Juan Ignacio Tovar, un campillero que da soporte tecnológico a más de 15.000 empresas

Este vecino de El Campillo, que lleva 10 años residiendo en Arcos de la Frontera, es el fundador de Fibermóvil Ibérica SL, que ofrece todo tipo de productos tecnológicos a cualquier parte del mundo

Nació hace 41 años en el antiguo ambulatorio de Minas de Riotinto, donde nacían todos los campilleros y campilleras de la época. Tras pasar su infancia y adolescencia en su pueblo, El Campillo, se marchó a Huelva a estudiar Magisterio y, a continuación, Psicopedagogía, tras lo que trabajó como comercial en diferentes empresas de la provincia de Huelva y, posteriormente, en Armilla (Granada).

Hasta ahí es una historia normal, como la de cualquier vecino o vecina de este pueblo de la Cuenca Minera de Riotinto. Pero su vida cambia nada más cumplir los 30 años, cuando se marcha a Arcos de la Frontera (Cádiz), donde se convierte en un claro ejemplo de que una persona, desde la nada, puede no solo crear su propio negocio, sino expandirse hasta el punto de tener como clientes a más de 15.000 empresas españolas.

Esta es la historia de Juan Ignacio Tovas García, una historia que no ha querido pasar por alto nuestra sección Mineros por el Mundo, que por ello dedica este artículo a este campillero de 41 años que nunca ha perdido su vinculación con su pueblo, donde tiene a su familia y a «mis amigos de toda la vida», como a él le gusta llamarlos, si bien desde 2010 reside en el citado municipio gaditano junto a su esposa, María José, y sus dos hijas, las mellizas Noa y Nayeli.

Su andadura laboral gaditana la inició llevando empresas de teleoperadora de ONO hasta que, en 2016, decide crear su propio negocio de telefonía. Primero monta una tienda física en el centro de Arcos de la Frontera, tras lo que, «poco a poco», el negocio crece y empieza a vender productos al por mayor a algunas empresas, lo que no fue sino el punto de partida para convertir su pequeño establecimiento de Arcos de la Frontera en una empresa ya expandida por todo el territorio nacional.

Debido a la «gran aceptación» de sus productos por parte de los demás comercios de telefonía de la zona, «nos fuimos expandiendo a nivel nacional» hasta fundar, en 2018, la empresa Fibermóvil Ibérica  SL, explica el propio Juan Ignacio Tovar, quien, a través de esta compañía, ofrece soporte a todas las empresas relacionadas con la telefonía, un servicio también disponible, cómo no, para las empresas de la Cuenca Minera de Riotinto, de donde es el fundador de la compañía.

Pero la expansión no solo se quedó ahí. Además de traspasar las fronteras de la provincia de Cádiz, la empresa también diversificó sus productos, que ya no son solo de telefonía, sino de todo tipo de productos tecnológicos, especialmente de la marca Xiaomi. «Llevamos ordenadores, accesorios, móviles, televisores, etc. para dar un mayor soporte a las empresas del canal electrónico», asegura.

Los clientes finales tienen además a su disposición esta página web, «nuestro pequeño Amazon», donde pueden encontrar la gran variedad de productos que ofrece esta compañía «a unos precios muy competitivos», que además pueden pagarse «cómodamente a plazos», destaca Tovar.

Además, el responsable de esta empresa anuncia que, próximamente, a través de la citada plataforma, «aparecerán más de 10.000 productos de todo tipo, incluido electrodomésticos, con un tiempo de entrega que nunca se excede las 48 horas». Los clientes disponen además de un teléfono de atención que pueden encontrar en el interior de la web.

La riotinteña Carmen Monís quiere ofrecer visitas teatralizadas en su pueblo

Enamorada de su localidad natal, esta productora teatral, que reside en Cartagena, ha llevado sus montajes a escenarios de todo el país

Nacida en Minas de Riotinto, Carmen Monís Salvador es una productora teatral que lleva más de quince años recorriendo escenarios de todo el país con sus propuestas, dedicadas en su mayoría a toda la familia. Y es que, desde pequeña, es una gran amante del teatro, como también lo es de la Cuenca Minera, donde tiene sus raíces, de las que se siente muy orgullosa, a pesar de residir lejos de su localidad natal, de la que se marchó “debido a que mis padres tuvieron que irse por las circunstancias”.

Es más, reside en Cartagena (Murcia), pero “me encanta Riotinto y, aunque mi compañía está en Cartagena, mi alma está en Riotinto. También he vivido en Madrid y Barcelona, pero, vaya donde vaya, siempre digo que soy de Riotinto, porque estoy muy orgullosa de dónde vengo”.

Fue precisamente en Minas de Riotinto donde Carmen se enamoró del teatro. Según recuerda, “mi afición comenzó en esas veladas teatrales que hacían los vecinos en Riotinto, donde siempre ha habido mucha afición. Yo lo veía y pensaba que quería hacer lo mismo”.

De hecho, anima a los riotinteños a mantener viva esa llama por el teatro: “Me enteré de que había una Escuela Municipal de Teatro y que Jesús Chaparro era el director y me alegró mucho. También recuerdo que en el año 2014 se organizó una exposición de carteles de obras que se habían representado en el Teatro Cobos Wilkins y me pareció una actividad muy bonita”.

Desde entonces, mantuvo esa idea. Sin embargo, “cuando le dije a mis padres que quería estudiar Arte Dramático se llevaron las manos a la cabeza, así que tuve que buscarme la vida. Primero hice Trabajo Social y luego un Máster en Método e Investigación Social, porque algo había que hacer”, nos cuenta Monís, tras lo cual quiso formarse en teatro: “entonces mis padres vivían en el País Vasco y yo empecé a trabajar profesionalmente en el ámbito sociológico, mientras que todo el dinero que tenía me lo gastaba en formarme en teatro, que era mi hobby”.

En este aspecto, un punto de inflexión en su vida se produjo cuando viajó a Argentina, donde conoció a la gran actriz Indira Ledesma.

Fue así cómo logró alcanzar su sueño: dedicarse al teatro, siendo, en la actualidad productora de teatro musical, enfocado sobre todo al teatro familiar. Tal y como afirma en esta entrevista concedida a Tinto Noticias, “mi primera producción tuvo un presupuesto de tan sólo 500.000 pesetas. Y ahí empezó todo”.

Balance profesional muy positivo

Desde entonces hasta ahora han pasado más de 15 años, a lo largo de los cuales ha logrado grandes éxitos, llevando sus montajes por todo el país. Es más, considera que “el 99% de mis producciones siempre ha evocado un poco a Minas de Riotinto y a esos recuerdos de mi familia en esa época en la que vivimos en Huelva”. Antes de tener su propia productora había estado en otras compañías, porque era su profesión soñada, aunque anteriormente había trabajado mucho también en el ámbito del Trabajo Social.

Su productora lleva el nombre ‘Monís’ en homenaje a mi padre, porque, según nos dice, “mi padre no confiaba en mí y, además, mis padres eran muy conocidos en el pueblo, en Riotinto”.

A la hora de haber balance se considera “una privilegiada, porque he podido vivir de lo que me gusta. El teatro es mi vida y lo será siempre. Cuando deje de ponerme nerviosa antes de subirse el telón, supondrá que el teatro ya no me importa”. Incluso, está casada con un chico que estudió Arte Dramático, con lo que comparte su vida con otra persona amante del teatro.

Por todo ello, su balance es más que positivo. Para ella, “este es un mundo apasionante para quien le guste, pero también un trabajo muy duro, con momentos buenos y momentos malos, aunque, si te gusta, al final, sigues. Mi balance es bueno. Para mí, el éxito es vivir de lo que te gusta, aunque sea de forma módica. Hay momentos que hemos hecho 20 giras y ha sido un año muy bueno, pero sabiendo que otras veces, como sucede ahora, se vivirán momentos peores. Siendo así, siempre hemos sido precavidos por si teníamos una temporada mala. Como está ocurriendo ahora con la crisis sanitaria, porque tengo a mucha gente a mi cargo. En este aspecto, estoy muy orgullosa de que todos los que han trabajado conmigo han podido cobrar la ayuda, porque siempre los he contratado como artistas”.

Consecuencias de la Covid-19

Tras esta extensa carrera, Carmen reconoce que la situación creada por la pandemia de Covid-19 está siendo muy complicada para el sector cultural. Según afirma, “ahora está todo muy mal. Yo tenía programa una gira por Canarias y por todo el norte de España y otra por Castilla León, pero muchos de estos espectáculos se han cancelado y otros, se han pospuesto”. Y es que tiene claro que la cultura “está muy mal, por lo que tengo claro que voy a participar en la movilización del día 17, porque ahora se vuelven a reducir los aforos y nunca hemos tenido ayudas o hemos tenido muy pocas. Todo siempre de nuestro bolsillo”.

A pesar de ello, esta riotinteña mira al futuro con optimismo, puesto que afirma que “este sector ha pasado por muchos baches y, después, siempre nos recuperamos. Por ello, imagino que saldremos de esto, al igual que hemos salido de otras situaciones anteriores. Soy confiada y espero que todo vaya bien”.

Enormes posibilidades turísticas de Minas de Riotinto

Precisamente, pensando en nuevos proyectos, a Carmen Monís le gustaría poner en marcha una nueva iniciativa que, precisamente, tiene a Minas de Riotinto como protagonista. Se trata de poner en marcha rutas teatralizadas en la localidad riotinteña, porque asegura que “es una zona con muchas posibilidades turísticas. Tengo una casita en la zona, que era de mi abuela, y cuando voy a la Cuenca y veo las casas de Bellavista tengo claro que se puede hacer una bonita teatralización con personajes históricos relevantes de la época en la comarca. Y es que, además de los musicales, también hago rutas teatralizadas”.

De hecho, ya tiene la idea bastante perfilada y tiene intención de presentar el proyecto a la alcaldesa de Minas de Riotinto, a la que tuvo la oportunidad de conocer recientemente.

Una propuesta muy interesante, más aún en Riotinto, “donde tengo entendido que hay mucha afición al teatro, como siempre ha sido. Es algo que siempre ha gustado”.

Por este motivo, para despedirse, Carmen Monís espera que “Riotinto siga con esa afición al teatro que siempre ha mantenido. Y no sólo Minas de Riotinto, sino toda la Cuenca, “que es un auténtico modelo y ejemplo a seguir cuando se habla de cultura. No sé si será por el legado dejado por los ingleses en la comarca, pero lo cierto es que siempre ha sido un referente cultural. Y estoy segura que lo seguirá siendo. Así que, desde aquí, los animo a continuar con esta línea, con los certámenes de teatro aficionado, porque son muy importantes también para los profesionales. En definitiva, les pido que sigan con esa afición tan bonita, porque, para mí, el teatro es mi vida y mi cultura. Y Minas de Riotinto es un pueblo con mucha identidad y mucha cultura”.

El riotinteño Jesús Domínguez presenta su primer disco desde Rincón de la Victoria

Amante de la guitarra desde niño, este profesor de música lleva 20 años fuera de la Cuenca Minera, de donde se marchó para continuar sus estudios superiores, una formación que le ha permitido desarrollar una amplia carrera como músico y docente

Jesús Domínguez Salanova es un músico y profesor nacido hace 43 años en Minas de Riotinto, una tierra que no olvida desde su lugar de residencia habitual en Rincón de la Victoria. Un bello rincón de la provincia de Málaga hasta donde le ha llevado su carrera musical.

Una carrera en la que, como él mismo cuenta a Tinto Noticias, siempre “he tratado de desarrollar una doble faceta como músico: la de profesor y la de compositor-intérprete. Para ello, he estudiado guitarra clásica en varios conservatorios de Andalucía (Huelva, Sevilla, Córdoba y Málaga), finalizando el Grado Superior en el Conservatorio Superior de Música de Málaga”. Tras estos estudios, Jesús hizo el Master para el Profesorado en la misma Universidad de Málaga, continuando su formación obteniendo varios certificados en Lengua Inglesa para poder acceder a la enseñanza bilingüe.

Como profesor ha trabajado en escuelas de música de varias localidades malagueñas (Archidona, Vva. de Algaidas, Teba, Vva. de Tapia, Rincón de la Victoria, etcétera), además de ejercer como docente de música creativa para la Asociación de Superdotados de Andalucía y como profesor de Secundaria y jefe del Departamento de Música del Colegio Cerrado de Calderón en Málaga.

De forma paralela, este minero también ha dirigido y presentado el programa de radio ‘Al traste’, en Radio Victoria (Málaga), dedicado a la difusión del mundo de la guitarra.

Como intérprete y compositor, Jesús he ofrecido conciertos, tanto en formaciones de música de cámara, como solista en salas de concierto, auditorios y conservatorios de Huelva, Sevilla y Málaga. En los últimos años, su faceta como intérprete ha estado centrada en la interpretación de obras propias para guitarra, habiendo presentado un disco en la capilla presbiteriana de Minas de Riotinto.

Una trayectoria de enorme interés, que hemos querido conocer en primera persona.

-Jesús, ¿cómo surge tu interés por la música?

-Pues casi desde que tengo uso de razón. En mi casa siempre se respiró un interés muy grande por la música: mi madre es maestra de música y mi padre, un gran melómano que puso a mi disposición una gran variedad de música clásica para escuchar. Me llevaron a conciertos, a conservatorios, profesores particulares…, todo lo que necesité. Mi abuela materna era pianista y mi tío guitarrista. Gracias a él conocí la guitarra clásica desde muy pequeño. Sentía tal fascinación al escucharle que me enganchó hasta el día de hoy. Él tenía una expresividad y talento fuera de lo común, fue una inspiración que me marcó de por vida. A título anecdótico mencionar que tuve que empezar piano en el conservatorio porque en Nerva y Valverde no había especialidad de guitarra, aún cuando yo empecé, pero, dada mi fijación por la guitarra lo dejé, y estuve con varios profesores aficionados por la zona hasta que pusieron la especialidad en Valverde donde empecé.

Recuerdo de manera muy entrañable a un riotinteño, Rafa Delgado, que daba clases de guitarra por las tardes en el club de Bellavista; su carácter, su dinamismo hicieron que aprendiera muchísimo. Por eso, aunque haya conocido a grandes profesores y guitarristas siempre tengo un recuerdo y un respeto especial hacia él, un tipo estupendo.

-¿Cuáles fueron tus primeros trabajos?

-Dada la dilación de la carrera de guitarra clásica (14 años), es habitual que los alumnos compaginen sus estudios superiores con la enseñanza en escuelas de música. Así, mis primeros trabajos fueron en escuelas municipales de Huelva y Málaga, donde aprendí mucho. Uno empieza ahí por dinero y poco más, mientras termina los estudios, pero, al final, es toda una experiencia humana y docente: enseñar a tantas personas con edades distintas, intereses musicales distintos, circunstancias distintas…, te hace “aprender” mucho como profesor. Mi abuela decía: “se aprende mucho enseñando”, y realmente es así. Además, la enseñanza de la música tiene una implicación emocional que te conecta con muchas de esas personas con las que te cruzas. Es algo más que un trabajo, muchos de ellos siguen siendo amigos míos a día de hoy. Además, de muy jovencito (18 años) trabajé fregando platos en Londres y después en nuestra querida mina- también aprendí mucho ahí-, pero esa es otra historia…

-¿Cómo te surge la oportunidad de marcharte fuera de Huelva?

-Básicamente por motivos de estudios; no hay grado superior de guitarra en Huelva y me marché a Córdoba, después a Sevilla y, finalmente, a Málaga. En Málaga conocí a la madre de mi hijo y, por eso, me establecí aquí.

-¿Dónde trabajas? ¿Cuál es tu labor allí?

-En el Colegio Cerrado de Calderón de Málaga. Soy profesor de primero y segundo de ESO y también de guitarra. Como jefe del Departamento de Música he tenido que desarrollar las programaciones de música para esos cursos, organizar conciertos, etc.

-Llevas unos 20 años fuera de Huelva. ¿Qué balance haces de este tiempo?

-Positivo, sin duda. La vida del músico requiere mucha constancia y sacrificio, y a veces toca vivir circunstancias más difíciles pero, aunque sea un tópico, puedo constatar que el esfuerzo y la dedicación te llevan a desarrollarte y sentirte realizado en tu profesión.

-¿Cuáles son los trabajos que más te han marcado a lo largo de tu carrera?

-Creo que todo es experiencia. He puesto todo mi empeño en cada trabajo que he hecho: podría decir que trabajar en la Asociación de Superdotados de Andalucía ha sido muy interesante porque tuve mucha libertad para desarrollar una programación que estimulara la creatividad y el interés por la música en alumnos con mucho potencial creativo, pero, creo que como profesor lo que te marcan son las personas, y, para mí, el mayor éxito no es lo que yo pueda enseñar, sino el interés que yo pueda despertar en un alumno por la música. Eso ha sido clave en cada trabajo que he hecho, desde el más humilde hasta el más prestigioso. El trabajo como profesor de Secundaria me ha marcado mucho también. Es un reto tratar de que 25 o 30 adolescentes conecten con la música de Bach o Schumann en los tiempos del trap y el reggaetón, pero creo que también hay muchos prejuicios sobre los adolescentes, son más nobles e inteligentes de lo que parece. También me ha marcado porque he aprendido mucho de compañeros con más años de experiencia que yo.

-¿Qué estás haciendo en la actualidad?

-Pues, además de mi labor docente, me encuentro promocionando mi primer disco ‘En lontananza’. El mercado de la música clásica es secundario dentro del mercado musical, y podría decirse que el de la guitarra es secundario dentro del de la música clásica, y no es fácil promocionarse.

-¿Tienes previsto algún otro proyecto?

-He estado inmerso en la grabación de una obra en homenaje a mi tío Mario León, pintor nervense recientemente fallecido. En esta obra trato de reflejar lo que me expresaba su pintura y su personalidad. Me he centrado en este proyecto en los últimos meses debido a tan desgraciado acontecimiento. Además, preparo la grabación de mi segundo disco, tengo muchas obras acumuladas sin grabar y creo que haré una selección interesante.

-¿Qué recuerdos tienes de la Cuenca Minera?

-Aquí me tocas la fibra sensible, ¿recuerdos? Los mejores: una infancia en el colegio Virgen del Rosario comiendo churros de ‘La Amelia’ y corriendo en el recreo, una época en que la mina vivía una total prosperidad que se reflejaba en el ambiente del pueblo, cuando empezaba a salir con mis amigos e íbamos a la discoteca de Zalamea, mi primera novia…, recuerdos muy bonitos que se quedan ahí grabados para siempre.

-¿Sueles venir mucho?

-Intento ir cada vez que puedo a Riotinto, necesito oler ese aire tan característico de nuestro pueblo, pasear entre sus pinos y sus calles, por Bellavista con ese ambiente inglés antiguo, por el Zumajo… Trato de quedar con mis amigos de siempre en Navidades, en La Esquila…, la verdad es que cada vez lo echo más de menos, será la edad.

-¿Algún mensaje a final a los mineros?

-De todos los mensajes que podría dar, creo que el más importante es que hemos tenido la suerte de nacer en un sitio muy especial, que ha sido muy triste ver cómo tras el cierre de la mina una generación entera de jóvenes se ha marchado de la zona y el pesimismo y el desempleo se han adueñado del ambiente, que ahora hay una nueva oportunidad de remontar un poco y hacer de Riotinto y de la Cuenca un sitio con futuro, que, independientemente de la actividad minera, hay una riqueza histórica, arqueológica y turística de la que se puede sacar muchísimo partido, más aún del que se le saca, solo hace falta gente que crea en ello, con ganas de hacer cosas. Me consta que hay algunos en ello, como Aquilino, Luis Iglesias y otras muchas personas que no tengo el gusto de conocer.

Por último, me gustaría reivindicar el papel de la música en la sociedad. Todos comprobamos año tras año como la música une, mueve, sensibiliza,” humaniza”… Esa música que tenemos metida los riotinteños en lo más profundo y que nos mantiene unidos a nuestro pueblo, a nuestra gente, por muy lejos que estemos, cada otoño. Hasta qué punto la música puede ser trascendental para la historia de un pueblo. Sin embargo, la música es muchas veces considerada como algo secundario. Primero, mi reconocimiento desde aquí a los que han mantenido la música viva en nuestro pueblo: a Nicolás en la Banda, a Naranjo con sus campanilleros, a los esquileros que salen cada año, a Martín y tantos otros, a Rubén y demás con sus carnavales, a Juanjo con su guitarra, a algunas jóvenes promesas, que sé que hay y, por supuesto, a esos grupos de garaje llenos de talento, a tanta gente que me dejo en el tintero. Y, por último, pedir que se fomente la enseñanza de la música; las bandas y las escuelas de música son más importantes de lo que parece, a veces, la única opción que tiene un niño de dedicarse a aquello que tanto siente.

La riotinteña Marta Naranjo, directora del centro de adultos de la cárcel de Sevilla

Tras estudiar Magisterio de Educación Física y ejercer como maestra en diferentes localidades, como El Campillo, lleva desde 2007 trabajando con los adultos en este centro penitenciario, en el que accedía a la dirección en 2017

La vida de Marta Naranjo Ramos permanece unida a la docencia desde siempre. De hecho, mientras estudiaba Magisterio de Educación Física en Sevilla, esta riotinteña de 38 años comenzó a trabajar como monitora de patinaje en línea con el Club de Patinadores de Sevilla entre los años 2001 y 2002, un empleo que le permitió conseguir un poco de dinero para sacarse el carnet de conducir. Un primer contacto con el mundo laboral que un año después, una vez finalizado sus estudios -y mientras se preparaba las oposiciones de Maestros-, le llevó a trabajar como monitora deportiva en el Polideportivo Municipal de Minas de Riotinto.

Ese mismo año logró sacarse su plaza de Maestra en la especialidad de Educación Física, iniciando su andadura como docente hasta lograr su destino actual en el año 2007: el Centro de Adultos del Centro Penitenciario de Sevilla. En total, Marta lleva ya 17 años como docente, un tiempo a lo largo del cual también ha ejercido un curso en El Campillo, dos cursos en Sevilla capital y otro en Pedrera (Sevilla).

Ahora, desde su residencia en la localidad Sevillana de Gerena, esta minera hace balance de su trayectoria y evoca su relación con su tierra, la Cuenca Minera.

-Marta, ¿cómo surge tu interés por la educación?

-Pues la verdad es que vocación como tal por la educación no tenía. Me interesaba mucho lo relacionado con el deporte y mi objetivo era entrar en el INEF, pero, al no superar las pruebas de acceso, decidí meterme por Magisterio de Educación Física con la intención de volver a intentar acceder al INEF al año siguiente. Pero, al comenzar la carrera, me empezó a gustar y ya tomé la decisión de terminarla. En concreto, mi interés surge, sobre todo, cuando empiezo a realizar las prácticas con niños. Es ahí donde me empieza a gustar más la educación. Un interés que aumenta cuando comienzo a trabajar con adultos privados de libertad en el Centro Penitenciario.

-Un Centro de Adultos del Centro Penitenciario de Sevilla en el que eres directora…

-Como directora ejerzo desde 2017. Entonces fue cuando el director anterior cambió de centro y me propuso asumir la dirección durante el curso en el que él se iba. Luego, al curso siguiente, presenté mi candidatura para ser la directora del centro a través del proceso de selección que se realiza en Andalucía para acceder a la dirección, donde tienes que entregar y defender un Proyecto de Dirección ante una comisión de selección, la cual establece, una vez terminado el proceso, que sea yo la candidata a ostentar la dirección del centro.

-¿Cómo surge la oportunidad de marcharte de Huelva?

-Pues surge cuando cumplo los 18 años y me voy fuera del pueblo a estudiar la carrera que había elegido. Me gustaba mucho Sevilla y decidí irme allí a cursar mis estudios

-En total, llevas 20 años fuera. ¿Qué balance haces de este tiempo?

-Hago un balance muy positivo, ya que desde que estuve estudiando tenía claro que quería hacer mi vida en Sevilla, donde viví durante 6 años en la capital y, desde el 2008, en Gerena, pueblo en el que hago mi vida, he formado una familia y me encuentro muy integrada y feliz.

-Eres una enamorada de tu trabajo.

-Totalmente. El año que comencé a trabajar en el Centro Penitenciario, no llevaba ni 3 meses, cuando me di cuenta que mi vocación como maestra estaba ahí, en enseñar y educar a personas privadas de libertad. Es un trabajo muy gratificante, donde la labor docente está muy valorada y reconocida y donde nuestro trabajo cobra mucho sentido. Hacemos una gran labor social y educativa y con un alto porcentaje de internos asistiendo a clase y aprovechando el tiempo que tienen que pasar entre rejas. Tuve que perder mi especialidad, ya que en la enseñanza de adultos no existe la materia de Educación Física y reciclarme en materias como Lengua, Matemáticas, Sociales, Naturales, Historia. Pero no me supuso mucho esfuerzo, ya que cada día me gustaba más el trabajo y era motivación suficiente como para ponerme al día en esas materias, para dar lo mejor de mí como docente a mi alumnado.

-¿Tienes previsto algún otro proyecto?

-De momento, no. Ahora con la dirección del centro tengo más que suficiente. Son 4 años desde el año 2018 y con posibilidad de renovar otros 4. Me encuentro volcada en ello ahora mismo y no pienso en ningún otro proyecto. Además, ahora he aumentado la familia y el tiempo que no trabajo, me lo ocupa todo la maternidad, con dos hijos, ¡qué mejor proyecto que ese!

-¿Sueles venir mucho a la Cuenca Minera?

-Sí, suelo ir entre 1 o 2 veces al mes. El pueblo donde vivo está relativamente cerca de Riotinto, a unos escasos 45 minutos. Allí viven mis padres, primas y mis amigas; así que suelo ir bastante y también es una forma que mis hijos conozcan sus raíces y disfruten del pueblo.

-¿Qué recuerdos tienes de Huelva?

-¿Recuerdos? Pues todos. Nací, me crie, crecí y pasé mi adolescencia allí. La mitad de mi vida, la viví íntegramente allí y, como suelo ir mucho, es como que lo vivo muy en presente, no solo en recuerdos. Allí está la mayor parte de mi familia y amistades y, además, he estado siempre muy ligada a las tradiciones del pueblo, como carnavales, Coral, romería y demás fiestas y eventos culturales. Y me gusta seguir formando parte de ellos, en la medida que mi trabajo y familia me permite.

-¿Algún mensaje al final a los mineros?

-Como suelo ir mucho, pues no me da tiempo a tener añoranza y suelo encontrarme con bastantes paisanos cada vez que voy, así que, a los que viven fuera, decirles que aprovechen cualquier oportunidad que puedan para volver a su pueblo y disfrutar de los pequeños e importantes momentos que nos da la tierra que nos vio nacer.

El nervense Miguel Ángel Navarro, un virtuoso del trombón

Este músico de Nerva, que con 15 años representó a España en el Festival de Orquestas Jóvenes Europeas, imparte actualmente clases en Lepe y Punta Umbría tras pasar por numerosas agrupaciones como la Orquesta Joven de Andalucía o la Filarmónica de Granada, entre otras muchas

La música es una forma de vida. Y lo puede afirmar perfectamente Miguel Ángel Navarro Mora (Huelva, 1993), que comenzó a formarse como músico en la Escuela de la Banda de Música ‘Villa de Nerva’, donde dio sus primeros pasos en este mundo. Y, cuando llegó el momento de elegir un instrumento, se decidió por el trombón, después de haber intentado con algún otro.

Y es que su interés por la música le viene desde la cuna, porque, tal y como recuerda, “gran parte de mi familia son músicos y, desde pequeño, es lo que he vivido siempre. Recuerdo ir al ensayo de mi Banda de Música ‘Villa de Nerva’, donde más tarde comencé mis estudios de música y la que me inició en el camino de esta pasión tan bonita como es la música. Como decía, recuerdo ir con mi padre al ensayo de la banda y ponerme a su lado a tocar. Mi padre toca el bombo y yo me cogía uno más pequeño. Recuerdo esa etapa con muchísimo cariño”.

Su siguiente etapa se produjo cuando, a los 8 años de edad, entró en el Conservatorio de Valverde del Camino, donde terminó el Grado Elemental y los dos primeros años de Grado Profesional con el profesor José de Jesús. Fue así cómo, después, terminó en Huelva el Grado Profesional en el Conservatorio Profesional de Música Javier Perianes con José Manuel Valderas y Rafael Vera como docentes.

Por último, realizó las pruebas para entrar al Grado Superior y así terminar la carrera en la especialidad de Trombón, en el Conservatorio Superior de Música Manuel Castillo (Sevilla), con Daniel Alberola como profesor.

Una formación que ha completado con otros cursos y masterclass con trombonistas destacados dentro del panorama musical, como Francisco Rosario (trombón solista de la ROSS), Francisco Blay (trombón de la ROSS), Stéphane Loyer (trombón bajo de la Orquesta Sinfónica de RTVE), Carmelo Sosa, Juan Manuel Morat (trombón en la Orquesta de Córdoba) o Santiago Novoa (trombonista en la ‘New World Symphony’), entre otros.

En la actualidad, Miguel Ángel trabaja y reside en Huelva, dado que ejerce de profesor de trombón en las Escuelas Municipales de Lepe y Punta Umbría.

Y es que, a lo largo de su trayectoria profesional, ha tenido la oportunidad de ser miembro y tocar con grandes orquestas, bandas y agrupaciones, como ha sucedido, por ejemplo, con la Orquesta Joven de Andalucía (OJA), donde, según nos cuenta, “tuve la oportunidad de tocar en el estreno de la Ópera ‘Gilgamensh’, del autor Héctor Eliel Márquez, acompañando al Joven Coro de Andalucía. También he sido miembro de la Orquesta Joven de Córdoba, en la que he tenido la oportunidad de tocar junto a la Orquesta de Córdoba en el Gran Teatro de Córdoba”.

Incluso, en 2008, este nervense fue uno de los miembros de la Orquesta Representante Española en el concierto de clausura del Festival de Orquestas Jóvenes Europeas ‘EUROCHESTRIES’.

Y, a partir de aquí, también ha podido tocar con otras agrupaciones de la relevancia de la Orquesta Filarmonía de Granada, tocando en el Auditorio Manuel de Falla (Granada); la Orquesta Sinfónica del Aljarafe; la Orquesta Joven de Jerez ‘Álvarez Beigbeder’, tocando en el Gran Teatro Falla (Cádiz); o la Banda Sinfónica de Córdoba, entre otras muchas.

De todos estos trabajos, este docente y músico recuerda de forma especial uno de los últimos trabajos, que ha supuesto todo un reto personal: tocar con la Orquesta de Córdoba y la Orquesta Joven de Córdoba el pasado mes de abril. “En ese concierto tocamos ‘La Consagración de la Primavera’ de Ígor Stravinski, en el cuál toqué el papel de trompeta baja. Llevaba mucha responsabilidad y me enfrentaba a un instrumento que nunca había tocado, nuevo para mí. Disfruté muchísimo, ya que fue una oportunidad enorme el poder interpretarla con grandes músicos y a mi lado. Fue una experiencia muy bonita”, recuerda.

Del mismo modo, otra experiencia que le marcó mucho fue “el estreno de la Ópera ‘Gilgamesh’ con la Orquesta Joven y el Coro Joven de Andalucía, ya que yo nunca había tocado una ópera y era nuevo en ese ámbito por así decirlo. También recuerdo esto como una experiencia muy bonita”.

Por todo ello, su balance de su carrera como músico “siempre es positivo, porque nunca dejamos de estudiar, ni de aprender. Todos sacamos y cogemos para nosotros algo bueno de todos para quedárnoslo y hacerlo nuestro. Estamos en continuo aprendizaje, tanto de profesores, compañeros y alumnos a los que impartimos clases. Esto es lo bonito de la música. Todo aquel que tiene la oportunidad de poderla vivir en primera persona diría lo mismo que yo. Somos una familia”. Con todo, su sueño sería dar clases en un Conservatorio y poder formar parte de una Orquesta Sinfónica.

De la Cuenca Minera, Miguel Ángel Navarro tiene muy buenos recuerdos, más aún teniendo en cuenta la cantidad de músicos y artistas que ha dado la zona, como Javier Perianes (pianista), Daniel Vázquez Díaz (pintor), Manuel Rojas (compositor), Lauren Postigo (crítico musical impulsor de la copla española), etcétera. Por ello, considera que “debemos sentirnos orgullosos de lo enriquecidos que estamos en este ámbito. Yo, la Cuenca Minera la siento como mi casa y algo que estará siempre conmigo”.

Por este motivo, para finalizar la entrevista nos dice que “se animen, que la gente se anime a aprender música. La música o cualquier modalidad artística no tiene edad para comenzar a conocerla, ya sean niños o mayores, nunca es tarde. Es un arte que te permite desconectar 100%, te relaja, te hace sentirte bien contigo mismo, pero, sobre todo, te hace disfrutar muchísimo en cada momento y te enriquece personal y culturalmente”.

 

Rosario Izquierdo presenta su nuevo libro, ‘El hijo zurdo’, en Riotinto

La autora invita a todos a acompañarla en la presentación de la obra este jueves a las 12.00 en el Salón de Plenos riotinteño, donde dará a conocer una historia que reflexiona sobre la posibilidad de una ruptura entre madres e hijos

Tras publicar su novela ‘Diario de Campo’, la riotinteña Rosario Izquierdo presenta este jueves, 26 de diciembre, un nuevo proyecto literario titulado ‘El hijo zurdo’. Una obra que se dará a conocer en el Salón de Plenos Ayuntamiento de Minas de Riotinto a las 12.00 horas con la presencia de Fernando Izquierdo Cuéllar y la colaboración musical de Manuel Izquierdo Rúa.

Un acto que esta licenciada en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Complutense de Madrid ha querido presentar en Tinto Noticias, donde adelanta los contenidos de la obra y anima a los riotinteños y riotinteñas a acompañarla en este momento tan especial de su carrera.

-Rosario, este jueves presentas nuevo libro. ¿Qué destacarías del mismo?

-Prefiero que las lectoras y lectores elijan por sí mismos lo que se debe destacar de la obra. La novela hace pensar en los diversos lazos que nos unen y desunen, en el poder de las redes de apoyo entre madres e hijos, entre mujeres diversas, la pareja…, tantos temas que se abordan, y quizá todo eso lleve a reflexionar sobre la sociedad en que vivimos. Quisiera hacer pensar, no aburrir y a su vez transmitir verdad, autenticidad.

-¿Qué te ha llevado a escribirla?

-Tampoco sé exactamente. Siempre hay muchas ideas rondando por mi cabeza, y voy tomando notas. Por muchos motivos, quizá también el de ser madre, me inquieta siempre la posibilidad de una ruptura seria entre hijos y madres. Como le sucede a Lola, la protagonista, con su hijo zurdo, Lorenzo. Suceden cada vez más, por un motivo u otro, por la sociedad líquida y la precariedad que nos une y desune, esas rupturas entre madres, padres, hijos, hijas.

-La presentas en Minas de Riotinto. ¿Qué nos puedes adelantar del acto?

-Le pedí a mi primo Fernando Izquierdo si quería presentarla, después de decirme él que el libro le había gustado mucho. No se lo pedí por ser primo mío, claro, sino porque escribe muy bien, es lector culto y sé que tiene una mirada propia sobre lo que lee. Y además nos acompañará su hijo y mi sobrino Manuel Izquierdo Rúa, guitarrista y compositor buenísimo, muy joven, con un gran futuro por delante. ¿Para qué irme más lejos, teniendo estos artistas en la familia? Además, suelo ponerme nerviosa ante una presentación, y sé que con ellos puedo sentirme cómoda.

-Tras este libro, ¿tienes algún nuevo proyecto?

-Seguir escribiendo, como siempre. Hay una ya novela terminada, y muchas ideas y apuntes en ebullición.

-¿Invitamos a la gente a que te acompañe este jueves en el Ayuntamiento de Minas de Riotinto?

-Por supuesto. Me encantaría ver que la gente de Riotinto y de otros pueblos de la Cuenca Minera, gente querida y gente desconocida, pueda tener interés. Además: ¿Qué se puede hacer un 26 de diciembre a mediodía? Creo que la idea de acompañarnos a los tres Izquierdo en el libro sobre el zurdo, es buena. Seguro que lo pasaremos bien.

Sobre la autora

Aunque nació en Huelva en 1964, Rosario Izquierdo Chaparro se ha criado en Minas de Riotinto, por lo que se considera riotinteña de corazón. Y eso que ha vivido en diferentes ciudades a lo largo de su vida. En plena juventud, Charo se marchó a Madrid, donde vivió diez años, para estudiar la carrera de Ciencias Políticas y Sociología en la Universidad Complutense. Como socióloga, ha trabajado con población en riesgo de exclusión social en diferentes barrios de Madrid, pero también en Huelva y Sevilla.

Tras esta etapa, según nos cuenta, “durante años dejé de trabajar fuera de casa para cuidar de mi hijo y de mi hija, así que he sufrido esa ruptura con el mundo profesional que viven muchas mujeres universitarias, quedando fuera del mercado de trabajo, con las dificultades que trae luego la incorporación”.

A pesar de ello, afirma que “nunca he dejado de escribir. He practicado diversas formas de escritura, recibiendo algunos premios de poesía, relato y cuento infantil. Soy socia de la SGAE como autora de letras de canciones y publiqué mi primera novela, Diario de campo, en 2013”.

Actualmente, esta riotinteña trabaja en la Delegación de Igualdad del Ayuntamiento de Dos Hermanas, donde realiza tareas de comunicación, al tiempo que imparte Talleres de Escritura Creativa para mujeres. Una actividad que compagina con la escritura e investigación.

Alberto Anaya, un joven músico de Nerva que estudia en Nueva York tras lograr la beca Fulbright

Este pianista y compositor de música para videojuegos, televisión y cine se encuentra en EEUU después de ganar varios reconocimientos, como el I Oskar Rieding International Competition for Composers (Slovenia, 2018), o de haber sido nominado a Mejor Banda Sonora en el Festival de Cine de Calzada de Calatrava (2018) por su trabajo en la película ‘Hasta que la muerte los separe’

Alberto Anaya López (Nerva, 1995, albertoanayamusic.com) es un joven compositor nervense de 24 años que cuenta con una formación académica tradicional, pues desarrollaba su formación académica en el Conservatorio Profesional de Música ‘Javier Perianes’ de Huelva y, de ahí, pasaba al Conservatorio Superior de Música ‘Manuel Castillo’ de Sevilla. Estudios que ha compaginado con una amplia experiencia profesional en el videojuego, el audiovisual y la enseñanza, sin olvidar que es un apasionado de la música contemporánea, del jazz y del flamenco, lo que le ha dado también un importante bagaje como intérprete, arreglista y en otros campos de la creación sonora. Dos variables que ha aplicado a su carrera profesional, al ser pianista y compositor de música para videojuegos, televisión y cine.

Y es que, tal y como recuerda, está ligado a la música desde pequeño: “De pequeño, según cuenta mi madre, antes de hablar -que tardé en aprender- tarareaba frecuentemente las melodías que escuchaba. También recuerdo que mi juguete favorito era un pequeño teclado Casio con los nombres de las notas torpemente pintados con rotulador en las teclas sobre las que tocaba todo lo que oía. Supongo que todo aquello tuvo algo que ver. Después, mis padres me apuntaron al Conservatorio con 7 años, y todo lo demás vino después con mucho esfuerzo y sacrificio”.

Una vocación que no ha sido fácil llevar a cabo, puesto que, como nos confiesa, “soy el primer músico profesional de mi familia, con todo lo que ello conlleva. Sin embargo, tuve muchísima suerte, tanto con mis padres como con mis profesores y mis profesoras, pues les debo absolutamente todo lo que he conseguido y lo que conseguiré tanto en lo profesional como en lo personal”.

Desde agosto de 2018, Alberto se encuentra en Nueva York con una beca Fulbright, una ayuda educativa en el ámbito de la industria del entretenimiento que “pedí gracias a que un profesor, Rafael Luque Vela, -un gran tipo, otro pedazo de profe que tuve-, me la mencionó”, nos dice. Un destino que eligió él mismo, puesto que le ofrecieron también la opción de Los Ángeles. Pero, según nos dice, “me decanté por Nueva York dado que tiene un programa de dos años bastante más completo que cualquiera de los que hay en Los Ángeles”.

Además, recientemente, ha ganado el I Oskar Rieding International Competition for Composers (Slovenia, 2018) y ‘Taller Sonoro’ estrenó una pieza suya en el Festival de Música Manuel de Falla (Cádiz, 2017). Logros en una carrera que acaba de comenzar, a pesar de lo cual ya ha realizado múltiples trabajos, por ejemplo, al servicio de la imagen, habiendo sido nominado a Mejor Banda Sonora en el Festival de Cine de Calzada de Calatrava (2018) por su trabajo en el largometraje ‘Hasta que la muerte los separe’, al tiempo que también obtuvo una Mención a Mejor Banda Sonora en #Comcorto2015 por ‘Supermaca’, primer cortometraje al que le ha hecho la banda sonora, con Antonia Gómez Grande como protagonista y con Ana María Camacho de la Rosa en la producción.

Y todo ello lo compagina con su trabajo como pianista para diferentes agrupaciones, como ‘El Granuja y sus Majaras’, ‘Fusión Moderna’ y ‘Onubraum Jazz Band’, entre otras, al tiempo que ha tenido la oportunidad de hacer canciones como ‘Un paso al frente’ y vivir experiencias que considera increíbles por todos los rincones de la provincia de Huelva y de gran parte de Andalucía.

Cuestiones que no le han impedido seguir teniendo a Huelva y la Cuenca Minera muy presente. De hecho, de Nerva tiene múltiples recuerdos, que siempre tiene muy presentes. Una localidad minera de la que nos cuenta lo siguiente: “Lo mejor de Nerva para mí, o mis recuerdos más felices, son de cuando era pequeño. La infancia debería tener lugar en un pueblo por ley, el que sea, pero si es Nerva mejor. La libertad de poder explorar de manera libre y ociosa un lugar en el que todas las personas se conocen, y un lugar tan bonito como Nerva, es el mejor alimento para la curiosidad de cualquier niño. De mayor también me quedo con las fiestas patronales, con la diana, con la familia y los amigos que tengo allí, y con cómo me recuerdan y me reciben cada vez que los visito. El camino de vuelta es muy largo, pero volver es siempre un verdadero placer. De verdad, gracias a todos y a todas por todo lo que habéis compartido conmigo, y aprovecho para deciros que lo poco o lo mucho que resulte de esta vida que llevo va por ustedes”.

Y, de hecho, tiene previsto volver a casa por Navidad, “luego pasaré Año Nuevo en Ciudad de México y me volveré a Nueva York en enero. Me graduaré, me mudaré a Los Ángeles al menos durante un año y, después, espero poder dedicarme a lo que me apasiona desde casa”.

Maximiliano López, un ‘campillero’ muy ligado a la Casa de Andalucía de Tarragona

Aunque se marchó de El Campillo con 18 años, este onubense nacido en Rosal de la Frontera no olvida su tierra, a la que vuelve siempre que tiene ocasión y de la que le habla mucho a su familia para que conozca bien sus raíces

Aunque Maximiliano López Figueras nació en Rosal de la Frontera hace 76 años, siendo un niño se marchó con su familia a El Campillo, donde sus padres comenzaron a trabajar en el campo. Fue así como pasó toda su infancia y juventud en esta localidad de la Cuenca Minera, siendo alumno de la escuela profesional ‘Escuela Familia’ y, posteriormente, obrero de la Fundición, donde estuvo seis meses.

Así fue hasta que, a los 18 años, se marchó a realizar el Servicio Militar como voluntario en Aviación durante cuatro años, siendo alumno en la Escuela de Especialistas de León, donde fue mecánico de avión, y, más tarde, estuvo en prácticas en la Base Aérea de La Parra de Jerez de la Frontera (Cádiz). Una vez licenciado se fue a vivir a Tarragona, donde estaba instalada parte de su familia paterna.

Un destino en el que sigue residiendo en la actualidad y desde el que nos cuenta su trayectoria para nuestra sección ‘Minero por el mundo’

-Maximiliano, ¿cuándo y por qué se marchó de la Cuenca Minera?

-De la Cuenca Minera, definitivamente, me marché en 1966, mayo para ser exacto. El porqué, considero que es complicado, porque no responde a una planificación muy meditada. Simplemente, te vas. Tenía las mismas razones para quedarme, como hicieron mis amigos. En la compañía no pedí ni el finiquito cuando me marché. Por el poco tiempo que había prestado mis servicios en ella consideré que no merecía la pena la cuestión económica, otra cosa que no valoré en su justa medida, pues en la época ningún dinero era despreciable por poco que fuese.

-¿En qué ciudades ha vivido?

-Descontando el tiempo del servicio militar -repartido entre León, Jerez de la Frontera y Morón, en tres lugares: Rosal de la Frontera, El Campillo y Tarragona.

-¿Desde cuándo se encuentra en Tarragona?

-Desde el día 8 de mayo de 1966. Llegué a las 8 de la tarde en el tren que llamaban catalán. En el mismo tren me dieron la primera, y corta, lección de catalán.

-¿Qué balance hace de su vida fuera de Huelva?

-Es totalmente positivo, pues, no es poco haber tenido trabajo de forma permanente, siempre en la industria química, -excepto un período muy corto en otras labores-, tener cubiertas todas las necesidades con un sueldo acorde con los tiempos, haber creado junto a mi mujer (campillera) una familia de la que me siento muy orgulloso, haber podido educar y costear estudios superiores a mis hijos, lo que a cualquier padre satisface, disfrutar de mis nietos y llevar una vida tranquila. Además, he participado con distintos cargos en la asociación Casa de Andalucía de Tarragona y Provincia, en ella sigo como socio.

-¿Qué está haciendo en la actualidad?

-Disfrutar de lo hecho en aquellos primeros cuarenta y cuatro años de cotización a la Seguridad Social…, paseo, leo, cocino, me intereso por lo que ocurre en el país y me preocupo por lo que tocará pagar a los nietos de mis nietos.

-¿Su familia conoce la Cuenca Minera?

-Sí, la conocen. Mi familia directa sí, tanto paterna, que se afincaron en Tarragona, y muchos de parte materna, que se afincaron en Barcelona. Mis hijos y mis nietos la conocen desde pequeños. Creo que es necesario que sepan cuáles son sus orígenes. Es más, el menor de mis hijos nació en lo que es actualmente el Museo Minero.

-¿Qué es para usted su pueblo?

-La pregunta es simple pero no sencilla. Es una cuestión de sentimientos y creo que esto lo define mejor, en la tierra del fandango, una letrilla del grupo Tartessos, muy bien “cantao”: “Enamorao”, de la tierra en que nací, siempre “estao” “enamorao”, aquí da gusto “viví” con tantos amigos al “lao” que más puedo yo “pedí”. Seguro que hay muchas más y valen para cualquier lugar de Huelva.

-¿Suele venir mucho? ¿Qué es lo qué más echa de menos de su tierra?

-Sí. Siempre que puedo, -entre consulta y consulta médica (es broma)-, me encanta estar en mi tierra. Echo de menos las cosas sencillas. Es decir, todo.

-¿Algún mensaje a final a los mineros?

-A los que están, que crean en su tierra, con virtudes y defectos, pero no a cualquier precio. A los que están lejos, que no se olviden de ella: aquí dieron los primeros pasos, fueron por primera vez a la escuela, tuvieron los primeros amigos, crecieron sus sentimientos, etcétera. ¿Cómo se pueden olvidar esas cosas?

Recuerdo que, en una ocasión, nos juntamos varios campilleros/as en un pueblo cercano a Tarragona por espacio de tres horas. Todo el tiempo estuvimos hablando de El Campillo; algo debe tener el agua cuando la bendicen. En otra ocasión, mientras estábamos trabajando mi compañero, y amigo, se descolgó con unos cantes, mientras lo escuchaba miré a mi alrededor y todos los que estaban en la obra pararon para oírlo.

Belén Crespo, una maestra riotinteña que no olvida sus orígenes

Más de una década después de marcharse de su pueblo, esta joven de 25 años inicia ahora una nueva etapa en el ámbito de la enseñanza

Aunque Belén Crespo Torres reside en Huelva capital desde hace más de una década, esta riotinteña vivió en su localidad natal, Minas de Riotinto, desde su nacimiento hasta los 13 años, una etapa que mantiene muy viva en su mente, pues asegura que “todos los recuerdos que tengo durante mis trece primeros años de vida son maravillosos. He tenido la suerte de disfrutar de todas y cada una de las fiestas locales, eventos que recuerdo con cierta melancolía, como la fiesta de San Roque, La Esquila, la Cabalgata de los Reyes, la Fiesta de las Asociaciones o la Romería de la Cruz del Pino, entre otras muchas. Pero también me acuerdo de todos los mediodías juagando en la calle Sevilla con mis vecinos o aquellas noches de verano sentados al fresquito, donde siempre había algo que contar, las tardes de biblioteca…”.

Bonitos recuerdos que se forjaron en su infancia y juventud, tras los cuales su vida se ha desarrollado en la capital onubense, donde estudió la carrera de Magisterio Infantil. Y, de hecho, acaba de aprobar las oposiciones para ejercer como maestra, una noticia que le ha llenado de ilusión y orgullo. Es más, una vez consolidada esta nueva etapa, esta joven de 25 años tiene previstos otros proyectos, puesto que, “a largo plazo, me encantaría asociarme a la Universidad de Huelva e impartir docencia a los futuros docentes, así como preparar a candidatos para las próximas convocatorias de oposiciones”.

Eso sí, por el momento, sólo piensa en disfrutar de su oficio de maestra, puesto que “me encantan los niños y la enseñanza a todos los niveles. Además, es una profesión que te da la oportunidad de enseñar y aprender de los demás”.

Precisamente, durante la realización de estos estudios tuvo la oportunidad de regresar durante un tiempo a la Cuenca Minera, puesto que “en los cursos 2014/2015 tuve la suerte de volver a Riotinto como maestra en prácticas de Educación Infantil en el CEIP Virgen del Rosario. Sin duda, es el recuerdo más cercano que tengo y, al mismo tiempo, uno de los más valiosos. Tuve la suerte de encontrarme con unas compañeras maravillosas y unas familias encantadoras que me acogieron como a una más, y con las que pude aprender muchísimo”, asegura.

A pesar de ello, Belén reconoce que no viene a la Cuenca todo lo que le gustaría, “a pesar de que parte de mi familia aún sigue por allí. Y es que la mayoría de amigos están en las ciudades más cercanas y este hecho me invita hacer otro tipo de planes. Aún así, hay fechas muy señaladas en el calendario en las que cambio todo por estar en Riotinto, como es el caso del Martes Santo, día en el que procesiona el Señor Cautivo de la Hermandad de Los Estudiantes, sin duda, y a mi aparecer, el evento más importante del municipio”.

Para esta joven maestra, Minas de Riotinto es “un rinconcito donde puedo encontrar la calma y desconectar, un sitio que siempre me permite encontrarme a mí misma en lugares en los que me identifico y encuentro con mis orígenes”.

Por este motivo, para terminar, Belén nos deja este mensaje: “Que sigan defendiendo nuestro municipio con orgullo como han hecho hasta ahora y que vayan donde vayan no dejen de promocionarlo. No todos tienen la fortuna de apreciar Corta Atalaya, el río rojizo o barridas de contraste cargadas de historias”.

La periodista nervense Fali Durán, una mujer hecha a sí misma

Tras una amplia trayectoria profesional en medios como Odiel Información o CNH, no dudó en darle un nuevo rumbo a su vida apostando por un proyecto muy personal que nacía en Huelva con el nombre de ‘Trapos con otro punto’

Fali Durán es una periodista nervense que cuenta con una amplia trayectoria en el mundo de la comunicación y que no dudó en colgar el micrófono para llevar a cabo un ambicioso proyecto que ha logrado consolidar con trabajo y dedicación: ‘Trapos con otro punto’.

Un éxito que no ha extrañado nada a todas las personas que conocen a Fali Durán, un rostro bastante conocido de los medios de comunicación onubenses, una persona que es todo un ejemplo de cómo afrontar los cambios que se nos presenta en la vida.

Un bagaje que, tal y como ella misma nos relata, comenzó una vez que finalizó su experiencia en la televisión, en la ya desaparecida CNH. “Entonces, comencé a vender cosas que yo hacía a mano desde siempre. En un principio, lo hice como entretenimiento. Primero me dediqué a hacer complementos, muñecos amigurumi de ganchillo, además de pequeñas piezas de patchwork, una técnica que usa retales de tela sobrantes de otros trabajos. Eran piezas pequeñas que vendía por 1, 2, 3 o 4 euros. Me entretenía haciéndolos y vendiéndolos en mercadillos de artesanía”, nos explica.

Tras estos primeros pasos, a la vista del éxito de sus productos, Durán se animó a realizar objetos más complejos y ambiciosos, poniendo en marcha su propia página web de venta online. En este punto, “de forma simultánea, hice el curso universitario de Comunicación 2.0 en la Universidad de Huelva y me puse a trabajar para Andaluces Diario, pero la aventura duró relativamente poco tiempo y, entretanto, empecé a hacer contenidos para redes sociales, blogs y webs para empresas locales”.

Este tipo de actividades le permitió empezar a trabajar en Clínica Boccio, donde, además de llevar las redes sociales, la web y un blog, estaba en la recepción y realizó unas ‘Jornadas de Salud Bucodental y Deporte’ por toda la provincia durante tres años. Según recuerda, “de ahí crearon un Departamento de Comunicación para hacer jornadas monográficas, puertas abiertas, etcétera. Como la comunicación empresarial en una ciudad como Huelva está bastante poco valorada, mantuve mi tienda online y seguí yendo a los mercadillos”.

Pero, su vida dio un giro hace tres años y medio, cuando se planteó la posibilidad de montar un negocio en el que la costura creativa, el ganchillo y los talleres de manualidades fueran protagonistas. La idea era llamativa, pero la decisión no era fácil. “Tardé un año en decidirme, buscar la financiación y convencer a mi hermana y socia de que podría funcionar, a pesar de que Huelva es una ciudad muy pequeña, donde lo hecho a mano, la reutilización de materiales y la vida slow no tienen mucho sitio”, afirma.

A pesar de ello, el pasado 31 de agosto de 2019, su negocio, una tienda workshop denominada ‘Trapos con otro punto‘, ha cumplido tres años de vida. Una muestra de la buena acogida que ha tenido su iniciativa, tanto que, como nos comenta, “dejé la clínica y me dedico en exclusiva al negocio, que he tenido que diversificar, haciendo ropa a medida y arreglos de ropa. Hay bastante demanda de este tipo de trabajo. Aunque lo que queremos, en realidad, es dedicarnos a nuestras creaciones propias y encargos, además de dar talleres”.

Sí, los talleres también cuentan con mucha demanda, puesto que tienen cinco grupos, uno que ofrece en Encajería Plaza y, un cuarto, en su local. Estos grupos hacen costura o punto/ganchillo. “Me gustan los grupos pequeños, así que somos entre 30 y 40 personas en total (depende del mes). Nos encanta hacer ropa de niños y llevamos dos temporadas triunfando con nuestras colecciones flamenkitas…, unos vestidos sencillos de inspiración flamenca que hacemos desde la talla de 3 meses hasta, más o menos, los 4 años. Y también tenemos algunos proyectos relacionados con la comunicación”.

Entre otras curiosidades, toda la tienda ‘Trapos con otro punto’ está decorada con materiales nobles, muchos de los cuales son reciclados, realizados por ellas mismas. Además, han participado en diversas campañas solidarias, como cuando recaudaron unos 1.000 euros para la Campaña de Salvación del Recreativo de Huelva confeccionando muñecas, sin olvidar la elaboración de mantas para refugiados y su colaboración con la Asociación ‘Tejiendo para abrigar Sevilla’, con la que hacen mantas y prendas de abrigo para los sin techo y personas sin recursos o, bien, para cubrir las necesidades de los afectados por catástrofes, como las recientes inundaciones de Campillos (Málaga).

En definitiva, como hemos podido comprobar, Fali Durán es todo un ejemplo de cómo convertir un hobby en una apuesta de futuro. Una minera por el mundo que está triunfando en Huelva con su particular forma de entender la costura y las manualidades.