola y me siento de maravilla. Fue un momento increíble, sentí que todo mi esfuerzo había cobrado sentido, mucho más allá de los títulos y los premios.

-¿El próximo reto?

-Presentarme a 4º Dan de Karate y correr la Maratón Tenerife Bluetrail.

-¿Cómo sueles prepararte? ¿Cuánto tiempo entrenas?

-Principalmente entreno con mucha voluntad, ya que mi horario de trabajo es extenso. Para el entrenamiento de Trail Running cuento con la ayuda de un preparador especializado en esta disciplina, como es Ángel Luis Carrizo Márquez. Juntos definimos los objetivos de la temporada y establecemos un plan de entrenamiento anual para ello. En cuanto al kárate, entreno lunes, miércoles y viernes en el Centro Deportivo Olba con mi Gran Maestro Deogracias Medina Delgado.

-También has recibido el cariño de su tierra. ¿Qué ha supuesto para ti?

-Una gran alegría personal y espero que, con este reconocimiento, muchas más chicas se animen a practicar deporte.

-¿Algún deseo de futuro?

-Seguir aprendiendo, mejorando y divirtiéndome con la práctica deportiva

-¿Qué es para ti la Cuenca Minera?

Mi fuente de energía.

-Para terminar: un mensaje a tus paisanos.

-Gracias por su apoyo. Y espero que el próximo año en el Trail Minas de Riotinto participemos muchos más locales y que mis paisanos salgan mucho más a las calles para animarnos.

Juanma Nogales prepara una exposición en su Nerva natal sobre los bosques del País Vasco

Con tan sólo 18 años dejó la Cueca Minera para marcharse con su familia a la ciudad vasca de Galdácano, una tierra en la que se integró rápidamente, aunque no olvida sus raíces

Nacido en la calle Puebla de Nerva hace 66 años, la vida del nervense Juanma Nogales Delgado cambió cuando tenía 18 años. Hasta ese momento, sus días habían transcurrido entre su localidad natal y las aldeas de Marigenta y La Naya, donde residían sus abuelos. Y es que su padre era peón caminero, así que viajaba mucho por Huelva y, aunque durante un tiempo fue con él, su madre decidió dejarle con mis abuelos unos años. Una etapa de su vida de la que tiene muchos recuerdos, especialmente de su abuelo, que, según dice, “era un genio”.

Pero, su vida dio un giro cuando, tras cerrar la mina, la empresa propuso a su padre trasladarse a Huelva, Dos Hermanas (Sevilla) o Galdácano, en el País Vasco. Y, según nos cuenta, “mi padre siempre ha tenido un espíritu muy aventurero y, entonces, de todas las opciones posibles, eligió marcharse al norte”.

Realmente, fue un cambio importante, pero que acogió de forma muy positiva, porque, nada más llegar, se integró en la sociedad vasca, se adaptó muy bien. “Siempre he sido muy crítico con la forma de vida de los británicos. Porque los ingleses crearon una organización en Huelva en la que, es verdad que desarrollaron la cultura del trabajo, pero, luego, tenías que gastar el dinero en el economato, los bares y los servicios que ellos ponían, con lo que cual se trataba de una explotación total. Desde que nacías tenías tu camino marcado, no había otras opciones fuera de este círculo. De hecho, yo estudié en la Escuela Profesional con la única finalidad de trabajar después en la empresa. Porque no había otras alternativas”, nos comenta.

Este minero por el mundo asegura que “cuando me marché y me despegué de mi zona de confort, tuve una involución total en la sociedad vasca y, excepto el idioma, me acomodé rápidamente. No se me olvidaba mi tierra de nacimiento, pero me adapté con mucha rapidez a mi nueva situación de vida en la sociedad vasca”.

Juanma-Nogales

Tanto es así que en poco tiempo se casó con una chica euskera, luego se separó y después volvió a casarse con una madrileña a la que conoció a través del sindicato. Juanma tiene dos hijos que hablan mejor el euskera que el castellano y que, aunque les gusta Andalucía, donde hacen su vida es en el País Vasco.

En la actualidad, Nogales Delgado reside en la localidad de Zeánuri (Vizcaya), de donde ha venido a pasar unos días a Nerva con el objetivo de preparar una exposición de mostrará próximamente en el Centro Cívico Cultural de la localidad nervense. Una muestra fotográfica dedicada a los bosques del norte de España.

Como aficionado a la fotografía desde siempre –ya tenía una cámara cuando se fue a la mili con 20 años-, su objetivo es aportar su visión del microclima de los bosques del norte de España, que considera que “son espectaculares. Así, podré traer al sur este conocimiento”. Un ámbito, el de la imagen, en el que siempre intenta ir mucho más allá de lo que ve. En este aspecto, le interesa mucho “el ciclo del agua, tener un diálogo con la naturaleza para conocer si una gota de agua pasa más de una vez por un mismo lugar. Soy ecologista y creo que para ser de izquierdas sólo tienes que ser ecologista. Es decir, si amas la naturaleza, ya eres de izquierda”.

Y no es extraño que se encuentre estos días en la provincia de Huelva, porque, a pesar de que lleva muchos años afincado fuera, suele venir cuatro o cinco veces al año, más aún ahora que se encuentra jubilado. “Con el tiempo, vuelvo a Andalucía emocionalmente. Siempre vengo a mi tierra a cargarme la batería de sol y de fuerza. Porque Huelva tiene una luz diferente. Siempre me acuerdo de su luz y del olor del campo. Es algo que tengo fijado en mi mente. Además, echo mucho de menos la playa. Es más, suelo entrar por Zufre y siempre cuando llego a Huelva me paro en el arroyo de Zufre para oler todo lo que es la tierra. Así me cargo de energía”, nos cuenta.

Profesionalmente, Juanma ha sido analista químico de investigación y desarrollo en Maxam, anteriormente Explosivos Riotinto, la mina de Galdácano, una empresa en la que han trabajado sus padres y tíos y ahora lo hacen sus hijos. Una entidad en la que ha sido miembro del sindicato CC.OO.

Con todo ello, para terminar, este nervense asegura que “cada vez que veo la Cuenca Minera me pregunto quién se queda con la gran riqueza que tiene esta tierra. Por eso, animo a los mineros a que reclamen su derecho, porque estamos destruyendo toda esa riqueza que tiene la zona minera. Me pregunto si no tenemos la capacidad de explotar nuestros recursos, en lugar de hacerlo una empresa que paga un sueldo”.

En definitiva, su mensaje final es: “Esta es tu riqueza, aprovéchala. No dejes que se la lleven. Tu riqueza eres tú y tu tierra, disfrútala, no dejes que nada que se la lleve”.